El Museo del Prado abre en Barcelona una ventana al retrato del siglo XIX

Porque si el XIX es el siglo del individualismo, insiste Barón, el retrato es la expresión artística que mejor captura y explica el signo de los tiempos. A saber: el auge de la burguesía y la pérdida de influencia de la monarquía; el descubrimiento de la infancia y el protagonismo femenino; la muerte y el pintoresquismo. De todo eso va una exposición que abre en Caixaforum Barcelona, una ventana al siglo de oro del retrato español. Más de 170 piezas llegadas del museo madrileño y con protagonistas tan ilustres como Goya, Sorolla, Zuloaga, Fortuny, Madrazo y Nonell, entre otros.

«Se podría pensar que 173 retratos es algo monótono, pero al final es todo lo contrario: es una exposición sobre lo que fue la historia del siglo XIX en España«, destaca el director del Prado, Miguel Falomir. Además, añade Barón, es la primera vez que el retrato se aborda en todas sus técnicas y manifestaciones artísticas, ya sean miniaturas, medallas, esculturas, dibujos, fotografías, estampas y, claro, lienzos.

De todo ello se nutre una muestra que se podrá visitar en Barcelona hasta el 4 de junio y hará ruta por Zaragoza, Sevilla, Valencia y Palma a partir de entonces. Se trata, destacan desde la Fundación La Caixa, de la quinta exposición que organizan en colaboración con el Museo del Prado después de éxitos de taquilla como 'Velázquez y el Siglo de Oro', 'Goya, luces y sombras', 'Los dioses del Prado' y 'Pequeños tesoros del Prado'.

En las salas saludan personajes ilustres como Fernando VII, Gaspar Melchor de Jovellanos o el banquero y senador Jaime Girona, pero, como recuerda Falomir parafraseando a Walter Benjamin, a medida que pasan los siglos el protagonismo abandona al retratado y engorda al retratista. Y ahí, claro, está la gracia del asunto. «El retrato ha sido siempre una de las manifestaciones que más me ha atraído, ya que es donde el artista tiene más limitada su libertad. La mayoría son fruto de un encargo, así que uno de los grandes misterios de la historia del arte es que el artista se sea capaz de dejar su sello en un retrato», reflexiona Falomir.

A ese misterio contribuye una exposición que se articula a partir de salas temáticas dedicadas al poder, la infancia, lo femenino, la muerte e imágenes de los propios artistas. Un recorrido salpicado de obras maestras como el retrato de Jovellanos que Goya realizó en 1798; el asombroso cuadro de Manuela Isidra Téllez-Girón, futura duquesa de Abrantes, que Agustín Esteve ideó inspirándose en Velázquez; un retrato de Sorolla de María de Figueroa vestida de Menina; un autorretrato de Goya de 1815; las fantasías 'faustianas' de Fortuny…

Una de las obras que sale por primera vez del Prado es el retrato que Philip Alexius Lászlo de Lombos realizó de Elinor Glyn, escritora que acuñó el concepto de 'it girl' en su novela 'It', mientras que cerca de la mitad de las piezas expuestas se han restaurado para la ocasión.

En el siglo XIX, explica Barón, la infancia se convierte en la edad representada por excelencia, pero es también el momento en que los artistas cobra conciencia de su propia condición y se convierten en protagonistas de su obra. «Es una expansión de su personalidad», apunta el comisario en relación a los últimos apartados de la exposición, centradas el autorretrato y en lienzos en los que pintores como Ignacio de León, Francisco Masriera o Mariano Fortuny muestran sus estudios.

A partir de las obras seleccionadas, Caixaforum propone tres itinerarios que exploran las estructuras económicas y sociales de la época y que permiten descubrir el retrato a través de técnicas artísticas, la sociedad del XIX y la indumentaria.