«Los Madrazo y Cataluña» recala en la Fundación Fran Daurel

Todo este protocolo acompaña a sesenta y siete obras del siglo XIX y principios del XX de tres generaciones de la familia Madrazo que fueron pintores de cámara de la familia real, viajeros y cosmopolitas. «En esta visita a Barcelona hemos querido subrayar la relación con Cataluña», comenta Fernández de Córdova.

El primer nexo es Mariano Fortuny . «Sabemos que Federico Madrazo conoció al artista catalán en 1860 y que entablaron una gran amistad. Más tarde su hija Cecilia se casaría con Fortuny», subrayan Montserrat Martí y Carlos González, comisarios de este recorrido.

Un retrato de Cecilia con sombrero y vestido negro, pintado por Luis de Madrazo en 1880, es una de las joyas de la muestra. «Cecilia se integró en el círculo de artistas que les rodeaba, colaboró con su marido en la compra de antigüedades y juntos vivieron muchos años en Venecia», añade Carlos González. El matrimonio tuvo dos hijos: María Luisa y Mariano Fortuny y Madrazo, pintor, fotógrafo, escenógrafo y diseñador que heredó de su madre la pasión por los tejidos antiguos.

Los comisarios Montserrat Martí y Carlos González López destacan que esta selección de cuadros retrata la España aristocrática de los siglos XIX y XX, a la vez que ofrece un recorrido por las diferentes tendencias pictóricas del período, desde el neoclasicismo, al romanticismo y el impresionismo.

«El primer pintor conocido de la familia es un representante del neoclasicismo, Federico fue quizá el más renombrado al ser pintor de cámara de Isabel II, en pleno Romanticismo, mientras que Raimundo fue muy importante a nivel comercial; Luis siguió la corriente del Romanticismo y Ricardo estuvo muy influenciado por Fortuny». Los Madrazo retrataron por encargo a numerosos personajes catalanes y conocieron a buena parte de la burguesía catalana en el Balneario de Vichy.