La 'España oculta' de Cristina García Rodero sale a la luz 35 años después

«Me hice comisaria porque no me da la gana de que toqueteen mis fotos y les den un sentido distinto al que yo quiero. Y me hice editora por una situación que no es agradable», afirma, sin dar más explicaciones, la fotógrafa de Magnum, primera española en entrar en la prestigiosa agencia. Le cuesta hablar en público, pero una vez que se arranca no hay quien la pare. Hoy, en la presentación a la prensa, estaba dicharachera. Y radiante, con camisa de flores de vivos colores y traje de chaqueta rojo.

El Círculo de Bellas Artes ha colaborado en este proyecto con otras instituciones, como la Fundación Juan March, el Centro Cultural la Malagueta de la Diputación de Málaga y el IVAM de Valencia. Y es que, tras su paso por Madrid (permanecerá hasta el 18 de agosto), la exposición viajará a las sedes de la March en Cuenca y Palma, a Málaga, a Valencia... Y podría viajar al extrajero: ¿Arlés? ¿Alemania? La muestra reúne 152 fotografías de gran formato, todas en blanco y negro, copias que han salido del laboratorio del fotógrafo Juan Manuel Castro Prieto, que colabora desde hace muchos años con García Rodero. El elegante montaje lo firma Eloy Martínez de la Pera y su equipo.

En la sala Picasso cuelgan imágenes de niños y ancianos, viudas, travestis, pastores, penitentes y nazarenos, curas, bomberos toreros, gigantes y cabezudos, santos, Cristos y Vírgenes, procesiones y carnavales, romerías y fiestas, vaquillas, caballos, ataúdes y cruces, mantillas y trajes populares... Y pueblos, con casas con paredes desconchadas. Y gente sentada al fresco fuera de casa. Una España (casi) olvidada, oculta, pero muy sabia (para nada ignorante), que una joven de 23 años decidió recorrer de punta a punta gracias a una beca de creación artística otorgada por la Fundación Juan March hace medio siglo. Con el dinero recibido, 180.000 pesetas, compró una cámara (Asahi Pentax de 35 mm) y material fotográfico. El proyecto era de un año, pero se alargó muchos más e incluso no está cerrado. Hoy sigue revisitando los mismos lugares e inmortalizando con su cámara sus fiestas populares y costumbres tradicionales.

García Rodero se suma a una temporada muy fotográfica en el Círculo de Bellas Artes, como recuerda su director, Valerio Rocco. Y es que ya han expuesto otros grandes fotógrafos como Eduardo Momeñe, Colita, Pilar Aymerich y Gervasio Sánchez. Rocco hace una pregunta metafísica: «¿Qué es España?». «Cristina decía que había intentado fotografiar el alma misteriosa y oculta de España en este trabajo. Volver cincuenta años atrás es más necesario que nunca», afirma. Manuel Fontán del Junco y María Zozaya, director de Museos y Exposiciones y jefa de Proyecto Expositivo de la Fundación Juan March, respectivamente, recordaron aquella beca que le cambió la vida a García Rodero y cómo una visita al archivo de la fundación para el documental 'Cristina García Rodero. La mirada oculta' (Wanda Films), dirigido por Carlota Nelson, fue el origen de este proyecto. Este viernes, ese documental se proyectará en el Cine Estudio del Círculo y posteriormente habrá un coloquio. Si Ortega habló de la España invertebrada, y Julián Marías de la España inteligible, García Rodero aborda la España oculta, advierte Fontán del Junco, para quien esta exposición será un exitazo de crítica y público.

«¡Cuántas mujeres! ¡Qué gusto!», dice Cristina García Rodero (Puertollano, 1949) al entrar en la sala donde tuvo lugar la sala de prensa. «Hoy las mujeres son protagonistas de las fiestas, pero antes se quedaban en casa cocinando», comenta. La fotógrafa echa la vista atrás. «Con 23 años tenía muy poca experiencia de nada. Pero emprendí una hazaña desconocida porque estaba harta de ver esa imagen folclórica que el Estado español daba a los extranjeros: la Feria de Abril de Sevilla, los Sanfermines... Se dejaban atrás cosas muy interesantes. Sin la Fundación Juan March, ¿qué hubiera sido de mí? Compré una cámara y material, conduje sola por carreteras asesinas, me tragué los miedos y encontré una España de puertas abiertas. Ha sido un placer conocer España. Me ha servido para conocerme. Quería encontrarme a mí misma, creer en mí... Hallé descrédito, me miraban por encima del hombro ("aunque eso no es difícil con mi estatura", bromea). Mi trabajo no fue valorado al principio, porque yo fotografiaba una España que querían olvidar, una España con un tufo a antiguo. Pero se dieron cuenta de que son las raíces, algo que había que reivindicar, y de despreciarlo se pasó a potenciarlo».

Pese a haber pasado tantos años, aún mantiene relación con personas que conoció. «Algunas me dicen: "Cristina, no nos olvides". En el cartel de la exposición aparece un niño. Es Rafa, hoy tiene 50 años y es alcalde de su pueblo». «La vida está siendo generosa conmigo. He tenido suerte en la vida y he podido hacer lo que me ha gustado. Gracias a las clases, me pagaba mis viajes y aprovechaba las vacaciones para trabajar», confiesa García Rodero. Aunque sí lamenta que haya muchos fotógrafos en España que »no tienen la misma oportunidad que en otros países. Hace falta más cultura de la imagen».

Por otra parte, dentro de la programación de PHotoEspaña, la galería Ponce + Robles de Madrid exhibe, del 1 de junio al 12 de julio, 'Llibrets de Festes. Cristina García Rodero, Cristina de Middel, Lúa Ribeira', comisariada por Rafael Doctor. Las tres fotógrafas españolas pertenecientes a la agencia Magnum se reúnen por primera vez en este proyecto realizado en 2023 en la Comunidad Valenciana, que aborda las fiestas de primavera de la región desde sus diferentes perspectivas y recorridos.