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ABC Cultural

Las fieras del arte: cuando la pintura subió de tono

La Fundación Mapfre hace una exhaustiva revisión de los fauves, que durante dos años (de 1905 a 1907) celebraron una gran orgía de color

«Barcos en Colliure» (1905), de André Derain EFE
Natividad Pulido

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En octubre de 1905 tuvo lugar un escándalo mayúsculo en el Salón de Otoño de París . En la sala VII colgaban, alrededor de dos bustos en mármol blanco de Albert Marque, pinturas de unos colores chirriantes, agresivos y violentos , que deslumbraban y desconcertaban al público. En su crítica de la muestra, Louis Vauxcelles habló de «una orgía de tonos puros y exuberantes» y se refirió a los jóvenes y salvajes pintores como «fauves» (fieras) , sin saber que ése fue el nombre con el que pasaría a la historia este grupo artístico. «Donatello chez les fauves» (Donatello entre las fieras), escribió Vauxcelles. El primer movimiento de vanguardia del siglo XX , nacido como reacción al impresionismo y postimpresionismo, abogaba por expresar los sentimientos a través de la exaltación del color, por llegar a la forma y la composición por medio del color. Su paleta se encendió y con ello se incendiaron los cimientos del arte.

«Big Ben» (1906), de André Derain MUSEO DE ARTE MODERNO DE TROYES. ANDRÉ DERAIN, VEGAP

Así comienza la historia que narra la nueva exposición de la Fundación Mapfre en su sede de Madrid, que supone una revisión exhaustiva y en profundidad de este movimiento gracias a más de un centenar de pinturas, dibujos y cerámicas procedentes de más de 80 prestadores , entre museos y colecciones privadas. Curiosamente, ha tardado más en gestarse la muestra que lo que duró en sí el movimiento: apenas dos años, de 1905 a 1907 .

En realidad, como explica Maite Ocaña, comisaria de la exposición , no fue un movimiento artístico como tal (no hubo manifiesto fundacional ni formularon un programa estético; de hecho, mantuvieron su autonomía e independencia creativa), sino algo así como un club de amigos , que compartían vivencias y gustos artísticos en torno al estudio de Gustave Moreau en la Escuela de Bellas Artes de París. Éste promulgaba: «El color es imaginación». Del maestro aprendieron esa libertad del color. Allí se conocieron Henri Matisse (el gran patriarca), Albert Marquet, Charles Camoin, Henri Manguin y Georges Rouault. A ellos se unieron más tarde André Derain, Jean Puy, Maurice de Vlaminck, Raoul Dufy, Othon Friesz, Kees van Dongen, Georges Braque...

Acróbatas de la luz

«Restaurant de la Machine à Bougival» (ca. 1905), de Maurice de Vlaminck MUSEO D'ORSAY. MAURICE DE VLAMINCK, VEGAP

Estos «acróbatas de la luz» (expresión que emplea Matisse en una carta enviada a Vlaminck donde le dice que está haciendo ejercicios de acrobacia a partir de la luz) tomaron como modelos a los miembros de su entorno familiar y sus amigos (se retrataron entre ellos, como queda patente en una sección de la muestra, con magníficos ejemplos de retratos cruzados y autorretratos) y pintaron sus paisajes más cercanos, siempre con la luz del Mediterráneo iluminando sus lienzos. Todos pasaron por la Costa Azul francesa. Matisse y Derain optaron por Colliure; Camoin, Manguin y Marquet por Saint-Tropez; Vlaminck por Chatou... Desde Le Havre llegaron Dufy, Friesz y Braque.

Los fauves mostraron gran interés por la pintura de Van Gogh, Gauguin y, especialmente, Cézanne , cuya huella aparece por toda la exposición. Pero el estallido de color no fue igual de intenso en todos los miembros del grupo. La paleta es más vibrante en Matisse, Derain y, sobre todo, Vlaminck ( el más salvaje de estas fieras , quien llegó a proclamar que había que prender fuego a las escuelas de Bellas Artes para que estallase el color) y mucho más tenue en Marquet.

Apoyo de Vollard

André Derain retratado por Matisse en 1905 TATE. SUCCESSION H. MATISSE, VEGAP

El fauvismo, que apenas tuvo repercusión en España, según explica la comisaria, contó con el apoyo del gran marchante Ambroise Vollard , quien invitó a Derain a que emulara el encargo que Durand-Ruel hizo a Monet: pintar unas vistas de Londres. Si el Londres monetiano es fantasmagórico, difuminado en colores pastel, el de Derain es una orgía de color. Como muestra, cuelga en la exposición su espléndido «Big Ben», de 1906. El recorrido de la muestra queda interrumpido por dos pequeñas salas dedicadas a los exquisitos dibujos y las cerámicas , que elaboraron estos artistas también por encargo de Vollard.

La paleta de los fauves se fue apagando poco a poco. Aunque dos años les bastaron y sobraron para sentar las bases de movimientos tan señeros en la Historia del Arte como el expresionismo y el cubismo, que estaban a punto de aparecer en escena. En 1906 muere Cézanne. Un año después, Picasso pinta «Las Señoritas de Aviñón» . Y ya nada fue igual en el mundo del arte.

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