Un utópico Fuller irrumpe en Madrid
Una muestra comisariada por Norman Foster recorre las creaciones del genuino artista estadounidense

Bucky Fuller solía decir que «diseñar es hacer lo máximo con lo mínimo». Con una fuerza férrea en sus ideales, logró extrapolar esta máxima no sólo a la arquitectura sino a su propia persona. Solo de este modo se consigue comprender que una misma persona represente tantas disciplinas distintas.
Aunque el célebre arquitecto Norman Foster –comisario de la exposición– asegure que Fuller es «un gran genio americano para el que no existe etiqueta alguna», lo cierto es que muchas son las definiciones que se le atribuyen. «Marinero, maquinista, pensador global, emprendedor, creador, estudioso de tendencias, editor técnico, empresario, ángel, estratega, profesor de universidad, crítico, seminarista experimental, elemento aleatorio, verbo, diseñador completo, inventor, ingeniero, arquitecto, cartógrafo, filósofo, poeta, cosmogonista, coreógrafo, visionario, científico, unidad de valor, matemático, piloto de aviones, teniente de la armada, genio afable, geómetra, pensador inconformista, revolucionario amable, genio adorable, antiacadémico, doctor en ciencias, doctor en las artes, doctor en diseño, amigable lunático, profeta, el custodio de un recurso vital» son «algunas» de las etiquetas que marcaron la vida de este genio americano, que por primera vez llegan a España de la mano de Ivorypress en una exposición bautizada
Espíritu visionario
Casi tres décadas después de la muerte del «padre de la sostenibilidad moderna», Norman Foster le rinde su particular homenaje. En la muestra –que permanecerá abierta hasta el próximo 30 de octubre – se da cuenta de la estrecha amistad y admiración mutua que les unía. Maestro y aprendiz se conocieron en 1971, cuando Fuller buscaba un arquitecto para colaborar en el proyecto de un teatro bajo el patio de St. Peter's College en Oxford. «Este fue el inicio de una relación de trabajo y amistad que se mantuvo durante doce años hasta su muerte en 1983», afirma Foster.
El Fuller más visionario se muestra en la sede de la galería madrileña. La exposición, en la que también colabora el colega de Foster, Luis Fernández-Galiano , revisa la obra del estadounidense a través de una interesante recopilación de las creaciones del artista. Propuestas rompedoras, inteligentes y utópicas que fueron el despertar para toda una generación venidera. La «joya» de la muestra, el Dymaxion Car . Un vehículo futurista diseñado por «Bucky» en los años 30 y sobre el que Foster realizó un cuarto prototipo en 2008. No obstante, el universo de Fuller no se limita únicamente a las cúpulas geodésicas o al Dymaxion map . Su anhelo por convertirse en el «Ford de las casas» y su gran conciencia sobre el aprovechamiento de los recursos de la tierra, hicieron de este inabarcable creador un pionero del siglo XX. Genialidades aparte, Fuller fue un gurú en todos lo sentidos. En el plano de la lingüística, tuvo que idear algunas palabras para poder dar forma a sus utópicas propuestas. En este sentido, Dymaxion es uno de tantos ejemplos de los neologismos que desarrolló tras aunar «dynamics, maximum y tension».
Además, la muestra irrumpe en la capital madrileña con un programa repleto de actividades paralelas a la exposición. La publicación del libro Dymaxion Car Buckminster Fuller , y un ciclo de conferencias –con ponentes de la talla de Allegra Fuller, Luis Fernández-Galiano, Norman Foster, Thomas T.K. Zung, entre otros– completan la propuesta.
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