El Prado rinde homenaje a Eduardo Rosales en el 150 aniversario de su muerte
El museo exhibe las 26 pinturas del artista que atesora en su colección, distribuidas en tres salas
Rosales-Armiñán-Santonja: memoria de dos siglos de España a través de cinco generaciones
Eduardo Rosales. 'Maximina Martínez de Pedrosa', 1860. Detalle
Eduardo Rosales es, junto con Mariano Fortuny, el más prestigioso e influyente de los pintores españoles del tercer cuarto del siglo XIX. El Prado tiene la mayor colección –en número y en calidad– de Rosales (1836-1873), de quien este año se ... conmemora el 150 aniversario de su muerte. Y ha querido celebrar la efeméride exhibiendo las 26 pinturas que atesora en sus fondos, distribuidas en tres salas. Cuenta también con 105 de sus dibujos.
Por un lado, la sala 60 del edificio Villanueva reúne 17 pinturas, incluidas algunas que se han incorporado recientemente a las colecciones del XIX del Prado, en una exposición que permanecerá abierta hasta el 29 de enero de 2024. En su mayoría, proceden de donaciones y legados. Así, gracias al legado de Carmen Sánchez se adquirieron tres obras: dos pinturas de historia en paradero desconocido desde hacía mucho tiempo ('Doña Blanca de Navarra entregada al captal de Buch' y 'La Reina Doña Juana en los adarves del castillo de la Mota') y el estudio de la 'Sala de Constantino en el Vaticano', obra preparatoria para la 'Presentación de Juan de Austria al emperador Carlos V en Yuste'.
A ellas se suma una obra adquirida por el Prado, el boceto de su último gran cuadro de historia: 'La muerte de Lucrecia'. Además, cuelgan en la muestra las donaciones más recientes: 'Paisaje' y el retrato de 'María Isabel Manuel de Villena, IX condesa de la Granja de Rocamora', que se exhiben por primera vez. Este procede del legado de Araceli Cabañas, cuyo viudo y su hermana asistieron a la presentación, y para quienes tuvo palabras de agradecimiento Javier Solana, presidente del Patronato del museo. También hay obras donadas por la Fundación Amigos del Prado en 2022.
Eduardo Rosales. 'Ofelia'. c. 1871
Por otro lado, Rosales es el protagonista de la sala 61B de la pinacoteca, con once pinturas, incluidos los cuadros de historia que tanta fama le dieron. Especialmente, sus obras maestras 'Doña Isabel la Católica dictando su testamento' y 'La muerte de Lucrecia'. En la sala 101, dedicada a la historia del museo, se muestra un lienzo más de Rosales: 'El Salón del Prado y la iglesia de San Jerónimo'.
No acaba ahí la presencia del pintor en el Prado. Su retrato, pintado por Federico de Madrazo, luce, junto con el de su hija Carlota, también pintora, obra de Vicente Palmaroli, en la sala de retratos y autorretratos de artistas que constituye el Parnaso pictórico y escultórico español de la época. El Prado adquirió 'Maximina Martínez de Pedrosa, madre de la artista', de Carlota Rosales. Además, el pintor Agapito Vallmitjana usó la imagen de Eduardo Rosales para el rostro de su 'Cristo yacente'.
En la sala 60 del Prado cuelgan 17 pinturas de Eduardo Rosales
Andrés Úbeda, director adjunto de Investigación y Conservación del Prado, subraya que la colección de obras de Rosales se halla «en perfecto estado de revista; su estado de conservación es excepcional». Además de homenajear a Rosales, se quiere rendir tributo a Eva Perales, restauradora del museo durante cuatro décadas, por cuyas manos han pasado las obras de Rosales, y que se jubila próximamente. Ocho de sus pinturas han sido restauradas en los dos últimos años. En muy poco tiempo la colección del Prado pasó de 20 a 26 pinturas de Rosales.
Javier Barón, jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX y comisario de la exposición, subraya que Eduardo Rosales es «el artista español más renovador de las décadas de 1860 y 1870 y el más influyente». En 1857 entró su primera obra en el Prado. Y desde entonces ha ido ampliando sus fondos hasta convertirse en la mejor colección de Rosales del mundo. Artista polifacético, abordó todos los géneros: pintura de historia, religiosa, retrato, paisaje...
La colección del XIX del Prado atesora unas 2.700 obras. Debido a las interminables obras de rehabilitación del Casón del Buen Retiro, durante diez años estuvieron ocultas en los almacenes del museo. Al fin vieron la luz en 2009; se presentaron primero en las salas de Moneo en el edificio Jerónimos y después se colgaron en Villanueva. En 2021 el museo desempolvó sus fondos decimonónicos con un nuevo montaje en quince salas y 275 obras: más social, más internacional y con más mujeres. Además, se incorporaban la escultura y las artes decorativas.