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Gerda Taro se libera al fin de la alargada sombra de Robert Capa

Fotografías del Museo Reina Sofía, hasta ahora atribuidas al mítico fotorreportero, aparecen firmadas por vez primera por su verdadera autora

Detalle de «Miliciano, frente de Aragón», fotografía atribuida a Robert Capa, cuya autoría a Gerda Taro ha sido confirmada. Fue tomada en agosto de 1936 (copia póstuma, 1998) DONACIÓN CORNELL CAPA, 1998

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El Museo Reina Sofía inaugura un nuevo espacio de su colección permanente, denominado «Frente y retaguardia: Mujeres en la Guerra Civil» , en la segunda planta del edificio Sabatini. Una mirada distinta a la contienda, donde las protagonistas son las mujeres de ambos bandos, el republicano y el nacional. Conoceremos sus historias a través de fotografías, carteles, publicaciones, postales y una película en 35 mm, que ha sido cedida por la Filmoteca Nacional.

Una de esas mujeres es Gerda Taro (su nombre verdadero era Gerta Pohorylle), la fotógrafa alemana que inmortalizó la Guerra Civil española junto con los fotorreporteros Robert Capa y David Seymour, Chim . El Reina Sofía, en colaboración con el International Center of Photography (ICP) de Nueva York, que gestiona el Archivo Robert Capa, llevan años investigando sus fotografías. En 1998, como adelantó ABC en exclusiva, Cornell Capa, hermano del fotógrafo, donó al museo español la colección completa sobre la Guerra Civil española (205 instantáneas en total), firmada por quien está considerado el mejor fotógrafo de guerra de la Historia.

Reparación histórica

Imagen completa de «Miliciano, frente de Aragón», atribuida a Gerda Taro MUSEO REINA SOFÍA, DONACIÓN CORNELL CAPA

Fruto de esta investigación, instantáneas hasta ahora atribuidas a Robert Capa aparecen firmadas por primera vez por su verdadera autora, Gerda Taro. Es el caso de tres de ellas. Además, otras tantas pasan a tener una autoría conjunta: Capa y Taro. Lo que podría parecer una simple anécdota es, en realidad, un acto de justicia, una reparación histórica : reconocer el trabajo de esta importante fotógrafa, que fue mucho más que la compañera y novia de Robert Capa. Como otras muchas artistas a lo largo de la Historia, Taro fue silenciada, olvidada , aplastada por el mito de quien fue su pareja. Poco a poco, pintoras como Artemisia Gentileschi, Sofonisba Anguissola, Lavinia Fontana o Clara Peeters, o escultoras como Camille Claudel (anulada por el genio de Rodin, su mentor y amante) son rescatadas de los almacenes de los museos y recuperan la autoría de sus obras, reivindicando con ello el lugar que merecen en la Historia del Arte.

El próximo 1 de agosto se conmemora el 110 aniversario del nacimiento de Gerda Taro en Stuttgart. Huyendo del nazismo, esta joven judía llega a París en el 33. Trabajó como «Au pair » y mecanógrafa de un psicoanalista. En 1934 conoce a un joven fotógrafo húngaro, también judío, Endre Erno Friedmann –nombre real de Robert Capa– , tres años menor que ella. Aquel encuentro cambiaría sus vidas. Jóvenes, guapos, seductores, ambiciosos... querían conquistar París y el mundo. Ella le muestra a Capa cómo vestir y comportarse como un dandi. Él le enseña fotografía.

España, 1936

Viajan juntos a España, en el 36, para cubrir la Guerra Civil , comprometidos contra los fascismos y las dictaduras y atraídos por la causa republicana. Una especie de brigadistas, sólo que en vez de armas tenían cámaras de fotos. Aquel viaje cambiaría sus vidas para siempre. Capa inmortalizó cinco guerras , pero fue en España donde alcanzó el trono del periodismo gráfico , del que aún no ha sido desbancado. Con su Leica de 35 mm a cuestas, este pacifista no se situaba frente a la guerra; se sumergía en ella y desde allí dentro la retrataba.

Se ha especulado mucho sobre si Capa anuló a Taro como fotógrafa. No sabemos si hubo rivalidad profesional entre ellos. Como reconocen algunos biógrafos de Taro (François Maspero, Susana Fortes y Fernando Olmeda), lo cierto es que prácticamente desapareció de la historia de la fotografía. Y, cuando aparecía, lo hacía en las biografías de Capa y con muchos errores. Hoy, al fin, Gerda Taro ya no es una sombra de Robert Capa , un mero alter ego de él. Pero su recuerdo permaneció en la sombra durante más de 60 años. Dicen que la idea de crear el personaje Robert Capa fue de ella, que Gerda Taro «se inventó» a Robert Capa, un nombre cosmopolita, apátrida. En realidad, ambos se reinventan mutuamente. Gerda Taro era atractiva, moderna, valiente. La llamaban «la pequeña rubia» . Y, aunque Capa fue un mujeriego empedernido ( Ingrid Bergman se hallaba entre sus numerosas conquistas), Gerda fue, sin duda, la mujer de su vida.

Robert Capa, fotografiado por Gerda Taro ABC

La «maleta mexicana»

La aparición en 1995 en Ciudad de México de la llamada «maleta mexicana» ha ayudado en gran medida a poner en orden el legado de Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour, Chim, y a conocer mucho mejor su trabajo. Este tesoro, de incalculable valor , se creía perdido. Permaneció oculto durante siete décadas encerrado en tres cajas de cartón envueltas en una bolsa de plástico. Dentro de ellas unos 4.500 negativos (126 rollos de película) de los tres fotógrafos tomados durante la Guerra Civil española. El material fue abandonado por Robert Capa en París en octubre de 1939, pues se vio obligado a huir a Nueva York ante el avance nazi.

Dejó los negativos en manos de su ayudante, el fotógrafo Imre Weisz . Acabaron en manos del embajador de México en Francia de 1941 a 1942, el general Francisco Aguilar González , quien se los llevaría a su país. Tras su muerte, sus herederos le entregaron las cajas a Benjamin Tarver , gran aficionado a la fotografía. Éste las guardó en un armario. Y allí estuveron hasta 1995, cuando comunicó el hallazgo a Cornell Capa. Tras años de desencuentro, finalmente los negativos (se conservan secuencias enteras y mucho material inédito) viajaron a EE.UU. en 2008. Se conservan en el International Center of Photography, que los estudia minuciosamente.

En noviembre de 2009 ABC publicó otra exclusiva sobre Capa, en este caso firmada por Pedro Corral , quien descubrió una imagen inédita del fotógrafo captada en Guadarrama por Gerda Taro. Corral identificó, entre los hallazgos de la «maleta mexicana», el que sería el único testimonio fotográfico de la presencia de Robert Capa en un campo de batalla en España.

El 1 de agosto de 1937 Taro y Capa tenían una cita en París para celebrar juntos el 27 cumpleaños de ella antes de que él se marchara a China. Pero ella nunca llegó. Logró sobrevivir a la batalla de Brunete, pero en la retirada el coche en el que viajaba sufrió un accidente. Un tanque le reventó las entrañas . Fue el 25 de julio de 1937. La trasladaron a un hospital en El Escorial, la operaron, pero, tras agonizar durante horas, murió en la madrugada del día 26. Alberti y María Teresa León llevan su cuerpo a Madrid. Después lo trasladaron a París. Capa falleció, en 1954, tras pisar una mina en Indochina. La suya fue una gran historia de amor, guerra y pasión.

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