El Círculo de Bellas Artes hace caja con Banksy, un filón inagotable

Hace dos años , Ifema inauguraba en Madrid una exposición con 72 obras del artista que fue un éxito de público. Entonces se publicitó (luego se desmintió) que algunas de las obras expuestas estaban a la venta: la mayoría eran propiedad de una galería de Lisburn (Irlanda del Norte), cuyo propietario, Andrew Lilley, era productor y comisario de la muestra, junto con Alexander Nachkebiya, director general de IQ Art Management. Esta última y Sold Out, empresa especializada en celebrar exposiciones de gran tirón mediático (blockbusters), organizaron aquella muestra.

Ahora es el Círculo de Bellas Artes , también en la capital (una institución privada, sin ánimo de lucro, y que cuenta con un 7% de aportación pública), el que se rinde al grafitero de Bristol, con «The Street is a Canvas» (La calle es un lienzo) , otra muestra de Banksy, organizada junto con IQArt Management y Sold Out, y con Nachkebiya repitiendo como comisario. No acudió ayer a la presentación, pues se halla ingresado en un hospital a causa del Covid. Lilley, al parecer, también está «implicado» en el proyecto. El Círculo de Bellas Artes ha puesto a disposición de Banksy dos de sus espacios más nobles (las salas Goya y Picasso) , donde se exhiben medio centenar de obras ( 48 serigrafías y 18 piezas únicas ), además de otro espacio a la entrada donde se vende todo tipo de merchandising. El precio de la entrada: 16,5 euros .

A pesar de las limitaciones de aforo por la pandemia ( 60 personas cada media hora ), y dado que la muestra abre diez horas al día , no escapa a nadie que todos harán caja, como ya hizo el Círculo con la exposición inmersiva de Van Gogh . Su director, Valerio Rocco , no elude las críticas. Tampoco es ajeno a la polémica, que ya quedó patente ayer en la rueda de prensa, donde hubo alguna crítica muy subida de tono . Aclara que «es una exposición inédita en España; no se trata de traer la de Ifema al centro de Madrid». Además, dice, el Círculo de Bellas Artes «quiere diversificar sus exposiciones, llegar a nuevos públicos , pero manteniendo la honestidad intelectual y acompañando las exposiciones con ciclos de debate y conferencias para reflexionar sobre las contradicciones y los fenómenos del arte contemporáneo. No tengo miedo al debate intelectual y no me siento incómodo con esta exposición . Atenderemos las reclamaciones, si las hay».

Ayer faltaban cuatro obras por llegar. Entre ellas, «Fallen Angel» (Ángel caído), la más valiosa de la exposición: está valorada en 3 millones de libras. El total de las piezas supera los 10 millones, según Rafa Giménez, socio director de Sold Out, quien afirma con rotundidad: « Aquí las obras no están a la venta ». Hay en la muestra imágenes que levantarán ampollas, como un Cristo crucificado con bolsas de la compra en sus manos. También cuelgan las fotografías que hizo Steve Lazarides , quien fuera mano derecha de Banksy, que ha cedido por primera vez. En ellas aparece en acción el supuesto artista, de espaldas o sin mostrar a cámara su rostro.

No faltan piezas icónicas como la niña con el globo en forma de corazón, el activista lanzando un ramo de flores, el Parlamento de monos, o proyectos emblemáticos como «Dismaland» y el Walled off Hotel . Al pasar por uno de los espacios, que semeja una cárcel, somos grabados por las cámaras de seguridad. Banksy perdió recientemente una disputa legal para retener los derechos sobre sus obras (la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE dice que la autoría no puede ser incuestionable, si no se conoce la identidad del creador). El tiempo dirá si, 500 años después, sus obras siguen fascinando como las de Rafael. Difícil lo tiene.