¿Viajará «El Grito» a Qatar?

La famosa obra del artista noruego pintada en pastel en 1895, la única de las cuatro versiones existentes que aún quedaba en manos privadas, aún llegaría a los 117 millones de dólares, una cifra que con las correspondientes comisiones quedó finalmente en 119,9 millones de dólares, convirtiéndose en la obra de arte más cara de la historia en una subasta.

Hasta ocho postores compitieron por el cuadro en una contienda en la que solo quedaron dos personas anónimas a través del teléfono . En la sala se escuchó a agentes que hablaban en inglés, en chino y hay quien asegura que también en noruego, pero nada se sabe de la identidad del anónimo ganador de la puja.

Las primeras sospechas recayeron inmediatamente en la Familia Real de Qatar , que en febrero pagó 191 millones de euros a un coleccionista privado por un cuadro de Cézanne. The New York Times, que apunta a la realeza qatarí de los Al Thani, incluye en su lista a Paul Allen , el cofundador de Microsoft, y al financiero ruso Leonard Blavatnik. «The Wall Street Journal» subraya, sin embargo, que Moffett tiene a los principales coleccionistas de Estados Unidos entre su clientela. Este especialista en arte impresionista, moderno y contemporáneo de Sotheby's anunció días atrás que había hasta diez clientes interesados en «El Grito», entre ellos dos estadounidenses, dos rusos, cuatro asiáticos y algún museo. «Dos o tres museos tienen el poder en el consejo [de administración] para formar un consorcio para comprar», afirmó Moffett, que mencionó el MoMA, el Metropolitan y, posiblemente, el Museo de Bellas Artes de Houston y el Art Institute of Chicago, según cita la especialista Lee Rosenbaum en The Huffington Post .

También se oían como posibles interesados nombres habituales en subastas, como el ruso Roman Abramovic h , dueño del Chelsea Football Club y uno de los más importantes coleccionistas del mundo de arte moderno. A él se atribuye la compra de obras multimillonarias de artistas como Freud y Bacon. Su novia, Daria Zhukova, es la dueña de una galería de arte en Moscú, The Garage.

El magnate estadounidense de la cosmética Ronald S. Lauder , que en 2006 pagó 135 millones de dólares en venta privada por el «Retrato de Adele Bloch-Bauer I» de Gustav Klimt, figuraba en las quinielas, así como el armador de origen griego Philip S. Niarchos , o Lily Safra , viuda del banquero Edmond Safra, que adquirió por 104,3 millones de dólares el «Hombre caminando I» de Giacometti en 2010.

En las especulaciones entraba Steven A. Cohen , dueño de hedge funds, otro de los grandes coleccionistas estadounidenses junto a Debra y Leon Black , Marie-Josée y Henry R. Kravis , Edythe L. y Eli Broad o Mitchell Rales , según la lista que cada año elabora la revista Art News.

En los años 90 la burbuja especulativa del mercado del arte llegó con los coleccionistas japoneses, que rompieron el mercado. El objeto de deseo entonces era Van Gogh. El «Retrato del Dr. Gachet» fue adquirido en 1990 por Ryoei Saito por 82,5 millones de dólares. Durante años fue el cuadro más caro de la Historia. El paradero del cuadro es un misterio. Se especuló incluso con que su dueño lo quemó antes de morir o que le enterraron con él.

Hace unos años volvió a haber una nueva burbuja especulativa, en este caso de la mano de los grandes magnates. Es el caso de Steve Wynn , propietario de casinos y hoteles en Las Vegas. Este llegó a cerrar un trato con Steven Cohen para venderle «El sueño», de Picasso por 139 millones de dólares. Pero un inesperado codazo de Wynn al cuadro, al que hizo un agujero, provocó que se desbaratara la venta.

Poco después se supo que David Geffen , magnate del mundo del disco y el cine (creó Geffen records y fundó con Speilberg y Katzenberg DreamWorks), pudo vender un Pollock, «Nº 5, 1948», por 140 millones de dólares. Nunca se confirmó. El hipotético comprador sería el mexicano David Martínez , empedernido coleccionista.

El marchante Jonathan Daunt ha señalado a la BBC que el mercado de obras maestras está aislado del resto de las obras de arte y cuenta con un gran potencial para inversiones de aquí a diez años. Esa sería una de las razones que explicarían el récord obtenido por «El Grito», de Munch, que además de mantener su marco original, contiene en el mismo un escrito de Munch (1863-1944) en el que explica cómo se inspiró:

«Estaba caminando por un sendero con dos amigos -se estaba poniendo el sol- cuando el cielo se puso repentinamente -hice una pausa, me sentía exhausto, y me apoyé en la cerca- había sangre y lenguas de fuego sobre el fiordo azul y negro y la ciudad. Mis amigos siguieron caminando, y me quedé parado allí, temblando de ansiedad; y sentí un grito infinito pasando a través de la naturaleza».

El empresario Petter Olsen, cuyo padre era amigo de Munch, empleará el dinero obtenido en la subasta para abrir un nuevo museo, hotel y centro de arte en Hvitsten (Noruega) dedicado al artista, que abrirá sus puertas en 2013, coincidiendo con el 150 aniversario del nacimiento de Munch.