Eduardo Arroyo: pasión por el retrato

Durante su extensa y fructífera carrera el retrato ha sido una constante . Siempre ha estado presente, desde aquellas caricaturas que publicaba a los 15 años en diarios como «Pueblo» y «Arriba», pasando por los retratos callejeros con los que se ganaba la vida a su llegada a París, donde se exilió en 1958 . Ha retratado figuras históricas (Isabel la Católica, Napoléon, la Reina de Inglaterra, el Rey Don Juan Carlos), escritores, boxeadores (el boxeo es una de sus obsesiones), pintores (Van Gogh, Rembrandt), políticos, cantaores, familiares y hasta personajes de ficción ... Sin olvidar, claro, los autorretratos .

«Eduardo Arroyo: retratos y retratos» , comisariada por Oliva María Rubio , reúne, por una parte, 33 pinturas y dibujos , además de 8 esculturas (la «Dama de Elche», la «Dama de Baza»...), realizados desde los años 50 hasta la actualidad. Se exhiben tres autorretratos realizados en 2011 . En ellos Eduardo Arroyo se pinta parapetado tras una máscara y porta sombrero, chistera y gorro turco. El artista emborrona el lienzo rociando trementina sobre su superficie.

La segunda parte de la muestra está protagonizada por la fotografía . Se incluyen 70 -todas de la colección del artista, la mayoría inéditas -, desde los años 70 hasta 2011. Ninguna está tomada por él. Siempre le ha interesado la fotografía a Eduardo Arroyo por su poder narrativo : «Me intriga la fotografía, aunque sea incapaz de hacer una. La caja negra sigue siendo inquietante y misteriosa para mí. Todos los días contemplo documentos, imágenes, fotos. Sin duda, es estimulante para la pintura». El artista «se apropia» de imágenes que saca de álbumes familiares, libros, periódicos o incluso que compra en marcadillos. Después las manipula : las pinta, las recorta, hace collages...