Leopoldo Rodés: «Debemos conseguir que el mecenas se sienta orgulloso de serlo»

El empresario catalán valora positivamente los primeros esbozos de la Ley del Mecenazgo y subraya la necesidad de emprender medidas que estimulen el mercado del arte en España

Leopoldo Rodés: «Debemos conseguir que el mecenas se sienta orgulloso de serlo» inés baucells

d. morán

Con la nueva Ley de Mecenazgo convertida en una de las prioridades del Gobierno y un borrador que empieza a formular propuesta concretas, Leopoldo Rodés (Barcelona, 1935), presiente de la Fundación Arte y Mecenazgo, insiste en la necesidad de «legitimar y ... promover la participación social» y, sobre todo, fomentar la pedagogía.

-Me imagino que recibirá con profunda satisfacción el hecho de que un Gobierno se haya decidido a impulsar una ambiciosa ley del Mecenazgo.

-Efectivamente la ley 49/2002 reclama una revisión desde hace tiempo. En 10 años el contexto ha cambiado mucho por lo que abordar una simple reforma no supondría el impulso que se pretende conseguir. Así pues la nueva ley de Participación social y mecenazgo es la mejor noticia.

-¿Cómo ha recibido el sector la propuesta? ¿Se adecúa a lo que se ha venido reclamando en los últimos años?

La suma de pequeñas aportaciones y el significado de ese gesto es esencial para construir la nueva cultura del mecenazgo

-Creo que en términos generales el sector artístico puede recibirlo positivamente. Recordemos que tratamos el mecenazgo y la ley se ciñe a ello. El sector reclama históricamente otras medidas que afectan a los operadores del mercado y la fundación Arte y Mecenazgo reclama medidas en particular para los titulares de los bienes culturales, sin restricción alguna, sean personas físicas o jurídicas, en tanto que sujetos que colaboran con las instituciones públicas en la protección y fomento de nuestro patrimonio histórico, prestando, de este modo, un servicio a la colectividad. Está por ver pero costará que estas medidas estén incluidas en la actual redacción.

-El hecho de que la propuesta aparezca en un contexto de crisis económica parece agudizar la idea de que se ha tardado demasiado y de que si se baraja es por la necesidad de aplicar severos recortes de las aportaciones públicas a la estado. ¿Por qué cree que ha hecho falta llegar a una situación tan crítica?

-Personalmente creo que el severo contexto de crisis no ha sido la razón para agilizarla. Se trata de ceder a una sociedad madura la decisión de escoger y participar en los proyectos que más les interesa y con los que siente mayor afinidad, y este modelo ha sido objeto de interés del actual Secretario de Estado y de otros grupos como el nuestro desde hace tiempo. El planteamiento de una nueva ley pues nace hace tiempo por razones conceptuales o de modelo. Como decía se trata de legitimar y promover la participación social. Efectivamente el mecenazgo supone un coste tributario que es recuperado indirectamente, pero no olvidemos que es altruista y hay desprendimiento además de un apoyo emocional. La situación efectivamente es crítica, muy crítica, y provoca que el debate que genera y sus expectativas sean muy tensos.

-Aún así, en épocas de recortes públicos como esta, el mecenazgo se hace más importante que nunca, pero usted ha defendido en más de una ocasión que, además de la económica, es necesario cambiar mentalidades políticas y sociales. ¿En qué sentido?

-En un país como el nuestro en que la tradición del mecenazgo es escasa, hay que cambiar en efecto, como usted dice, mentalidades. El Estado debe garantizar la conservación y promover el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico disponiendo de los medios necesarios. Para crear la base de una futura tradición, es necesario un cambio de actitud porque el objetivo es muy ambicioso, va más allá de ser solventar un problema económico. Es una alternativa, quizás ni siquiera solución, pero también una oportunidad de crecimiento social. Tanto para el estado, como para museos y coleccionistas (mecenas) recae una parcela de responsabilidad para que se de este cambio de mentalidad.

-El conseller de Cultura, Ferran Mascarell, intentó rebajar un poco el tono de euforia asegurando que cada intento por aprobar una ley de Mecenazgo había topado con los intereses del ministerio de Hacienda de turno. ¿Cómo convencerlos de que no se trata simplemente de números y cifras?

El reconocimiento público de la aportación del mecenas es esencial en aquellos países en los que la filantropía está muy desarrollada

-El testimonio del conseller es real, comprendo su escepticismo pero en esta ocasión nos encontramos con el firme propósito del partido que gobierna personalizado en su Secretario General D. José María Lassalle. Es lógico por otro lado que Hacienda proteja la recaudación tributaria, que además ahora es muy escasa, pero le anticipo que respecto al sector artístico presentaremos en un futuro próximo un informe sobre el mercado del arte en nuestro país que mostrará la frágil situación del sector y la urgencia de emprender medidas que lo estimulen. Nos referimos a un volumen poco considerable, y por tanto el hipotético coste tributario no será excesivo.

-En quién debería fijarse España a la hora de poner en marcha un marco legislativo para el mecenazgo. ¿Sólo en Francia o hay que ir más allá?

-Desde la Fundación hemos hecho un estudio jurídico comparado. En conclusión tal y como le decía es necesario también un cambio cultural que aborde el mecenazgo desde una perspectiva que supere el ámbito fiscal, como es especialmente el reconocimiento. El reconocimiento público de la aportación del mecenas es esencial en aquellos países en los que la filantropía está muy desarrollada, debemos conseguir que el mecenas se sienta orgulloso de serlo y valorar qué condiciones deben darse para ello. Un medio fundamental es la pedagogía, esforzarnos por divulgar su papel. En Arte y Mecenazgo nos centramos en la figura del coleccionista como mecenas y parte de nuestros programas están orientados a dar a conocer qué es ser coleccionista, qué hace así como mostrar y demostrar su servicio a la comunidad. Respecto al modelo francés es muy interesante comprobar que el incremento del mecenazgo no redujo la recaudación tributaria, por tanto es un modelo exitoso que se inició con la nueva ley de 2003.

-De momento, se barajan deducciones del 70% e incluso del 100% para los primeros 150 euros; ¿es suficiente el incentivo económico? Desde la Fundación Arte y Mecenazgo siempre ha insistido en que el tratamiento fiscal del mecenazgo en España era pésimo.

-Siendo el retorno fiscal de la actual regulación muy bajo, éste no ha supuesto ninguna motivación para el mecenas. Quien emprende labores de mecenazgo lo hace a pesar de las condiciones tributarias. Estamos convencidos de que un incremento del retorno animará a nuevos mecenas pero debemos aprovechar la oportunidad de este debate y del inminente cambio para cuestionarnos los modelos de relación entre el sector público y privado porque hay una profunda falta de comunicación. Para que un particular haga una donación económica o en especies debe sentirse muy identificado con el proyecto, en nuestro país las instituciones responsables de la difusión de la cultura comunican sus programas pero en raras ocasiones aportan datos sobre cómo y en qué lo invierten.

-Otra de las grandes demandas que ha venido formulando es la de la profesionalización del sector del arte en España. ¿Cómo conseguirlo?

-Creemos que uno de los medios para impulsar el mercado del arte es la profesionalización de sus agentes. Por esta razón hemos creado los Premios Arte y Mecenazgo que reconocen la labor de tres agentes fundamentales en la cadena de valor: artistas, galeristas y coleccionistas. Crear referentes y señalar las buenas prácticas debe actuar como ejemplo tanto para otros profesionales como para los futuros coleccionistas.

-Al hilo de la crisis, otra de las grandes dudas es la de saber si la financiación privada podrá suplir los recortes públicos.

-El enfoque del mecenazgo debe ser complementario, no sustitutivo, aunque en un momento como el actual ese esfuerzo debe ser superior para paliar la falta de recursos públicos. Es cierto que la crisis genera una expectación respecto al papel que debe jugar el mecenazgo, pero debemos tener paciencia, un cambio cultural es lento y los resultados no serán inmediatos.

-¿El futuro de la cultura pasa por incrementar el diálogo entre los sectores privado y público?

Lo que quiere el mecenas es sentir que ha hecho algo significativo y satisfactorio, algo que enriquece y ennoblece a la institución

-Por supuesto, he creído siempre en este modelo y de hecho he participado activamente en varios sectores culturales. En el ámbito concreto del coleccionismo existen fórmulas muy enriquecedoras tanto para las instituciones como para los coleccionistas. Se trata de tener una voluntad activa de conseguirlo y aquí sí hay claros referentes internacionales que pueden ayudarnos a construir nuestros modelos. De ahí nuestro enfoque del Círculo Arte y Mecenazgo, recordemos el testimonio de Glenn Lowry o de Chris Dercon como directores de los principales museos de arte moderno y contemporáneo del mundo o de coleccionistas como Patricia Phelps de Cisneros, Bernard Picasso o Ginevra Elkann, quienes han impulsado proyectos de mecenazgo de gran alcance tanto desde la perspectiva del acceso al patrimonio como del conocimiento.

-Uno de los puntos que subrayó el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, es del reconocimiento público del mecenas, aunque quizá para eso haría falta que antes cambiase la idea que existe en España del mecenas y el coleccionista. ¿Qué es lo que falla en esa percepción de la labor del mecenas?

-En primer lugar debería definirse qué es mecenazgo, es una figura malinterpretada pues es confundido con la publicidad o con el “esperar algo a cambio”. Lo que quiere el mecenas es, como bien apuntaba Glenn Lowry que como sabe conoce bien el tema pues el MoMA es 100% financiado aportaciones privadas “sentir que ha hecho algo significativo y satisfactorio, algo que enriquece y ennoblece a la institución”. Y repito, pedagogía, mucha pedagogía, debemos esforzarnos en dar a conocer como es, qué hace y que valor social tiene su aportación.

-El borrador también contempla la figura del “micromecenas”, dando a entender que sería bueno para la cultura que toda la sociedad tuviese un papel más activo.

-La esencia del mecenazgo es apoyo basado en un vínculo emocional y por supuesto abierto a toda la sociedad. La suma de pequeñas aportaciones y sobre todo el significado de ese gesto es esencial para construir la nueva cultura del mecenazgo en España.

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