La abstracción espiritual de Kandinsky para sanar en los tiempos del virus
El Museo Guggenheim de Bilbao le dedica una gran retrospectiva, que repasa toda su trayectoria
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Iniciar sesiónLos museos españoles, lejos de rendirse y dar la temporada por perdida, plantan cara a la pandemia con grandes exposiciones que suponen un enorme esfuerzo por lo complicado de conseguir en estos momentos préstamos de calado. Así lo hizo el Reina Sofía , logrando ... lo que parecía un imposible: inaugurar la muestra de Mondrian . Y así lo ha hecho el Guggenheim de Bilbao , que, tras aplazarse, abre, hasta el 23 de mayo de 2021 , una retrospectiva de Kandinsky , con más de 60 obras, procedentes de la Colección de la Fundación Guggenheim de Nueva York. Al mal tiempo, los museos españoles están mostrando su mejor cara.
Juan Ignacio Vidarte , director del museo bilbaíno, reconoce, vía telemática (marca de los tiempos del Covid), lo complicado que ha sido montar en estas circunstancias una exposición de un artista tan emblemático como Kandinsky, fruto de la colaboración con su homónimo neoyorquino: «Ha sido un esfuerzo ingente , pero se mantuvo por su relevancia y significación. En situaciones especiales hay que tener confianza».
Los Guggenheim
La relación entre Kandinsky y la familia Guggenheim fue muy estrecha. En 1929, el industrial y coleccionista de arte Solomon R. Guggenheim funda un museo de pintura no objetiva, precursor del actual Museo Guggenheim de Nueva York, cuya sede se halla en un edificio del arquitecto Frank Lloyd Wright en la Quinta Avenida. Ese año, ya jubilado, mientras posaba para un retrato, se le encendió la chispa: quería coleccionar arte moderno. Hasta entonces solo había atesorado obras de maestros antiguos. Compra ya entonces obra de Kandinsky. Un año después, Solomon R. Guggenheim, junto con su esposa, Irene, y su asesora artística, Hilla Rebay , le visitan en su estudio de la Bauhaus en Dessau para adquirir más obras del artista. Se hace con su monumental «Composición 8», presente en la muestra, además de otras obras. Hoy la Fundación Guggenheim atesora más de 150 creaciones de Kandinsky. Muchas de ellas colgaban en la suite del Hotel Plaza de Nueva York que tenían los Guggenheim. Y no fue Solomon el único de la familia que apoyó a Kandinsky. También Peggy, su sobrina , quien le organizó una gran exposición en Londres. En 1945, un año después de la muerte del artista, el Museo Guggenheim de Nueva York le dedicó una gran exposición conmemorativa con más de 250 obras.
De forma virtual, recorremos la exposición en las salas del Guggenheim de Bilbao de la mano de Megan Fontanella, comisaria de la muestra , patrocinada por la Fundación BBVA. Una completa retrospectiva que repasa toda la trayectoria de este artista seminal del siglo XX, pionero de la abstracción . Tres países (su Rusia natal, Alemania, adonde va en dos ocasiones, y Francia, donde muere) marcan la biografía y la carrera de Vasily Kandinsky (1866-1944). Un artista muy apropiado en tiempos de pandemia, pues siempre creyó en la capacidad transformadora del arte : nos proporciona consuelo, alegría... Que falta nos hace.
Arranca la exposición con el lienzo «Montañas azules» (1908-9), en el que aparecen caballos y jinetes, árboles rojos y violetas... «Durante el confinamiento en casa ver este cuadro me daba alegría y esperanza en el futuro», dice la comisaria. Tras descubrir el impresionismo francés y la ópera «Lohengrin» de Wagner , Kandinsky abandona sus estudios de Economía y Derecho para dedicarse al arte. En 1896 pone rumbo a Múnich. Fue su etapa germana la más fructífera pictórica e intelectualmente.
Testamento artístico
En 1911 publica «De lo espiritual en el arte» , un hermoso y poético tratado de experimentación pictórica que se convirtió en su testamento artístico: nos enseñó a descubrir la cara más espiritual del arte. Ese mismo año funda, con Franz Marc, El Jinete Azul , un grupo de artistas que reivindica la expresión del color y la forma. De su etapa alemana cuelgan en el Guggenheim de Bilbao lienzos, pero también obras sobre papel (tintas, acuarelas), grabados sobre madera..., donde aparecen sus temas recurrentes (caballos, jinetes, torres, montañas, árboles), sus formas rítmicas y el color. Destacan lienzos como «Pintura con borde blanco», de 1913. «Una obra dinámica y exuberante, en la que pinta a San Jorge con la lanza y el dragón, y ese borde blanco que parece una ola», explica Fontanella. De ese mismo año, uno de los hitos de la muestra, «Líneas negras», una de las primeras obras que compró a finales de los años 20 Solomon R. Guggenheim.
Tras su regreso a Rusia en 1914 por el estallido de la I Guerra Mundial (allí se queda hasta 1921, donde coquetea con el constructivismo y el suprematismo), vuelve de nuevo a Alemania, acompañado de su esposa, Nina. Allí se unió a la Bauhaus fundada por Walter Gropius : estaría de 1922 a 1933, primero en Weimar y después en Dessau. La geometría pura se introduce en su vocabulario pictórico. Para él, las formas abstractas poseen un contenido expresivo y emocional. Así, el triángulo encarna acción y agresividad, el cuadrado significa paz y calma, y el círculo, lo espiritual, lo cósmico. Allí entraría en contacto con artistas como Paul Klee , con quien colaboró. En esos años crea sus célebres «Composiciones». Fue incluido en la lista de artistas degenerados por el nazismo y tuvo que marcharse, por segunda y última vez, de Alemania en 1933. No volvería nunca.
Exilio en Francia
Su exilio en Francia marca la última etapa vital y artística de Kandinsky. Se instaló en Neuilly-sur-Seine , a las afueras de París. La luz de la ciudad, su cielo, el Sena... cambiaron por completo su pintura, suavizaron su paleta. Se sintió atraído por el surrealismo (explora el inconsciente) y por las ciencias naturales , especialmente la embriología, la zoología y la botánica (crea imágenes biomórficas). Admira la obra de Joan Miró , de Jean Arp ... La guerra le obliga a que los formatos de sus obras se reduzcan. Era difícil conseguir lienzos y trabaja con pequeños tableros. Pese a los duros años de la guerra, y a los fondos oscuros de sus obras sobre papel, sus últimos trabajos son vibrantes. Muere en 1944 a los 78 años. Kandinsky s e reinventó continuamente , siempre en busca de lo espiritual en el arte: «El artista es la mano a través de la cual hace vibrar el alma humana».
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