La gran odisea de las obras del 'Prado disperso'
Un libro escrito por Mercedes Orihuela, durante años responsable del Servicio de Depósitos del museo, rememora las vicisitudes de muchos préstamos en su periplo fuera de la pinacoteca
El Prado reordena su política de depósitos, pero no abrirá subsedes ni 'mini-Prados'
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEl 1 de julio de 1978 'El Imparcial' se hizo eco de una denuncia que habían hecho partidos políticos extraparlamentarios en la que se afirmaba que habían desaparecido 7.000 obras del Museo del Prado. En la portada del diario aparecía ... una fotografía del entonces director de la pinacoteca, José Manuel Pita Andrade, sonriendo. Se decía: 'Señor director del Prado, no se ría usted'. La Fiscalía del Reino (hoy Fiscalía General del Estado) decidió abrir una investigación, que duró tres años. Se contrató a un equipo de universitarios para que acompañasen a los policías designados por la Fiscalía en su recorrido por las instituciones de Madrid donde había depósitos del Prado. En el caso de los de fuera de la capital, era el propio fiscal quien pedía por carta la documentación pertinente.
Las conclusiones se publicaron en las memorias de la Fiscalía de 1979 y 1980. A partir de entonces se impulsó la revisión sistematizada de los depósitos del Prado. En la década de 1860, con motivo del cierre del Museo de la Trinidad, llegó al Prado un aluvión de obras, lo que permitió una política de depósitos fuera del museo, pero sin criterio museológico ni científico.
-
Guido Reni, 'el divino': una vida en busca de la belleza
Natividad Pulido
Entre aquellos universitarios que ayudaron a la Fiscalía se hallaba Mercedes Orihuela Maeso, que sería conservadora del Prado y responsable del Servicio de Depósitos durante muchos años. Se jubiló en 2000. Mañana sale a la venta su libro 'El Prado disperso' (Espasa). Charlamos telefónicamente con su autora. Lo primero, saber cómo acabó aquella historia. La curiosidad nos puede. «Obviamente, no habían desaparecido 7.000 obras, ni muchísimo menos. Se supo que había cuadros desaparecidos por causas justificadas, como el bombardeo de la Embajada en Berlín en la Segunda Guerra Mundial o en San Petersburgo con la Revolución. Y en el incendio del Tribunal Supremo en 1915 se perdieron muchas obras. Algunas se han encontrado con posterioridad».
Es el caso del 'Desembarco de Fernando VII en el Puerto de Santa María (Cádiz)', de José Aparicio e Inglada. Probablemente, este monumental cuadro, de siete metros, se dañó de forma parcial en el incendio. Se localizó, fragmentado en 21 piezas, en el Museo Cerralbo. Fueron adquiridas en el Rastro de Madrid por el marqués de Cerralbo: 13 enmarcadas y 8 sin enmarcar. También fue hallado otro depósito del Prado en el Tribunal Supremo que se creía destruido: 'Abraham y los tres ángeles', de Juan Antonio de Frías y Escalante, localizado por la policía en 1994 en la sala Fernando Durán de Madrid. ¿Cuántas de esas 7.000 obras han podido desaparecer? «Unas doscientas y pico». En los últimos años el Prado ha conseguido localizar una veintena.
La editorial Espasa se puso en contacto con Mercedes Orihuela, quien aceptó escribir el libro. ¿Habló usted con el Prado? «De forma oficial, pues no, la verdad. He escrito el libro con los recursos que tenía». Conocemos como 'el Prado disperso' las obras inventariadas y asignadas al Prado, depositadas o prestadas a largo plazo en instituciones dentro y fuera de nuestro país, pero cuya titularidad mantiene la pinacoteca. Actualmente, hay 3.425 bienes culturales del Prado depositados en 280 instituciones: 3.218 en 259 centros en España y 207 en 21 fuera de nuestro país. 'El Prado disperso' ha pasado a llamarse 'el Prado extendido'. Bajo este nuevo nombre, reforzará entre 50 y 70 museos de toda España con sus colecciones. La pinacoteca exhibe entre 1.600 y 1.700 obras en sus salas y hay unas 3.000 en almacenes. Supone una reordenación integral de la política de depósitos del Prado. Hasta ahora los había sin sentido, amén de una falta de protección de las obras.
Es el caso del monumental cuadro 'La muerte de Lucano', de José Garnelo, que durante años estuvo en el Instituto Padre Luis Coloma de Jerez de la Frontera. La pintura, dañada por un balonazo, colgaba en la escalera del centro en un estado lamentable: se caía literalmente a trozos. Incluso le faltaban fragmentos, como el correspondiente a la espalda del esclavo, que se hallaba en un cajón del despacho del director del Instituto. Tras pasar por el 'quirófano' del Prado, donde estuvo seis meses, la obra resucitó milagrosamente y hoy se halla depositada en el Museo Garnelo en Montilla (Córdoba). Cuenta Mercedes Orihuela que Garnelo fue subdirector del Prado cuando se robaron las joyas del tesoro del Delfín: «El pobrecito, del disgusto, se puso muy malito y casi murió del disgusto».
Hasta 1981 no hay una normativa específica de depósitos temporales en el Prado. Se hizo en función de la experiencia que el museo tuvo con la investigación de la Fiscalía –explica Orihuela–. Un decreto que se sustituyó por otro del 87, desarrollo de la Ley de Patrimonio del 85. Hoy, el Prado hace un seguimiento de sus depósitos, exige que estén bien conservados y expuestos en público, que haya cartelas informativas, donde se diga que son depósitos temporales... Durante décadas, «no había un control riguroso, pues muchas instituciones las consideraban como obras suyas», apunta Orihuela.
A partir de los 60, el Patronato del Prado comisionó a Alfonso Pérez Sánchez, que después sería director del museo, para que se empezasen a hacer investigaciones sobre las obras depositadas. En 1969 o 1970, cuando todas las obras del Museo de Arte Moderno pasan al Prado, creándose una sección del siglo XIX, que se instaló en el Casón del Buen Retiro, el entonces subdirector, Joaquín de la Puente, hizo una intentona de lo que haría el fiscal años después.
Curiosamente, entre los depósitos no han faltado obras maestras, como 'Hipómenes y Atalanta', de Guido Reni, hoy una de las estrellas del museo. Desde finales del siglo XIX hasta 1967 estuvo cedido al rectorado de la Universidad de Granada, pero sin contar con las medidas de conservación pertinentes. La decisión del injusto 'destierro' la tomaron los Madrazo. Pese a la fama que obtuvo en su época, la pintura italiana del XVII cayó en desgracia. Fue Pérez Sánchez quien rescató esta obra para una exposición. Habitualmente, luce en la Galería Central, pero actualmente forma parte de la muestra que el museo dedica al artista. «Cuando se levanta un depósito, explica Orihuela, especialmente si es de un museo, se trae al Prado, se restaura, se considera si se exhibe en sala, y se les pregunta a los depositarios si quieren que se les mande otro en sustitución».
El libro arranca con las 'Historias cartujanas', de Vicente Carducho: 54 lienzos hoy depositados en la Cartuja de Santa María del Paular, pero que durante mucho tiempo estuvieron dispersos en depósitos por toda España: Córdoba, Sevilla, Valladolid, La Coruña, Tortosa, Zamora, Jaca, Burgos, San Sebastián, Bilbao... «Son cuadros de un formato tremendo y algunos se quedaron en el Prado, pero otros se fueron depositando en museos y en instituciones religiosas», comenta la autora. Eran 56. «Están todos en el Paular, salvo dos que estaban depositados en la catedral de Tortosa, sufrieron los bombardeos y se destruyeron. El resto de las piezas se restauraron y han vuelto al sitio para donde Carducho las pintó».
En el libro se habla también del cuadro 'Una huelga de obreros en Vizcaya', de Vicente Cutanda, que hasta 2004 estuvo depositado en el Ministerio de Trabajo y hoy se halla en el Prado. «Lo he incluido como ejemplo de que las obras del Prado son siempre del Prado; de que si se buscan, la mayoría de las veces se encuentran, y se pueden restaurar y colocar en las salas. Fue depositado en el Ministerio de Trabajo en los años 20-30. Estaba sin localizar. Allá por 2002-2003, no recuerdo bien, recibí una llamada del Ministerio de Trabajo en la que me decían que estaban buscando un repostero para poner en la escalera. Fueron a los almacenes, vieron un rollo de tela, lo desplegaron y lo primero que vieron fue la firma del artista. Obviamente, se levantó el depósito, se restauró y lo puede ver usted en las salas del siglo XIX».
El caso de la Biblioteca-Museo Víctor Balaguer en Vilanova i la Geltrú merece capítulo aparte. La noche del 31 de enero de 1981, unos ladrones, con Erik el Belga al frente, robaron prácticamente todas las obras depositadas por el Prado desde 1882, aparte de otras de su colección. El Prado levantó definitivamente el depósito, tanto de las piezas que habían sido robadas como de las que no. Los depositarios no tenían las medidas de seguridad oportunas. Algunas fueron arrancadas de sus marcos y otras, las más grandes, cortadas de su bastidor. Salvo 'La Anunciación' del Greco, procedente del Retablo del Colegio de Doña María de Aragón. «Debieron pensar los ladrones que tenía una seguridad especial», apunta Orihuela. Las obras fueron halladas en un almacén en Centroeuropa. Salieron del país en un camión de mudanzas. La Biblioteca-Museo Víctor Balaguer en Vilanova i la Geltrú cuenta con una Sala Prado, donde exhibe los nuevos depósitos que obtuvo.
Otra de las obras incluidas en el libro es 'El expolio de Cristo', de Francisco Rizi, depositado en la catedral de la Almudena de Madrid. «En la España de los años 30 y 40, el Barroco no tiene ningún interés, de ahí que algunos cuadros se depositan, porque no tienen demasiado interés para ser expuestos en las salas del museo. Esa concepción cambió. Se ha visto que realmente son obras importantes. Le cuento esto porque esta es una de las obras maestras de Francisco Rizi. Dado su monumental tamaño, cuando llegó, procedente del Museo de la Trinidad, seguramente vendría enrollado y así se quedó. Hasta que se planteó exponerlo en una exposición. Cuando se inaugura la Catedral de la Almudena, por su tamaño, por su tema, creyeron que era el sitio donde mejor podía estar».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete