Annie Ernaux, premio Nobel de Literatura 2022: «En Francia la política es machista»

«De alguna manera, el premio también ha sido una sorpresa. La sorpresa de ser leída y recompensada por un trabajo que he hecho y continuaré haciendo con gusto, claro está».

«¿Mee too? ¿El feminismo, la política? Algo muy profundo cambió ese movimiento. Fue un cataclismo positivo. La prueba: el entusiasmo con el que hoy me aplauden los señores que antes me consideraban impresentable».

«En Francia, la política es machista desde un punto de vista casi institucional. Todo empezó con las instituciones de la V República, el General de Gaulle, el hombre providencial. Todo es cosa de hombres, muy viriles. Durante toda mi vida, esos enfrentamientos, esos duelos, me han parecido insoportables. Desde los primeros duelos audiovisuales entre Giscard y Mitterrand. Cosa de hombres. En la última elección presidencial, por vez primera, fue un duelo entre un hombre y una mujer, Macron contra Le Pen. Qué horror. Yo había votado a Mélenchon, en la primera vuelta. Pero decidí votar por Macron en la segunda, tapándome las narices. Lo de Marine Le Pen hubiera sido demasiado, una catástrofe».

«¿La revolución de las mujeres en Irán? Me parece una gran noticia, esperanzadora. El velo obligatorio me parece un horror absoluta. En Francia, estoy por la libertad de llevar o no llevar el velo. Pero es otro contexto. Siempre que sea una decisión libre, individual. Dicho eso… no reconocer que esa decisión me parece un gran error, en Francia y en Europa».

«A título personal, no tengo claro que muchos de mis libros sean novelas. ¿Ficciones? No siempre. No está claro. Me limito a recordar, observar, mirar, e intentar contar, objetivamente, sin entrometerme más allá de lo imprescindible para poder contar con claridad».

«Soy la misma siempre. Lo intento. Una mujer que escribe. Una mujer que percibe y siente el machismo, contra las adolescentes y contra las mujeres maduras. Lo he repetido muchas veces. De ahí que me sorprenda que me llamen precursora. Es algo sorprendente».

«Tengo la impresión que Francia quizá sea hoy más de derechas. Algo profundo ha ocurrido, está ocurriendo. Hay una crispación que también es atizada por todas partes. No sé si el gobierno y el presidente Macron entienden estas cosas. Los chalecos amarillos pueden volver, quizá están volviendo, de alguna manera, y no nos damos cuenta, de momento. A lo largo de las próximas semanas y meses veremos muchas cosas».

«Ante el inmovilismo político, rampante, el feminismo aporta algo nuevo. Algo esta pasando. Más allá de las opiniones individuales. Las mujeres están cambiando el paisaje social y político francés».