La Tate Modern dirige su mirada a África, América Latina y Oriente Medio
El prestigioso museo londinense de arte contemporáneo diversifica con nuevos mercados, considerados hasta ahora periféricos, sus compras y exposiciones

En los próximos dos años, la Tate Modern de Londres expondrá una amplia selección de obras de artistas de África, Brasil y Oriente Medio , en un intento por diversificar e internacionalizar aún más su colección de arte contemporáneo.
En una rueda de prensa celebrada ayer, el director de la Tate, Nicholas Serota , anunció la adquisición de obras de artistas como el belga afincado en México Francis Alÿs, la peruana Sandra Gamarra , el libanés Saloua Raouda Choucair o el egipcio Hala Elkoussy , que se exhibirán en la capital británica durante 2013 y 2014. El objetivo es « diversificar los puntos de adquisición de obras y construir un panorama mucho más completo del arte contemporáneo alrededor del mundo», más allá de las obras de artistas europeos y norteamericanos, explicó Serota.
En este sentido, la Tate Modern organizará una serie de exposiciones en colaboración con la Pinacoteca del Estado de Sao Paolo (Brasil) , que arrancarán con una muestra de las obras de la artista suiza radicada en Brasil Mira Schendel , que se inaugurará en Londres en el otoño de 2013 y en Sao Paolo en 2014.
Culturas de todo el mundo
Además, la galería inaugurará este mes «Across the Board» , un proyecto de dos años con el que pretende promocionar el trabajo de artistas africanos, y que se iniciará con las exposiciones del nigeriano Otobong Nkanga y del angoleño Nàstio Mosquito .
El próximo verano, la Tate Modern dedicará un ala de su edificio a dos de los artistas contemporáneos africanos de mayor renombre internacional, el beninés Meschac Gaba y el pintor sudanés Ibrahim El-Salahi , del que se mostrarán un centenar de cuadros.
Según Nicholas Serota, se aprende en ambas direcciones
«Londres es un lugar al que es posible traer trabajos de otros países y desde el que contemplar culturas de todo el mundo», afirmó Serota, quien descartó que el arte occidental esté en crisis. «No diría que hay una crisis en el arte británico o europeo, sino que cada vez somos más conscientes de lo que se hace en otros lugares, en zonas conocidas como la periferia durante los siglos XIX y XX », opinó Serota. Este tipo de colaboraciones «son enriquecedoras en ambas direcciones. Aprendemos tanto de ellos como ellos de nosotros», añadió.
Cada año, la Tate Modern destina alrededor de 5 millones de libras (6,2 millones de euros) a adquirir nuevas obras . El 40 por ciento de ese dinero, unos 2 millones de libras (2,5 millones de euros) financian la compra de trabajos de artistas de fuera de Europa y Norteamérica.
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