El Prado quiere el «Guernica» para el Museo del Ejército
El director del museo, Miguel Zugaza, abordó el asunto en una conversación con su colega del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel
Leonardo resucitaría si supiera que quieren exhumar sus restos para comprobar si se autorretrató en «La Gioconda» . Algo parecido haría Picasso -saldría de su tumba en el castillo de Vauvenargues- si supiera que siguen sin dejar en paz al «Guernica», casi 73 años después ... de haberlo pintado. Tras el simposio internacional y el posterior y exhaustivo informe sobre el estado de conservación del cuadro, que hicieron los técnicos del Museo Reina Sofía en 1998, parecía zanjado definitivamente el debate, pues las conclusiones eran tajantes: «No debe volver a exponerse la obra a ningún tipo de movimiento o traslado fuera de las salas del museo». Se podía decir más alto, pero no más claro. Desde entonces, el Patronato del museo se ha visto obligado a «declinar cualquier traslado de la obra por el medio que fuere».
Una vida ajetreada
Y es que el «Guernica» ha tenido una vida de lo más ajetreada. Los excesos se pagan. Y a su edad (a punto de cumplir los 73) le han pasado factura. Más de 30 exposiciones por todo el mundo (EE.UU., Sao Paulo, Milán, Alemania, Bélgica, Holanda, Suecia, Noruega, Dinamarca...), destinadas a recaudar fondos para los refugiados políticos españoles, amén de las heridas sufridas en sus traslados, montajes y desmontajes, y un rosario de restauraciones más que cuestionables, hacen que su salud sea fragilísima . Su peso y su tamaño (775 x 350), unidos a los daños sufridos, algunos irreversibles, le hacen muy sensible a las vibraciones de cualquier traslado, que supondría serios riesgos para la obra. La obra no debería volver a enrollarse jamás.
El País Vasco pidió reiteradamente el viaje del cuadro para el 70 aniversario del bombardeo de «Guernica», en 2007. Tuvo que ser el propio presidente del Gobierno quien ratificara en el Senado un año antes la decisión de denegar el préstamo temporal al Guggenheim de Bilbao, aduciendo razones estrictamente «técnicas» y «muy convincentes», que «recomiendan su no movilidad». Lo que nadie podía sospechar es que años después habría una petición más de traslado del cuadro -esta vez no temporal sino definitivo-, y que vendría del mismísimo director del Museo del Prado .
Miguel Zugaza tendría en mente un proyecto de reconversión del antiguo Museo del Ejército -trasladado al Alcázar de Toledo- , que pasaría por colgar allí el «Guernica», quizás junto a «Las Lanzas», de Velázquez, y «Los fusilamientos del 3 de mayo», de Goya. Polémica decisión que, sin duda, levantaría ampollas en el mundo científico. Nada hacía pensar que un director de museo -y menos del Prado- hiciese caso omiso de un simposio y un inapelable informe de más de 300 páginas, elaborado, para más inri, por Pilar Sedano, entonces jefa de Restauración del Reina Sofía y hoy del Prado . El proyecto de Zugaza no dejaría a ésta en un papel muy cómodo. Tampoco al que fuera director del Reina Sofía cuando se hizo aquel informe, José Guirao, hoy patrono del Prado. Zugaza conoce muy bien el Reina Sofía, no en vano fue subdirector del museo entre 1994 y 1996. Tampoco ha ocultado nunca su afición por el arte moderno y contemporáneo (coqueteos con Barceló para exponer en el Prado, encargo de una obra para el museo a Richard Serra, exposiciones de artistas vivos...).
El segundo punto polémico es que este proyecto rompería definitivamente la baraja con el otro gran museo nacional, el Reina Sofía, que vería así cómo le arrebatan la joya de la Corona. El «Guernica» es el epicentro del Reina Sofía como «Las Meninas» lo es del Prado. ¿Qué diría Zugaza si alguien proyectase llevarse el lienzo de Velázquez? El «Guernica» llegó al CARS en 1992 y es desde entonces el mejor reclamo del museo . La mayoría de sus visitantes acuden atraídos por el imán de esta obra maestra de Picasso. Su actual director, Manuel Borja-Villel , ha reconstruido el pabellón de la Exposición Internacional de París del 37 para el que fue creado el «Guernica». Fue un encargo del Gobierno de la República. Junto a él, se exponían en el citado pabellón obras de Calder, Miró, Alberto Sánchez, Julio González...
Borja-Villel ha transformado la iluminación para recuperar el entorno en el que se gestó. Picasso lo pintó en su estudio de la Rue des Grands Augustins de París , teniendo como testigo de excepción a la fotógrafa, y amante del pintor, Dora Maar. El director del CARS también ha reunido en torno al «Guernica» la «Fuente de mercurio» de Calder, fotografías de Robert Capa, películas... Todo un proyecto que se iría al traste de prosperar el de Zugaza, que además daría alas a los nacionalistas vascos para una nueva recla mación.
Lo mismo ocurriría con el Decreto por el cual se dividen las colecciones nacionales entre Prado y Reina Sofía, que habría que reformar. Se escogió como línea divisoria de ambas colecciones el año del nacimiento de Pablo Picasso (1881): todo lo anterior iría al Prado; todo lo posterior, incluido Picasso, al Reina Sofía. Llevarse el «Guernica» al antiguo Museo del Ejército cambiaría de raíz aquel Decreto. Todo esto no hace más que tensar las relaciones entre los dos museos , ya tensas tras el reparto de los presupuestos de Cultura para este año. Pero quedan más incógnitas por despejar. Aún no se ha confirmado si se recreará en el ex Museo del Ejército el Salón de Reinos del antiguo Palacio del Buen Retiro, donde colgaban, entre otras, obras de Velázquez como «La rendición de Breda» y la serie que Zurbarán dedicó a Hércules. Una exposición en el Prado sirvió de ensayo general de ese proyecto, auspiciado por renombrados hispanistas como Jonathan Brown y John Elliott.
Muchos metros por llenar
Son muchos metros cuadrados y hay que llenarlos. Zugaza reconocía hace unos meses en un encuentro con la prensa que, con la liberación de espacios en Villanueva, se ha ganado mucho espacio, el suficiente para exhibir lo más importante de la colección. No quedarían, pues, muchos cuadros de primerísima fila en los almacenes. Tampoco parece necesario mucho más espacio para exposiciones temporales, necesidad cubierta con las salas de Moneo. ¿Cómo llenar el antiguo Museo del Ejército? La respuesta parece ser creando un nuevo museo y ahí es donde entra en liza el «Guernica». Picasso dejó claro en una carta enviada al MoMA en 1970 su deseo de que el cuadro volviera a España «cuando se restablezcan las libertades públicas» . Visto lo visto, quizás se lo hubiera pensado dos veces.
Noticias relacionadas
- Miguel Zugaza , director del Prado: «El 'Guernica' es una opción más»
- Manuel Borja-Villel , director del Reina Sofía: «No es negociable ni discutible»
- «Que el 'Guernica' se cuelgue en El Prado
- «Picasso dejó escrito que el destino del cuadro era Madrid»
- El mundo de la cultura, contra el traslado del 'Guernica' (1992)
- «'Guernica, no habrá restauración» (1997)
- «La transición del 'Guernica'»
- «El 'Guernica' vuelve a la buhardilla de París donde el genio de Picasso lo alumbró» (2004)
- «Editorial: La batalla del 'Guernica'» (1992)
- «Picasso en Nueva York» (1980)
- «El 'Guernica' cumple 60 años y debe guardar reposo (1967)»
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete