Stephen Shore, un fotógrafo de Guinness
La Fundación Mapfre exhibe, desde mañana, la mayor retrospectiva del célebre y precoz artista norteamericano. A los 9 años ya hacía fotografías, a los 14 el MoMA le compró tres obras y a los 23 expuso en el Metropolitan Museum
NATIVIDAD PULIDO
Siempre ha ido a contracorriente de modas y tendencias. Si lo que se estilaba era utilizar la cámara de 35 mm, él optaba por la de 4 x 5 pulgadas e incluso la de 8 x 10. Pionero de la utilización de la fotografía en ... color, cuando se impuso dejó de interesarle y se mantuvo durante una década instalado en el blanco y negro. Si el paisaje era denostado como modelo fotográfico, él apostaba fuerte por él. Inconformista, toda su carrera ha estado desafiándose a sí mismo, investigando, explorando nuevos caminos y retos. Es Stephen Shore (Nueva York, 1947) , uno de los grandes nombres de la fotografía contemporánea.
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Autodidacta, prolífico y precoz. Tremendamente precoz. Cuentan sus biografías que a los 6 años le regalaron un cuarto oscuro de revelado y a los 9 ya tomaba sus fotografías con una cámara de 35 mm. A los 14 presentó sus fotografías a Edward Steichen, responsable por entonces del Departamento de Fotografía del MoMA , que le compró tres obras. Y a los 23 años expuso en el Metropolitan Museum . Una carrera de Guinness. Admirador del trabajo de Walker Evans , frecuentó la Factory de Warhol . Quizá por ello siempre se interesó por las series, aunque confiesa que se debe a su pasión por Bach y sus variaciones . Y quizá también deba a Warhol su interés por la cultura popular, aunque él trasciende las imágenes.
A los 9 años ya hacía fotos, a los 14 el MoMA le compró obra y a los 23 expuso en el MET
La Fundación Mapfre ha producido la mayor retrospectiva de Shore en su sala de Bárbara de Braganza, 13, dedicada exclusivamente a la fotografía. Allí estará hasta el 23 de noviembre. Después itinerará por Arles, Berlín, Turín, Ámsterdam... y cerrará en México. Son casi tres centenares de instantáneas que repasan, cronológicamente, su trayectoria. Comenzando por sus fotografías conceptuales y experimentales de los años 60. Muchos de estos primeros trabajos son inéditos. En una de sus series de 1969 fotografió a un amigo cada 30 minutos durante todo un día. En otra, retrató al mismo amigo en ocho posiciones distintas en pleno desierto.
Complejos relatos
La reiteración, la secuencia... son muy importantes para este fotógrafo «intenso, tremendamente refinado, que transmite emociones a través de sus complejos relatos», en palabras de Pablo Jiménez, director del área de Cultura de la Fundación Mapfre. Uno de sus proyectos es la creación de unos libros digitales muy especiales (los llamados POD books), que incluyen fotografías realizadas en un solo día. Su forma de trabajo es completamente opuesta a la de Cartier-Bresson, siempre en busca del «instante decisivo» . Siempre atento a las nuevas tecnologías, su nuevo proyecto se centra en Instagram.
El núcleo de la muestra lo componen sus dos proyectos más importantes. Por un lado, «American Surfaces» (1972-73). Es un personalísimo retrato americano, pues lo que realmente interesa a Shore son las cosas más anodinas y banales: calles, hoteles, casas, comida... Suele acharcársele su falta de emoción en estas imágenes, pero era esa su intención. Por otro, «Uncommon Places», de 1982, un catálogo de lugares poco comunes, extraordinarios para él. Se convirtió en un libro de culto, una biblia de la fotografía para las siguientes generaciones de fotógrafos: Nan Goldin , Martin Parr , Andreas Gursky, Thomas Struth... La comisaria de la exposición, Marta Dahó, incide en «lo complejo y profundo de su discurso». Shore compagina su labor de fotógrafo con la docencia en el Bard College de Massachusetts.
En «American Surfaces» retrata las cosas más anodinas y banales
De su trabajo en los 90 cuelga en la Fundación Mapfre una serie en blanco y negro de instantáneas en gran formato sobre las excavaciones arqueológicas en Hazor (Israel) y más recientes son sus series «Ucrania» (centrada en los supervivientes del Holocuasto) y «Winslow, Arizona». Stephen Shore, que estuvo presente en la presentación a la prensa de la exposición, explicó que, pese a trabajar en series, siente la necesidad de no repetirse, de hacer cosas distintas, de explorar nuevos caminos, nuevos conceptos estéticos. Siempre, como añade Shore, «cuestionando los convencionalismos, las modas».
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