El drama de Gaza, visto a través de los ojos de los fotoperiodistas que viven (y mueren) en la Franja
El Museo Thyssen acoge una exposición «necesaria y urgente», organizada por la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina (UNRWA), que trata de «despertar conciencias» a través de 27 fotografías
La voz de Hind, la voz póstuma de una niña palestina
Madrid
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Iniciar sesiónEste lunes, Francia reconocía el Estado palestino, como anunció en la Asamblea General de la ONU el presidente francés, Emmanuel Macron. Y un día después, el Consejo de Ministros en España aprobaba el real decreto ley del embargo de armas a Israel. Europa ... comienza a reaccionar al drama humanitario en la Franja de Gaza. El mundo del Deporte y la Cultura no se mantienen al margen. Vimos pancartas (pero también actos violentos) durante la Vuelta ciclista a España, como protesta por la presencia de un equipo israelí. También las hubo en la inauguración del Festival de San Sebastián. Y el Museo Thyssen se suma con una exposición, 'Gaza a través de sus ojos', que podrá visitarse de forma gratuita en el vestíbulo del museo hasta el 19 de octubre. Paradójicamente, al lado del 'Paraíso' de Tintoretto, se muestra el 'infierno' en el que el pueblo de Gaza vive a diario en la Franja: hambruna, deshidratación, bombardeos, enfermedades...
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Macron reconoce al Estado palestino bajo el boicot de EE.UU.
Javier Ansorena / J. P. Quiñonero
Son 27 imágenes tomadas por fotoperiodistas gazatíes, que desde octubre de 2023 documentan la vida en la Franja bajo el asedio. Allí viven y mueren (más de 200). No aparecen sus nombres en las cartelas, son anónimos. Una decisión tomada para que no haya represalias contra ellos y sus familias. Ninguno de ellos ha muerto; sí hay heridos y algunos han perdido a casi todos sus familiares. Esta exposición «es su mirada. Es la voz de Gaza. Es un llamamiento a no mirar hacia otro lado». En las fotografías, unos niños se asoman tras las lonas de plástico que tienen para resguardarse del frío. Otros juegan en un columpio improvisado en medio de la destrucción. Porque, pese al drama y la tragedia, los niños siguen siendo niños. Los hay incluso que asisten a clases en lugares improvisados. Las escuelas se han convertido en refugios. No falta el éxodo de unos dos millones de personas a ninguna parte, ni las vergonzantes colas del hambre. Ni los escombros, escombros por doquier. Casi el 78 por ciento de las construcciones han sufrido daños.
Se trata de un proyecto puesto en marcha por la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina (UNRWA) y el Departamento de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO), que acoge el Thyssen y ha contado con la presencia del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que también es el presidente de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza. Guillermo Solana, director artístico del museo, afirma que esta es una exposición «necesaria y urgente». Ya el año pasado hizo hueco en sus salas a otra muestra sobre Ucrania en el aniversario de la invasión rusa. Sobre las fotografías expuestas, advierte Solana que «en ocasiones, los fotorreporteros explotan lo más obsceno de la guerra con poco respeto y empatía. En este caso, me han impresionado las fotografías, hechas por los propios palestinos con exquisitez, respeto, sintonía y comprensión. Algo que no es frecuente en los reporteros de guerra. Los niños sufren, pero también sonríen. Pese a todo, el pueblo palestino resiste».
«Esta es una exposición pequeña en la que es muy importante el valor de los testimonios -prosigue Solana-. Son fotografías hechas por testigos protegidos. No podemos divulgar sus nombres, ni conocer su paradero, porque sus vidas y las de sus familiares corren peligro. Esas imágenes podrían valer en un proceso por crímenes de guerra. Esta exposición es un homenaje, un tributo a esos fotoperiodistas heroicos. Más de dos centenares han sido ejecutados en atentados diseñados con tal fin. Se va a por ellos. También es un homenaje a UNRWA, que ha seleccionado las fotografías y ha escrito los textos que las acompañan. Desde 1949 lleva a cabo una labor sostenida de socorro y acogida, pero ha sido difamada y calumniada». No ha recibido el museo, advierte, presiones de ningún tipo para no hacer esta exposición: «Que yo sepa«, apostilla. Y concluyó diciendo que esta exposición es «un tañido de campana para despertar conciencias dormidas».
Raquel Martí, directora ejecutiva de UNRWA España, ofreció unas cifras demoledoras sobre el drama que vive Gaza: «Israel ha aprobado leyes para prohibir el trabajo de UNRWA, donde trabajan unas 12.000 personas. 360 compañeros han sido asesinados y el 85 por ciento de nuestras instalaciones han sido destruidas. Somos objetivo militar. Israel trata de silenciar a los periodistas en Gaza, de acallar sus voces. Han muerto 240. No deja entrar a la prensa internacional. Hoy no hay lugar seguro en Gaza. Israel está hacinando a la población, no hay condiciones higiénico-sanitarias, ni agua, ni alimentos. Pero vamos a seguir trabajando hasta el final».
Sobre las mujeres en la Franja, advierte que, junto con los niños, «son el colectivo más vulnerable. Israel ataca áreas materno-infantiles de los hospitales. Las embarazadas no pueden dar a luz en buenas situaciones: algunas están desnutridas, hay partos prematuros... No hay kits higiénicos para las niñas y mujeres que tienen la menstruación y acaban siendo estigmatizadas. Y las mujeres son las que más resultan contagiadas por enfermedades». «De los 400 centros de distribución de alimentos de la ONU que había se ha pasado a solo tres, gestionados por mercenarios de Estados Unidos», explica Raquel Martí. En cuanto a la situación económica de la agencia, comenta que la retirada de fondos de Estados Unidos (en torno a un tercio del total) les ha hecho mucho daño. «España es uno de los países que más ha aumentado la financiación. Otros, en cambio, la han reducido. La situación económica es precaria. En unos meses se acabará el dinero».
El ministro de Cultura elogió la tarea heroica que hacen en Gaza, ejemplo de resistencia: «Es un honor» y destacó «la dignidad de un pueblo que sufre». Cree Urtasun en el «valor de la cultura para dar voz a quienes son silenciados. La cultura ha alzado su voz. El silencio y la indiferencia nunca son opciones. El mundo de la cultura se está movilizando por el genocidio en Gaza. Los artistas se están mojando, pese a las consecuencias que les pueden acarrear. Cuentan con la admiración del Gobierno de su país». Sobre las voces judías que se alzan denunciando una ola de antisemitismo, el ministro dice que «hay que diferenciar entre la comunidad judía y las políticas sionistas. Siempre denunciaremos el antisemitismo».
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