Alberto Sánchez recupera su espacio expositivo en Toledo 22 años después

La vuelta a la luz de estas obras hasta ahora ocultas ha sido posible además gracias a la excelente recuperación y rehabilitación de la que fuera sacristía de la antigua iglesia de dicho convento, hasta ahora convertida en almacén y cuya recuperación ha supuesto un arduo trabajo. Una sala acogedora que permite la contemplación serena de la obra. Allí esperan para ser contempladas de nuevo piezas emblemáticas como 'La mujer de la estrella', 'Maternidad', 'Minerva de los Andes' o 'Mujer castellana', La muestra también acoge las portadas que el artista hizo para dos libros del escritor Alicio Garcitoral, 'El paso del mar rojo' y La revolución capicúa'.

Desde que en 2001 cerrara sus puertas el Museo de Arte Contemporáneo de Toledo, ubicado en la 'Casa de las Cadenas', las obras de Alberto Sánchez fueron trasladadas a los almacenes del Museo de Santa Cruz, depositario de las obras y encargado de su custodia y conservación. Es cierto que algunos de sus trabajos han estado a disposición de los investigadores y han formado parte de exposiciones temporales en distintas ciudades españolas, pero este valioso legado donado al Estado español por la familia carecía de un lugar de referencia. Ahora ese reencuentro en casa se ha producido.

Junto a esta exposición impulsada por la Junta de Castilla-La Mancha y comisariada por Rafael Sierra, director artístico de la Colección Roberto Polo, y Antonio F. Dávila, director del Museo de Santa Cruz, también se va a presentar un libro que repasa la trayectoria y la obra del artista toledano de la mano de destacados especialistas.

Alberto Sánchez protagonizó en 1926 uno de los capítulos más importantes del movimiento vanguardista en España con la creación, junto con Benjamín Palencia, de la 'Escuela de Vallecas', año en que además inauguró su primera exposición individual en el Ateneo de Madrid.

Entre otras referencias, en 1937 participó en el Pabellón de la República Española en la Exposición Universal de París, donde conoció a Picasso. Colaboró con 'La Barraca' de Federico García Lorca. En 1938 se vio obligado a tomar el camino del exilio y falleció en 1962 en Moscú, ciudad que en 1968 acogió una gran muestra de su trayectoria pictórica y escultórica en el Museo Pushkin. En 2001 el Museo Reina Sofía ofreció otra exposición al artista.