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ABC Cultural

Hermitage Barcelona, el museo que Colau no quiere ver ni en pintura

La sede barcelonesa de la pinacoteca rusa sigue en vía muerta tras una década de recelo municipal y ojeriza política

Los impulsores del museo preveían una inversión de 50 millones y un edificio diseñado por Toyo Ito ABC
David Morán

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En noviembre de 2012, cuando el ‘procés’ aún no le había costado el cargo, el entonces presidente de la Generalitat Artur Mas viajó a Moscú para, tal y como dijo entonces, firmar «un acuerdo de intenciones firmes para que en los próximos dos ... o tres años se lleve a cabo la instalación estable y permanente del Hermitage en Barcelona ». Prometedor, ¿verdad? Dos o tres años de margen, una marca de tirón internacional, unos fondos de más de tres millones de obras… Poco antes, en octubre de ese mismo año, el Puerto de Barcelona confirmó que había empezado a negociar con un grupo inversor la posible llegada a la capital catalana de una franquicia del museo ruso similar a las que se habían abierto (y, según el caso, cerrado) en Ámsterdam, Ferrara y Londres.

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