Lassalle: «Gestionar un lugar como Altamira no es comparable a las subastas en la trata de ganado»
El secretario de Estado responde al deseo del Gobierno cántabro de subastar entradas para visitar la cueva con el fin de explotar turísticamente
La idea de subastar entradas a la cueva de Altamira y explotarla más intensamente como recurso turístico fue formulada el domingo por el consejero de Innovación, Industria, Turismo y Comercio de Cantabria, Francisco Martín , en una entrevista con «El Diario Montañés» que ... ha traído polémica. Martín propuso subastar algunas entradas porque hay «personas que están dispuestas a pagar muchísimo dinero por entrar» . Fuentes políticas no dudan de que el consejero no habría enunciado ese proyecto sin el respaldo en origen del propio presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla . Pero la polémica ha crecido de manera imparable ante lo que unos han entendido como «poner Altamira al mejor postor», «turismo VIP en la cueva solo para ricos» y todo tipo de valoraciones negativas, como la de arqueólogos consultados por ABC, que lo califican como «un disparate rupestre» .
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La cueva de Altamira es un bien cultural de proyección universal, una de las joyas del patrimonio mundial, que desde febrero de 2014 acoge la visita semanal de cinco personas con dos guías dentro de un proyecto que estudia al milímetro el impacto de la presencia humana en esta «Capilla Sixtina» del arte paleolítico con el fin de asegurar la supervivencia de las pinturas, que en décadas pasadas no tuvieron, desgraciadamente, los cuidados que debían.
Subastas ganaderas
Entre las reacciones a sus palabras destaca la del secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, quien declaró a ABC que «la gestión de un bien cultural de la categoría y proyección universal de Altamira no es comparable con las subastas propias de la trata de ganado », en referencia a la idea del consejero Martín.
Lassalle, cántabro de origen, recuerda que prima la titularidad estatal y la legalidad que rige los precios de las entradas a los museos públicos. «Esa legalidad se basa en el principio de acceso igualitario a la cultura, que es lo democrático , y convierte la idea de una subasta en puro disparate».
El secretario de Estado confirma que el sorteo actual de los viernes, que reparte al azar cinco entradas entre los asistentes al Museo de Altamira, asegura ese principio perfectamente y está supeditado al proyecto científico de investigación sobre las condiciones de la cueva y la medición de la presencia humana en en ambiente tan frágil.
El consejero Martín -que ayer no atendió la llamada de este periódico por encontrarse «desconectado» , según sus colaboradores- no enunció la idea de manera esquemática. En su entrevista del citado diario santanderino, explicaba todos los detalles: «Seríamos capaces de explotar muchísimo mejor y de forma más rentable las cuevas de Altamira si, además de las entradas que se sortean , se pudieran vender, en una especie de subasta, unas entradas adicionales. O hacer lo que me planteaba el otro día la Asociación de Hostelería: coger unas entradas y sortearlas, pero no los viernes, sino en Fitur, o entre los establecimientos hosteleros de Cantabria para que ellos puedan preparar paquetes de fin de semana».
«En el mapa del mundo»
«Nos pondría en el mapa turístico del mundo. No digo todas, sino unas pocas, aunque sean cinco de cada trescientas o cuatrocientas. Imaginemos, por ejemplo, lo que sería colocar esa subasta en ‘The New York Times’ o que venga Bill Gates a Cantabria a visitar Altamira» , añade, como si Altamira no lo estuviera ya gracias al techo decorado con bisontes que conserva rastros del arte rupestre desde hace 20.000 años.
Ante la iniciativa, subraya Lassalle, «nadie se plantea esta desigualdad» . El secretario de Estado reconoce que la única vez que el Patronato ha estudiado nuevas posibilidades ha sido en un marco de mecenazgo, en el que se planteó la posibilidad de abrir a la sociedad civil la financiación del Museo o del proyecto científico que hoy paga el Estado. «Imaginemos un donante que ayuda de manera importante al estudio y mantenimiento de ese proyecto que permite tener la cueva abierta al público, pongamos, con un millón. En ese marco, y en atención a ello, podría hacerse un acceso a la cueva, siempre sometido al criterio del proyecto de investigación».
Diversas fuerzas políticas de Cantabria entraron ayer a criticar al consejero Martín, pero seguramente la reacción que debió dolerle -como un pisotón de bisonte- fue la del consejero de Cultura de Cantabria, Ramón Ruiz, que rechazó la idea y aboga por que las instalaciones de Altamira sean «lo más abiertas posibles a todo el mundo» y ha apostado por «democratizar el museo», informa EP. En esta misma línea, se ha manifestado Podemos, que ha calificado la propuesta de Martín de «gran retroceso » porque, a su juicio, supondría «instaurar una categoría de desigualdad diametralmente opuesta» a los valores que implica el título de Patrimonio de la Humanidad.
Fuentes del Gobierno de Cantabria aseguraron a ABC que están sorprendidos por la resonancia tremenda que ha tenido el caso, que achacan a las palabras llamativas como «subasta» y «dinero» que se mezclaron en el titular de la entrevista, aunque no negaron que estuvieran en las frases con las que el consejero Martín explicó su idea. En todo caso piden que se entienda «en el contexto de un consejero de Turismo, que tiene buenas ideas y quiere poner en valor los recursos turísticos de la región . Desde ese punto de vista, consideraba que el sistema de sorteo o de subasta podría dar más resonancia y rendimiento a las Cuevas», aseguró uno de sus colaboradores a ABC.
Mientras tanto, los bisontes esperan pacientemente su cita semanal con cinco ciudadanos elegidos por azar para contemplar los abismos del tiempo en el lienzo de la cueva más famosa del mundo. ¿Necesitan más?
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