La constelación de Max Ernst se instala en Viena
La Fundación Albertina de Viena inaugura hoy la primera retrospectiva realizada en Austria del artista, con 180 pinturas, collages y esculturas
Jose-Pablo Jofré
El museo de la Fundación Albertina de Viena inaugura hoy la primera retrospectiva en Austria del «inventor pictórico»: 180 pinturas, collages y esculturas, así como libros ilustrados y documentos repasan todas las fases creativas, descubrimientos y técnicas del alemán nacionalizado francés Max Ernst (1891-1976).
El dadaísta-surrealista que se encuentra como Matisse, Picasso, Beckmann, Kandinsky y Warhol entre los artistas fundamentales del siglo XX, descubrió la técnica del frottage y desarrolló otras como el collage, la decalcomanía o la oscilación: dejar caer un hilo de pintura al lienzo, que luego Jackson Pollock tomaría como referencia para su dripping.
Reclutado por el ejército alemán, Ernst luchó en la I Guerra Mundial y con la llegada de los nazis al poder se exilió a París –donde se unió al círculo de los surrealistas liderado por Breton–.
En 1941 la mecenas y coleccionista Peggy Guggenheim –que se convertiría por unos meses en la tercera esposa del artista– lo ayudó a exiliarse a los EE UU, donde por fin pudo dedicarse por completo al arte. Vuelve sin embargo a Francia en 1953.
La exposición comisariada por Julia Drost y el reconocido historiador de arte Werner Spies sitúa a Ernst en su Zeitgeist artístico con obras de coetáneos trazando un recorrido rico en obras y referencias documentales. Una curiosidad voraz llevó al artista a numerosas fases y constantes cambios que muchas veces irritaban al público que lo seguía. Esta exposición es una representación de aquella constelación que mezcla vida y obra.
Artista crucial
El papel que jugó Ernst en el periodo de Entreguerras es crucial en la práctica artística y esta exposición de la mano de Spies reivindica su legado. Ernst nació en Brühl, una localidad al sur de Colonia y estudió en Bonn antes de la guerra. Se pasó una década buscando su estilo, lo que le llevó a acercarse a todas las figuras y tendencias señeras del momento: Marc, Grosz, Dix, Beckmann, Rousseau, Kandinsky, Chagall...
El museo que alberga las obras de Ernst está ubicado en uno de los palacios clasicistas más hermosos de Europa. Con su techo voladizo creado por Hans Hollein en 2003, constituye en sí mismo una obra arquitectónica destacada. La Fundación Albertina y su museo destacan por las exposiciones extraordinarias que han realizado como las retrospectivas de Alberto Durero, Edward Munch o Vincent van Gogh. Las veintiuna salas de gala del museo, restauradas y decoradas con los muebles originales, recuerdan de un modo asombroso la cultura residencial y de representación de la época de los Habsburgo.
La exposición abierta hasta el 5 de mayo viajará luego a la Fundación Beyeler de Basilea coincidiendo con la feria suiza de arte.
La constelación de Max Ernst se instala en Viena
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete