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ABC Cultural

Atea y cleptómana

«La tía Inés había sido muy religiosa toda la vida, de misa sin falta los domingos y de rezarle al Señor de los Milagros en octubre y hasta vestir el hábito morado en casa, pero cuando su marido murió en tan bochornosas circunstancias, sufrió una crisis de fe y dejó de rezar»

Jaime Bayly

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La tía Inés enviudó hace dos años o poco más. A su esposo Juvenal le dio un infarto, mientras fornicaba en un hotel con una prostituta de lujo. La noticia salió en los periódicos, en las páginas policiales. El chisme era demasiado bueno y se ... esparció deprisa, era inevitable. La pobre tía Inés quedó desolada. Ya era una mujer mayor, tenía sesenta y ocho años. Había dedicado toda su vida a servir y cuidar a su marido, y de pronto Juvenal se le murió así, con escándalo policial, sobre el cuerpo cálido de una mujer alquilada.

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