El juego de las sombras en la jungla salvaje

Considerado el maestro del cuento latinoamericano, el escritor urugüayo publicaba este clásico infantil en 1918. Se compone de ocho relatos en los que vuelca su experiencia vital en la selva , a través de animales, humanos y una naturaleza impredecible. Esa misma jungla que inspiró a Quiroga contemplaba Santos al leer por primera vez su libro : «Estoy casado con una chica argentina. Un verano estuve en Rosario, que está al borde del Paraná, del río de la Plata. La abuela de una amiga me regaló este título y, claro, eso fue un privilegio , lo leí desde el escenario», explica Santos.

Para abordar la tarea de ilustrarlo, el también escultor recuerda que tiró de infancia: «Mi padre me llevaba de pequeño con relativa frecuencia al Museo de Ciencias Naturales y esa manera de representar la realidad de los dioramas me gustaba mucho. Era poner los bichos disecados en su contexto». Con esa premisa elaboró las 33 escenas de las que se compone la muestra, entre las que nos encontramos con el tigre, la boa constrictor, el puma o la serpiente de coral. Unos dibujos que son esculpidos en cierta forma, de acuerdo con Santos: «aunque sean planos tienen algo que suele tener la escultura: su sombra es la proyectada y es la que nos hace percibir la tridimensionalidad. No es la dibujada y me gusta mucho eso. Casi como un juego porque yo, en realidad, me dedico a jugar desde que era pequeño ».