El marqués de Sade y la inteligencia artificial ponen a prueba los límites de la libertad en el CCCB

Esto último será la razón de ser de 'Sade. La libertad o el mal', exposición que abrirá el curso 2023 en el CCCB y que trazará algunas de las líneas maestras de la temporada. «En un mundo marcado por la destrucción de la vida y del planeta, la cultura es creación y pensamiento», reivindica la director del centro, Judit Carrera, a la hora de enmarcar un curso «que girará alrededor de grandes cuestiones filosóficas como el papel del mal y la violencia y el futuro de la condición humana en tiempos de algoritmos».

De ahí la aproximación a un escritor y filósofo que, además de dar nombre a la más famosa de las perversiones, fascinó a vanguardistas y surrealistas y dejó un poso cultural que la muestra rastrea a través de Robert Mapplethorpe, Joan Fontcuberta o Susan Meiselas, entre otros. Y de ahí también una segunda apuesta expositiva que, tirando de las costuras de la libertad, se pregunta si la inteligencia artificial es realmente inteligencia, y explora las raíces culturales de un avance tecnológico que moldea vidas y condiciona comportamientos públicos y privados.

Así, con el marqués de Sade y la inteligencia artificial poniendo a prueba los límites de la libertad, el CCCB afronta una nueva temporada marcada por los ecos de la guerra, las cicatrices del cambio climático y el futuro de las ciudades. Un curso que dará voz a las 'Otras Rusias' de Liudmila Ulítskaya, Vladímir Sorokin, Anna Starobinets y Maria Stepánova; rendirá homenaje a cuatro figuras capitales del pensamiento como George Orwell, Albert Camus, Hannah Arendt y Jorge Semprún; y se acercará a Mercè Rodoreda a través de una instalación de Cabosanroque que reflexiona sobre el papel de la mujer durante la guerra.

El festival literario Kosmopolis, centrado en el agua y las literaturas oceánicas, explorará todo lo que cabe entre la 'Odisea' y 'Moby Dick' para cubrir «mitologías marinas, ficciones náuticas y viaje abisales», mientras que los debate del centro estarán centrados en la defensa de la democracia ante el auge del autoritarismo.

En 2023, el CCCB seguirá estrechando lazos con el barrio a través de talleres y programas educativos y buscará dar voz a jóvenes y adolescentes, públicos tradicionalmente desatendidos en este tipo de espacios. Para ellos se ha puesto en marcha Boca, una iniciativa con la que el centro invita a un grupo de adolescentes a programar un festival de música, y se recupera Bivac, un «laboratorio de pensamiento joven».

Como el Macba, también el CCCB afronta el nuevo curso con un notable incremento del presupuesto (de 11,8 millones de euros de 2022 a 13,6 en 2023, un 15,7% más), pero, como ocurre con la mayoría de instituciones y equipamientos, el montante destinado a facturas y suministros es también cada vez mayor. «Sólo la luz ya son 700.000 euros al año», apunta Carrera. Y eso, lamenta, «son dos exposiciones menos».