«¡Solo puede haber sido pintado por un loco!»: el mensaje que escribió Munch en 'El grito'
Análisis caligráficos y con luz infrarroja realizados por expertos del Museo Nacional de Noruega, en Oslo, determinan que fue el pintor quien hizo esta inscripción en su célebre cuadro
Natividad Pulido
Los conservadores del Museo Nacional de Noruega han llegado a la conclusión de que una enigmática inscripción escondida en 'El grito' , la famosa pintura de Edvard Munch , fue escrita por el propio artista. Así lo han desvelado los análisis caligráficos ... y con luz infrarroja que se han realizado al lienzo. Se conoce desde hace mucho tiempo la existencia de dicha frase en la esquina superior izquierda de la pintura, que reza así: «¡Solo puede haber sido pintado por un loco!» . Pero siempre ha desconcertado a los expertos acerca de su origen. La inscripción, hecha a lápiz , se añadió a la pintura años después de que Munch la acabara, en 1893, lo que llevó a algunos a creer que podría haber sido agregada por otra persona. Los expertos estaban estudiando la inscripción antes de que la pintura se exhiba en su nuevo hogar, el Museo Nacional de Noruega, que se inaugurará en Oslo en 2022.
Las imágenes de Munch crearon indignación y debate en su época , hace unos 120 años. La primera vez que se menciona la inscripción fue en relación con una exposición en Copenhague en 1904, once años después de que Munch pintara 'El grito' en 1893. En ese momento, un crítico de arte danés pensó que la frase la había escrito una persona del público. Es fácil imaginar a un espectador indignado, frente a 'El grito', tomando un lápiz y expresando su opinión tanto sobre la obra de arte como sobre su creador.
Munch hizo cuatro versiones de 'El grito': tres están en Oslo (dos en el Museo Munch y una en la Galería Nacional de Noruega). La cuarta fue adquirida en 2012 por Leon Black en una subasta por casi 120 millones de dólares. La del Museo Nacional de Noruega es la primera. En la parte posterior del cuadro hay una versión parcial con una composición ligeramente diferente. Munch la rechazó, dio la vuelta al lienzo y pintó 'El grito' como lo conocemos hoy. La fotografía infrarroja de la pintura no reveló bocetos desconocidos, pero la inscripción apenas visible se hizo mucho más clara. «La escritura siempre ha sido visible, pero es muy difícil de interpretar. A través de un microscopio, se puede ver que las líneas de lápiz están físicamente encima de la pintura y se han aplicado después de que se terminara la pintura», dice Thierry Ford , conservador de pintura de la pinacoteca.
En octubre de 1895, Munch exhibió 'El grito' por primera vez en Noruega . Se había mostrado en varias exposiciones en el extranjero desde que fue pintado en 1893, pero esta fue la primera vez que el público nacional pudo conocer lo que se convertiría en una de las obras de arte más emblemáticas del mundo . La exposición provocó fuertes críticas. Henrik Grosch, entonces director del Museo Noruego de Artes Decorativas y Diseño y crítico de arte, escribió que las pinturas mostraban que ya no se puede considerar a Munch como «un hombre serio con un cerebro normal». Esta opinión fue compartida por otras personas.
La Student Society de Kristiania (Kristiania era el anterior nombre de Oslo) celebró una noche de debate sobre el arte de Munch. El poeta Sigbjørn Obstfelder , entre otros, habló cálidamente sobre el arte de Munch, mientras que otros fueron abiertamente críticos. El estudiante de medicina Johan Scharffenberg cuestionó el estado mental de Munch. Específicamente, se refirió a su 'Autorretrato con cigarrillo'. Ello afectó a Munch, quien probablemente estaba presente esa noche. En la década de 1930, Munch seguía mencionando ese episodio y sus notas están plagadas de autodefensa. «La teoría es que Munch hizo esa inscripción después de escuchar el juicio de Scharffenberg sobre su salud mental, en 1895 o posteriormente. Es razonable suponer que lo hizo poco después», advierte Mai Britt Guleng, conservadora de pintura del Museo Nacional de Noruega .
Su miedo a la enfermedad y a la muerte a buen seguro se debe a que, desde niño, convivió con ellas. Media familia falleció de tuberculosis: con 5 años pierde a su madre, su hermana Sohie murió a los 15 años. También su tía, su abuela materna, su abuelo paterno... Su hermana Laura padecía esquizofrenia. Y, por si fuera poco, su padre leía cada noche a los cinco hermanos la carta de despedida de su madre. « Vivo acompañado de los muertos... », escribía. El propio artista fue hospitalizado en 1908 después de un ataque de ansiedad. «Desde que tengo memoria he sufrido un profundo sentimiento de ansiedad que he tratado de expresar en mi arte -escribió Munch-. Sin esta ansiedad, habría sido como un barco sin timón». A los 48 años estuvo internado ocho meses en un psiquiátrico de Dinamarca.
Si Leonardo diseccionaba cadáveres para explorar el cuerpo humano, Edvard Munch diseccionó el alma, comenzando por la suya propia. Y, como Dorian Gray, no debió gustarle mucho lo que vio ante él: un ser alcohólico, enfermo, deprimido, solitario, perturbado mentalmente ... «Enfermedad, locura y muerte fueron los ángeles negros que velaron mi cuna», escribe Munch en uno de los textos recogidos en «El friso de la vida», título tomado del ciclo pictórico más ambicioso del artista, que le ocupó toda su vida.
La confirmación de que la inscripción fue realizada por el propio Munch permite diferentes interpretaciones de la creatividad de Munch y su relación con su propio arte. «La inscripción puede leerse como un comentario irónico, pero al mismo tiempo como una expresión de la vulnerabilidad del artista. Escribir en una pintura terminada muestra que crear para Munch fue un proceso continuo», dice Guleng.
En declaraciones a Artnet, Mai Britt Guleng dice que algunos expertos incluso creyeron que podría haber sido un acto de vandalismo. «En 1904 sería impensable para un crítico de arte que un artista hiciera tal inscripción en la superficie de su propia pintura». Si bien los textos en pinturas han aparecido a lo largo de la Historia del Arte, como en rollos de texto medievales o en retratos, este comentario mordaz fue algo diferente. «Esta inscripción no es una explicación sobre el motivo de la pintura, como en los otros casos. Este es un comentario sobre la salud mental del pintor, algo que un crítico de arte nunca esperaría que un artista hiciera él mismo». «Munch era una persona compleja y la razón por la que lo escribió es probablemente igual de compleja», dice Guleng. «Quería provocar pero también quería ser respetado. Para él era importante tomar el control de la historia sobre Munch tanto para él como para el público». En su opinión, el artista pudo haber escrito la inscripción en un momento de melancolía o mientras bebía . «Es un comentario doloroso y sarcástico».
«El cielo se volvió rojo como la sangre»
Fue en la colina Ekeberg , desde la cual hay una preciosa vista del fiordo de Oslo, donde Edvard Munch tuvo una revelación casi divina que dio origen a uno de los cuadros más famosos del mundo: «El grito». Así lo explicaba el artista: «Me encontraba paseando con dos amigos. El sol comenzó a ponerse. De pronto el cielo se volvió rojo como la sangre. Me detuve sintiéndome agotado y me apoyé sobre la valla. Lenguas de fuego y sangre se extendieron sobre el fiordo negro azulado y la ciudad. Mis amigos siguieron caminado. Yo permanecí allí temblando de ansiedad y sentí un grito interminable que atravesaba la naturaleza». «El grito» se ha convertido en símbolo de la angustia del hombre moderno .
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