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El Guggenheim expone sus obras maestras de forma permanente

«Sin título», de Mark Rothko; «La gran antropometría azul (ANT 105)» de Yves Klein, o las «Ciento cincuenta Marilyns multicolores» de Andy Warhol, entre las joyas del museo bilbaíno que forman parte de la muestra que se inaugura hoy

Agencias

El Museo Guggenheim Bilbao ha decidido exponer de forma permanente las obras maestras de los mejores artistas europeos, vascos y norteamericanos del siglo XX que tiene en su colección propia, adquiridas a lo largo de los 18 años de vida que tiene el centro expositivo bilbaíno.

Hasta ahora, estas piezas y otras relevantes de la colección propia sólo se exhibían de forma temporal y esporádica, por lo que sólo las personas que coincidían en su visita con esas exposiciones podían verlas. Desde hoy forman parte de «Obras maestras de la Colección del Museo Guggenheim Bilbao» que se inaugura hoy .

Así se inicia así un nuevo enfoque de la programación artística del Museo que da respuesta, entre otras cuestiones, a la necesidad de contar con un espacio fijo e idóneo para la contemplación de alguna de las piezas más representativas de la Colección.

Entre las obras más relevantes de esta exposición se encuentran el luminoso lienzo «Sin título» (2004) de Mark Rothko; «La gran Antropometría azul (ANT 105)» (1960) de Yves Klein , dominada por el inconfundible pigmento azul que el artista patentó con su nombre; las «Ciento cincuenta Marilyns multicolores» (1979) de Andy Warhol; la expresividad del gran lienzo serigrafiado de Robert Rauschenberg «Barcaza» (1962-63); o «Nueve discursos sobre Cómodo» (1963) de Cy Twombly .

Los maestros vascos Eduardo Chillida y Jorge Oteiza aportarán con su obra la referencia a la escultura de posguerra. También están presentes en esta muestra obras significativas de los artistas alemanes Anselm Kiefer y Gerhard Richter y de los estadounidenses Julian Schnabel y Jean-Michel Basquiat .

En la presentación se puede contemplar, además, una parte destacada del conjunto de lienzos que conforman «La habitación de la madre» (1995-97) de Francesco Clemente , una obra que evoca los grandes murales decorativos de los palacios medievales y renacentistas; algunas importantes piezas que reflejan la vuelta a la pintura que tuvo lugar en los años ochenta, con movimientos como el neoexpresionismo o la transvanguardia, y obras que recuperan la expresividad pictórica, como «El diluvio» (1990) de Miquel Barceló .

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