Carlos Urroz: «No por cumplir 30 años está ARCO fuera de peligro»

El nuevo director toma las riendas de la feria en su trigésimo aniversario. Abre sus puertas el miércoles y será inaugurada el jueves por los Príncipes de Asturias

ÓSCAR DEL POZO

NATIVIDAD PULIDO

—ARCO cumple 30 años, pero visto lo visto el año pasado, ¿ha alcanzado la madurez? Nadie lo diría...

—(Se ríe) Es un proyecto bastante maduro. Pero no por cumplir 30 años está fuera de peligro: hay crisis económica, muchas ferias...

¿Qué ... ha cambiado en estos meses para que un sector levantado en armas contra Ifema esté hoy callado?

—Muchas pretensiones de las galerías se han atendido: solo participan las que decide el comité, la feria es más pequeña... Cuando pones en riesgo una cosa y tensas tanto la cuerda que está a punto de romperse, la gente piensa: «A lo mejor se cierra esto que es muy importante para todos». El año pasado hubo un grandísimo desacuerdo, y encima ventilado ante los medios. Ifema y las galerías han puesto de su parte.

¿Temió que ARCO se fuera al traste? Se habló de crear ferias paralelas.

—En Barcelona siguen pensando en hacer una gran feria. Cuando hay un proyecto que desaparece, otros nacen. Siempre hay alguien que aprovecha esa inercia. Yo temí por ARCO como lo concebimos hoy.

—¿Habría sitio en España para dos grandes ferias?

—Yo creo que no, como no lo hubo en Alemania, donde hay más mercado. Pero la experiencia, y también los errores que ha cometido ARCO en estos 30 años, son muy valiosos.

—¿Cuáles han sido esos errores?

—Bueno, más que errores es probar cosas que luego descartas. No hablo de errores garrafales.

—¿Ha tenido tiempo para hacer «su» feria o será de transición?

—Me siento responsable de la feria de este año. Me hubiera gustado haber podido hacer más cosas pero espero poder hacerlas el año que viene. Es como yo quería: una feria más pequeña con menos cosas pasando alrededor. Lo que pase, que sirva a la feria.

—Este año habrá 197 galerías. ¿Se puede bajar más el número en el futuro?

—No es una cuestión de bajar el número, sino de calidad.

—Se ha reducido la presencia institucional. ¿Es imposible eliminarla como quieren algunos galeristas?

—Si hay instituciones, que apoyen a las galerías. Éstas ven mal la presencia de instituciones que les hagan la competencia: por ejemplo, representando a artistas.

—¿Por qué suprime los programas de performance y arte electrónico?

—Estos programas no habían conseguido atraer a nuevas galerías ni a coleccionistas interesantes.

—Pero mantiene el país invitado...

—Tiene sentido si genera continuidad en las galerías. Veremos si vienen el próximo año galerías rusas. A lo mejor hay que repensarlo. Este programa tenía antes una excesiva presencia.

—El arte latinoamericano entra, aunque de forma demasiado tímida.

—Vendrán más galerías latinoamericanas con los años. Latinoamérica tiene que ser un proyecto más amplio en ARCO: debe haber galerías en el programa general, en ARCO40, coleccionistas invitados, directores de museos... Pero no puede ser la única bandera lo latinoamericano, hay que ofrecer más cosas.

—Habrá 9.000 metros cuadrados menos. ¿Es una medida adecuada?

—La gente lo va a agradecer, es más accesible. Llenar 9.000 metros cuadrados con galerías buenas es muy difícil.

—Siguen faltando las galerías señeras internacionales. ¿Cómo traer a Marian Goodman, White Cube, Gagosian, Krugier...? Descartamos el secuestro y el soborno...

—Vienen galerías internacionales muy buenas por primera vez, como Eigen + Art, Luis Campaña, Andersen's... Goodman y Gagosian puede que no sean el objetivo número uno de ARCO. Estaría encantado de que vinieran y haré todo lo posible por que sea así. Pero esas galerías ya van a cuatro ferias y para hacer una quinta hay que darle un sentido. Lo que hay que hacer es buscar los Gagosian y Goodman del mañana.

—Dice Borja-Villel en un artículo que es la última oportunidad para ARCO. ¿Demasiado catastrofista?

—No creo que sea la última oportunidad. ARCO es un proyecto sólido y lo que tiene que mejorar es su internacionalidad. Es muy grande para el mercado español. Respeto la visión de Borja-Villel, pero no la comparto para nada.

—Los resultados de las últimas subastas en Londres han sido espectaculares. ¿Es un aliciente?

—Totalmente. Indican que el arte es una muy buena inversión y eso es muy bueno para la feria.

—¿Temió que la VIP Art Fair (una feria exclusiva en internet) se convirtiese en un enemigo?

—Los resultados no han sido tan buenos. Han aprendido que todo no es tan sencillo como parece. La experiencia en directo de una obra de arte no se cambia por nada. Hay un componente de excitación alrededor de la compra en la feria que estar en pantuflas en tu casa no te lo da. Nunca pensé que fuera un competidor de las ferias convencionales, más bien un complemento. Podemos hacer cosas juntos en el futuro.

—Barceló dice que no le gustan las ferias, que no son lugar para ver arte. Pero todos tenemos un pasado: hace años fue a ARCO de la mano de Bischofberger. Más enemigos en casa...

—Los artistas no lo pasan bien en las ferias, sino en el estudio y luego en el museo o en la galería. Entienden que para ver arte es mejor ir a una buena exposición que a una feria. Y yo también. La gente prefiere el modelo feria y yo lo respeto. Por algo será...

—¿Va a ser una buena feria?

—Va a ser una feria interesante.

—¿Preparado para las críticas?

—Sí, la crítica es muy sana. Me encantará que gente inteligente critique ARCO.

—¿No inteligentes abstenerse?

—Escucharé menos sus críticas.

CUOTA MASCULINA Y SUS PREDECESORAS

—Con usted entra al fin la cuota masculina en ARCO. En 30 años hubo discriminación positiva a favor de la mujer...

—No creo mucho en las cuestiones de género, que por ser hombre se gestione de una manera determinada. Trabajo en un equipo con nueve mujeres. No creo en cuotas o géneros, sino en que la gente sea válida.

—Destaque algo que haya aportado cada una de sus predecesoras en el cargo...

—De Juana, el mérito de poner en marcha una feria en un momento en que no existía nada. Admiro muchísimo su tesón. Rosina es una grandísima trabajadora; es capaz de convencer de proyectos muy dicíciles a políticos, artistas, galeristas... Su capacidad de implicar a gente es fantástica. Y Lourdes es una gran trabajadora e hizo todo lo posible por acercar la feria al mercado, a las grandes galerías, y lo consiguió: vinieron Marian Goodman, Hauser & Wirth...

—¿Y de lo que aportará usted?

—Eso que lo digan ellas...

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios