Georges Vantongerloo, la búsqueda del infinito a través del plexiglás

Abordar el estudio de su obra bajo el prisma de sus últimas producciones "significa desplazar el acento que la historiografía del arte moderno había puesto sobre momentos sucesivos", según Borja-Villel, para quien "abrir el espectro a una visión del arte contemporáneo más heterogénea y acorde a nuestro presente forma parte de la voluntad del museo".

Atrapado entre "la modernidad y el modernismo", desde unas propuestas transversales que tienen que ver con el diseño y la arquitectura, "evolucionó hacia un arte más ambiguo e indefinido. No quiso representar lo real, sino el cosmos y el infinito. No fue de lo individual a lo público, sino que, por el contrario, evolucionó hacia lo humilde".

Vantongerloo (Amberes,1886 - París,1965), inscrito en la experiencia de las vanguardias históricas y marcado por la invención de la abstracción, "firmó el manifiesto del grupo De Stijl, junto a Mondrian y Van Doesburg ", ha recordado Borja Villel para quien la introducción de la curva en sus pinturas le permitió crear un espacio más libre y abierto. "A través de la curva encuentra una orientación propia y busca reflejar el elemento del infinito a través de algo muy moderno: la creación de diagramas para entender este mundo".

Dividida en dos salas, en la primera de ellas se exhibe la base de su obra "en la que la re-conceptualización del espacio pictórico y escultórico marcó las tendencias artísticas del arte abstracto de los primeros años del siglo XX". En ella se exhiben algunos de sus primeros trabajos agrupados en: "Construcciones de la esfera",(1917); la "Interrelación de volúmenes" (1919-1926); la "Interacción de colores"(1917-1919); las pinturas y las esculturas geométricas abstractas (1929-1937) y las pinturas con curvas (1937-1939).

La parte central de la muestra, en la segunda de las salas, se centra en su obra más tardía, realizada después de la Segunda Guerra Mundial , época en la que comenzó las series de núcleos de alambre, modelos de plexiglás, en forma de prisma y pinturas con las que trató de encontrar una especie de equivalente estético con fenómenos cósmicos.

Su forma de expresar el vacío, el silencio, la imposibilidad de explicar el futuro, fue a través de formas etéreas, de la depuración de las formas, el vacío y el humor. Algunos ejemplos son "Elemento cósmico" (1946); "Dos zonas del espacio: acción-reacción" (1949); "Formación de grupos globulares infinitamente pequeños" (1948); "Radiación de varias zonas" (1949) o "El cometa" (1962).

Precisamente con esta última obra se inició la relación del comisario de la exposición, Guy Brett, con el artista. "Vi la obra por primera vez en 1967 y me impresionó". La de los últimos veinte años, según el comisario, "es su obra más excepcional, pero es imposible comprenderla sin la anterior", indicó. A Vantongerllo siempre le interesó el espacio, que fue una constante en su obra "y lo único que varió fue la utilización de diferentes formas de expresarlo", ha comentado Brett.

Para el comisario de la exposición, uno de los aspectos más sorprendentes de ésta es pasar de cuadros neoplasticistas a los creados con curvas sobre fondo blanco "que son asombrosos. Pasan a ser colores que se plasman solo en la curva como filamentos que llenan el cuadro".

Según el comisario, "las radicales transformaciones formales que caracterizaron la trayectoria de Vantongerloo causaron una profunda impresión en los espectadores coetáneos". Impresión que espera se repita con esta exposición.