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Balazos científicos contra la piedra para salvar los templos

Un equipo internacional demuestra cómo el impacto de proyectiles en la roca acelera la destrucción interna de los monumentos en zonas de guerra

Modelo tridimensional del impacto con un AK-47 en una de las muestras de piedra arenisca Lisa Mol, M. Gomez-Heras, C. Brassey, O. Green, T. Blenkinsop

ABC

Todos hemos visto en Siria, en Irak y antes en los Balcanes y en otros lugares sometidos a la guerra, cómo los disparos acaban afectando a los monumentos del patrimonio . Más allá de las huellas externas de la metralla y las balas, un equipo internacional de científicos, entre ellos el geólogo de la Universidad Autónoma Miguel Gómez Heras, han publicado un trabajo científico en «The Royal Society Open Science» que estudia los daños internos de la piedra sometida a impactos de armas de fuego y su influencia en el deterioro de la estructura arquitectónica en la que se encuentran. Sus conclusiones son muy preocupantes.

Aunque no debe cundir el pánico. Como bien indican, siguen en uso numerosos edificios dañados en la I Guerra Mundial , hace un siglo. Pero también, según constatan, cada vez estamos más habituados a las imágenes de monumentos antiguos dañados en las zonas de guerra actuales, ricas en restos arqueológicos, como Palmira, Mosul y las ruinas de las antiguas ciudades babilónicas y asirias, convertidas en objetivo de guerra.

Vista cenital en rayos X del impacto sobre una de las muestras Lisa Mol, M. Gomez-Heras, C. Brassey, O. Green, T. Blenkinsop

Ya existían trabajos científicos sobre el impacto de los incendios en monumentos situados en zonas bélicas , pero no sobre el daño causado por los proyectiles que los golpean. El trabajo que firma este equipo de cinco científicos (Lisa Mol, M. Gomez-Heras, C. Brassey, O. Green, T. Blenkinsop) realizado en Universidades de Gran Bretaña, se ha centrado en invstigar con todos los medios de la tecnología actual, las alteraciones en la estructura mineral que causa la metralla y los proyectiles contra la roca de los sillares y elementos arquitectónicos de las fachadas.

Vista lateral de rayos X del mismo impacto. Se observan los daños estructurales internos causados en la consistencia del mineral Lisa Mol, M. Gomez-Heras, C. Brassey, O. Green, T. Blenkinsop

La investigación ha partido de muestras de piedra arenisca a las que se dispararon proyectiles del calibre 0.22, aunque el trabajo concluye con la deseable continuación sobre el impacto de balas y elementos de mayor tamaño.

Para encontrar algunas diferencias científicas, a la mitad de las muestras se les trató con un consolidante de la superficie (Wacker OH 100) , que imita la cementación natural, y después también se sometió a todas a ciclos de cambios de temperatura (15º a 65º centígrados) y cambios de humedad .

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Fracturas en la estructura de la piedra debidas al impacto de la bala. La flecha indica la dirección del disparo Lisa Mol, M. Gomez-Heras, C. Brassey, O. Green, T. Blenkinsop

Los resultados muestran sorprendentemente que la acumulación de estrés detrás de la cementación preexistente de la superficie, tal como se encuentra en los sitios patrimoniales que han estado expuestos a la humedad y las fluctuaciones de temperatura durante períodos de tiempo más largos, pueden aliviarse con un impacto de bala» , dice el estudio.

«Sin embargo, las redes de fracturas y alteración de las matrices minerales todavía forman un punto débil dentro de la estructura, incluso con impactos de calibre relativamente bajo». Es decir que los daños internos necesitar ulteriores estudios. Por ello concluyen que exites una «necesidad de que los geomorfólogos, geólogos, ingenieros y especialistas en patrimonio trabajen colectivamente para obtener más información sobre el impacto a largo plazo de los daños causados por la guerra y armas de mayor calibre en el deterioro del patrimonio».

Impacto del disparo en la supeficie sin tratamiento consolidante Lisa Mol, M. Gomez-Heras, C. Brassey, O. Green, T. Blenkinsop

Entre las conclusiones, para futuros estudios, los autores se centrarán en otros factores, «como la erosión de la sal, la pérdida de resistencia a la tracción en toda la masa de piedra y los efectos de mayores impactos a mayor velocidad». El objetivo es la creación de estrategias de conservación en las zonas de guerra. También ven «necesario realizar más investigaciones sobre la respuesta de otros materiales de construcción comunes, como el ladrillo y el hormigón , para hacer un mapa de los daños en los sitios de patrimonio hechos de materiales compuestos».

Impacto, menor en los daños a la superficie, sobre una muestra tratada con consolidante Lisa Mol, M. Gomez-Heras, C. Brassey, O. Green, T. Blenkinsop

Uno de los más inciertos resultados es «la complejidad de la respuesta de las redes de fractura a la deformación ambiental, incluso a escala de pequeño calibre ». Por último piden un enfoque multidisciplinar para una valoración a largo plazo de los daños en los monumentos patrimoniales, de cara a crear una estrategia de base científica para la recuperación y el cuidado de los monumentos afectados.

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