El ARCO más nostálgico abre sus puertas: amores no correspondidos, homenajes y ausencias

Esta es, en términos generales, la impresión que nos llevamos, a falta de una segunda visita más a fondo. En primer lugar, la foto de la feria no está en la feria. Nos explicamos. De haber expuesto Eugenio Merino su último proyecto, 'Ruina', en ARCO, qué duda cabe que volvería a triunfar en número de selfis, como ya hizo en 2023 con el 'cadáver' de Picasso y antes con Franco metido en la nevera. Pero este año, otro insigne 'cadáver', el de Lorca, se exhibe enterrado en su fosa en la Galería Memoria de Carabanchel. Quizá en ARCO no le dieron permiso para levantar el suelo para construir la fosa.

A falta, pues, de cadáveres merinianos que llevarnos a la web, la foto de ARCO 2024 será la de una obra que ya estuvo en la segunda edición de la feria, allá por 1983. Aunque, si lo más sorprendente y fotografiado de este año es una pieza que ya estuvo hace 41 años, mal vamos. Se trata de 'Manuel', una escultura hiperrealista de Rodrigo Muñoz Ballester (Tánger, 1950) -conocido artísticamente como Rodrigo-, en el estand de la galería José de la Mano. Fue la primera pieza de temática abiertamente gay que se mostró en ARCO. Causó un gran revuelo, e incluso pidieron que se retirara.

La compró un coleccionista y asesor de la Tate Gallery, que la tuvo primero en Londres y, después, en Nueva York. Cuando el coleccionista murió en 1992, su pareja se dio cuenta del valor emocional de la pieza y decidió devolvérsela al artista. Llegó a España en avión, pero, como Rodrigo no tenía dinero para pagar las 600.000 pesetas de gastos de transporte y almacenamiento, estuvo allí varios meses. Hasta que se apiadó un trabajador al conocer su historia.

Es la historia de un amor imposible, no correspondido, platónico. El de Rodrigo por Manuel. Rodrigo comenzó a trabajar en la pieza en 1977, cuando en verano, en una piscina pública, conoció a Manuel y se enamoró de él. Un desnudo homoerótico (un hombre vestido dentro de otro hombre desnudo), en el que el artista reflexiona sobre el amor y el deseo. La terminó en 1983, año en el que la galería Seiquer la expuso en su estand de ARCO. Cuenta Rodrigo, rodeado de periodistas, que acudían a ver la pieza las señoras de la limpieza, padres con niños, un policía con su mujer... «Cada tarde, una señora se sentaba en una silla plegable frente a la obra, la miraba extasiada. Era Maruja Mallo. Y exclamaba: «¡Si lo viera Federico!» [por Lorca]«. Y añade que la entonces directora de ARCO, Juana de Aizpuru, «trató de que se retirara». La escultura incluye un corazón de color violeta iluminado. La historia fue adaptada al cómic, publicada en entregas mensuales en la revista 'La luna de Madrid'.

En el estand de José de la Mano se exhibe la pieza (su precio, 80.000 euros), junto con material del archivo de la sesión fotográfica que apareció sin positivar. Será curioso ver cómo reacciona, 41 años después, el público en un mundo 'woke' y políticamente correcto. De momento, Instagram ya la ha censurado. Nos explica Rodrigo que Manuel -hoy tiene 71 años- se quedó viudo, tras cuidar durante diez años a su esposa, enferma de alzhéimer. Recuerda que los problemas no los tuvo en ARCO, sino un día tras salir de un cine con su pareja, cuando se acercó a ellos «un grupo de fachas con bates de béisbol y cadenas».

Dejamos atrás a Rodrigo y a Manuel y esa historia de amor imposible. Vamos en busca de las piezas más cotizadas. Que sepamos, podría ser 'Pintura', de Joan Miró, de verano del 36 (a la venta por 3.350.000 euros), en la galería Leandro Navarro. Es una de las 27 obras de su serie conocida como 'Las masonitas'. Parte del cuadro es masonita, un conglomerado, un material humilde. Son obras icónicas, la mayoría está en museos. En España hay dos: una en la Fundación Miró de Barcelona y otra en la Colección Carmen Thyssen.

Íñigo Navarro se suma al centenario de Tàpies con varias piezas en el estand de ARCO (como 'Te hablo con la mano', de 1999, cuyo precio es 650.000 euros) y una monográfica en la galería. También destaca 'La niña sentada en la sala de los bancos', de María Blanchard. Su precio: 275.000 euros. «Es una obra muy emblemática -dice el galerista-. Hay pocos pasteles de la artista en el mercado». El próximo mes le dedicará una exposición el Museo Picasso Málaga. Comenta Íñigo Navarro que «cada vez cuesta más encontrar obras importantes de esta artista, pues hay un enorme interés internacional en ella y se está reivindicando mucho». A pocos metros, en el estand de Guillermo de Osma, un gran Picasso, 'Compotier, bouteille et paquet de cigarettes', óleo sobre lienzo de 1922. Su precio: 2,5 millones. Tiene un gran pedigrí: las galerías Louise Leiris, Berggruen, Helly Nahmad...

Como se preveía, al calor del centenario y de la retrospectiva del Reina Sofía, han sacado los Tàpies del fondo de armario. Los hay en Mayoral ('La tabla negra', 450.000 euros, es uno de los cuatro que han traído a ARCO), en Lelong ('Principiel', de 1989, 950.000 euros más IVA, vendido antes de que ARCO abra sus puertas), en Prats Nogueras Blanchard (la última mesa que creó el artista, en 2008). La pintó Tàpies en el suelo: aún son visibles las huellas de sus pies. Su precio: 950.000 euros más IVA. Explica Alex Nogueras que, aunque ya llevan colaborando varios años, la unión de estas dos importantes galerías (Joan Prats y Nogueras Blanchard) es muy reciente y la experiencia muy positiva. Un matrimonio bien avenido: pese (o quizá debido a) la diferencia de los artistas de ambas galerías, se complementan muy bien los cuatro galeristas: Alex Nogueras, Rebeca Blanchard, y Patricia y Marta de Muga.

En el estand de Mayoral, las estrellas son 'Metamorfosis', de Saura, del 85 (680.000 euros) y una escultura de Chillida ('Hierros del temblor', 1,2 millones). También se celebra el centenario del escultor vasco, pero no hay tanta obra como de Tàpies. El año pasado, una escultura en el estand de Carreras Mugica era la más cara de la feria: 3,7 millones de euros. Explican en Lelong que la gran retrospectiva que le dedica el Reina Sofía a Tàpies en su centenario ayuda mucho: «Es uno de los artistas más importantes del siglo XX, al mismo nivel que norteamericanos como Motherwell, pero aún no ha alcanzado su tope. Hay un interés creciente en su trabajo, pero debería ser aún más reconocido».

Fuera del estand de la galería Elvira González, luce en todo lo alto una espectacular pieza de Olafur Eliasson. Con el título 'Your imaginary future' (2020), es un espejo circular de cinco metros de diámetro con un arco de luz suspendido a gran altura del techo. El arco montado en el espejo crea la ilusión de un inmenso anillo de luz. Nuestra imagen se proyecta en un espacio inventado. Hay también obras de Chillida, Barceló, Pae White, uno de los codiciados móviles de Calder...

Aunque ayer no apareció por ARCO Helga de Alvear, en el centro de su estand se ha instalado otra de las piezas de la feria: 'Short Story', 2020, de Elmgreen & Dragset (dúo nórdico formado por Michael Elmgreen e Ingar Dragset), que apunta a ser carne de selfi. Un niño yace vencido, derrotado, sobre la hierba en una cancha de tenis. No, no son Alcaraz ni Nadal. Falta la segunda pieza, que corresponde al vencedor, y que irá a ARCOlisboa. La galería Fernández-Brasso se suma al centenario del surrealismo con obras de artistas como Óscar Domínguez y Wifredo Lam. También hay obras del canario en Guillermo de Osma.

Muy emotivo se prevé que sea el homenaje que hoy a las 10.45 horas le dedicará la feria a José Martínez Calvo, fallecido el año pasado. Era la mitad de Espacio Mínimo; la otra mitad, Luis Valverde. Este nos explicaba ayer que hay guiños en recuerdo al inolvidable Pepe por todo el estand: una foto de sus piernas junto a su perro, tomada por Miguel Ángel Gaüeca; la mesa y las sillas de su nueva casa, una maleta de bronce de Bene Bergado, que evoca el gran viaje; 'memorabilia' de Liliana Porter o una serie de Donna Conlon. Pepe, ya enfermo, hizo fotos de estas obras y él aparece reflejado en una de ellas, que Conlon ha regalado a Luis. También se espera que haya en ARCO otro homenaje a Juana de Aizpuru, galerista y primera directora de la feria, que se ha retirado. Costará no verla en su habitual estand con su pelo encendido y sin pelos en la lengua. Su espacio lo ocupa la galería Chantal Crousel.

A la seis de la tarde de hoy -un día antes de lo que solían hacerlo- inaugurarán la feria los Reyes. Estarán acompañados por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que se estrena en ARCO. Si se pasa por programas comisariados como los dedicados al Caribe y a Latinoamérica, podrá ver mucha obra descolonizadora. Estará en su salsa. Ayer por la mañana se reunía con el Consorcio de Galerías de Arte Contemporáneo, quienes le hicieron llegar la eterna petición de la reducción del IVA cultural, que países como Francia ha fijado en un 5,5%. Hace 30 años los galeristas ya andaban con esta reivindicación. Dicen que el ministro se mostró receptivo. Galeristas lucirán hoy una chapa con el lema: «IVA cultural ¡ya!». Pero con Hacienda hemos topado. Dudamos que unas chapas amedrenten a la señora Montero.