El artista William Kentridge, premio Princesa de Asturias de las Artes 2017

La candidatura de Kentridge contaba, desde el principio, con el respaldo de la editora y comisaria de arte contemporáneo Elena Ochoa , una veterana del jurado de este premio que, según reconocía al inicio de las deliberaciones, ha trabajado «en muchas ocasiones» con el artista sudafricano. El acta del jurado , presidido por el empresario José Lladó , destaca que el premiado es «uno de los artistas más completos e innovadores del panorama internacional» y está «profundamente comprometido con la realidad».

[La artesana magia de William Kentridge, un artista de culto]

El jurado destaca también que Kentridge ha expresado en su obra emociones y metáforas relacionadas con la historia y la realidad de su país, que trascienden estas últimas, y plantean «cuestiones esenciales de la condición humana, combinando temas en que predomina la investigación puramente poética y estética con los de contenido sociopolítico». El acta también le califica de «creador meticuloso y profundo» que ha sabido utilizar el dibujo, siguiendo la mejor tradición, «como principal instrumento de expresión artística, a través no solo de las obras sobre papel, el collage, el grabado y la escultura , sino también del videoarte, las películas animadas, las instalaciones y la escenografía, tanto en teatro como en ópera».

Nacido en Johannesburgo el 28 de abril de 1955, en 1981 se trasladó a París para cursar estudios de teatro y mimo. Un año después regresó a Sudáfrica, donde continuó su trabajo en teatro y en cine, pero fueron las artes plásticas las que a principios de los 90 le posicionan internacionalmente, obteniendo gran reconocimiento tras su participación en la primera Bienal de Johannesburgo (1995). A partir de ese momento, Kentridge ha desarrollado siempre su trabajo escénico y plástico de manera paralela y simultánea, de manera que ambos se retroalimentan, incluso solapándose, hasta el punto de que no se entiende el corpus plástico sin el escénico.

A lo largo de su carrera, el artista sudafricano ha alternado la práctica del dibujo y del grabado con incursiones en el mundo del cine y del teatro, donde ha trabajado como actor, guionista y director. En este sentido, su obra responde a un intento personal y expresivo de abordar la naturaleza de las emociones humanas y la memoria, así como la relación entre el deseo, la ética y la responsabilidad.

La técnica de animación utilizada por el premio Princesa de Asturias de las Artes 2017 resulta muy peculiar, ya que filma con una cámara de 16 mm cada corrección o retoque que hace a sus dibujos de carboncillo o pastel, dejando constancia, de esta manera, del proceso de producción. Por otra parte, su producción está particularmente arraigada en su lugar de origen, Sudáfrica , un país marcado por la división racial y las leyes del apartheid . Sin embargo, su obras no «ilustran» el apartheid , sino que comunican su mensaje a través de la metáfora. Desde 1979, William Kentridge ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en Gran Bretaña, Noruega, Francia, Alemania, Italia, Portugal y Australia y ha estado presente en las Bienales de Sidney, Estambul, La Habana y Johannesburgo.

Tras exponer en el MACBA de Barcelona (en 1999) y en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga (en 2012), el próximo 31 de octubre el artista sudafricano inaugurará, en el Museo Reina Sofía , su primera gran retrospectiva en España, que podrá verse hasta el 19 de marzo de 2018. Comisariada por Manuel Borja-Villel , director de la pinacoteca, y Soledad Liaño Gisbert, la muestra explora, por vez primera, la producción plástica de Kentridge a partir del teatro y de la ópera. El eje vertebral de la exposición es una selección de seis de sus piezas, permitiendo un recorrido transversal que evidencia las constantes de su trayectoria artística.

Todas las piezas escogidas son historias de un solo protagonista que sirven a Kentridge para entretejer diversas situaciones y suscitar realidades más complejas. Se trata de dramas donde, con frecuencia, lo absurdo se convierte en su aliado para desnudar y desenmarañar eficazmente circunstancias y contextos concretos. «William Kentridge. Basta y sobra» reúne una amplia selección de materiales vinculados a las seis piezas escénicas que la vertebran, evidenciando las sinergias entre la obra plástica y escénica del artista.

El premio Princesa de Asturias de las Artes está destinado a reconocer a aquellos «cuya labor contribuya, de manera extraordinaria y a nivel internacional, al progreso y bienestar social a través del cultivo y perfeccionamiento de la cinematografía, el teatro, la danza, la música, la fotografía, la pintura, la escultura, la arquitectura y otras manifestaciones artísticas».

El jurado, que ha leído el fallo en el Hotel de la Reconquista de Oviedo , estaba compuesto por: Catalina Luca de Tena , presidenta editora de ABC; Bárbara Allende Gil de Biedma; Ouka Leele; Juan Manuel Bonet , director del Instituto Cervantes ; José Luis Cienfuegos; Oliver Díaz Suárez; Josep María Flotats; Carmen Giménez Martín; Blanca Gutiérrez Ortiz; Blanca Li; José Lladó Fernández-Urrutia; Joan Matabosch, director del Teatro Real; la mencionada Elena Ochoa ; Alfredo Pérez de Armiñán; Sandra Rotondo Urcola; Emilio Sagi; Patricia Urquiola; Carlos Urroz , director de ARCO; y José Antonio Caicoya Cores (secretario).

El pasado año, este galardón fue para la actriz y directora Núria Espert , que se unió así a una nómina de la que también forman parte Francis Ford Coppola , Michael Haneke, Norman Foster, Woody Allen, Paco de Lucía, Vittorio Gassmann o Bob Dylan. El de las Artes es el primero de los ocho galardones internacionales convocados por la Fundación Princesa de Asturia s en fallarse, y que este año alcanzan su 37 edición. El acto de entrega de los premios Princesa de Asturias se celebrará en octubre en el Teatro Campoamor de Oviedo, en una ceremonia presidida por los Reyes.