¡Hola, hola!... ¡Dame un purito!
«Elegante, único, serio muy serio, maestro, gourmet, gallego y con una capacidad asombrosa para venderte lo que sea»
Pepe Domingo Castaño: nunca se te acabarán las palabras
Muere Pepe Domingo Castaño, leyenda de la radio española, a los 80 años
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Iniciar sesiónMe cuesta escribir esta columna en tiempo pasado. Y creo que a él tampoco le hubiera gustado que lo hiciera. Por eso escribo en presente. Porque siempre va a estar sentado en la redacción de Deportes de Alfonso XI, 4. Y en el estudio ... Antonio Herrero, a la izquierda de Paco.
¡Hola, Hola!, ¡Dame un purito! Y lo último... ¡Los huevos de España! Nadie, jamás, hace la publicidad en la radio como él. Y resulta un género dificilísimo.
Pepe Domingo impone un respeto acongojante. Por su personalidad, su mirada, por la historia de la radio, por su seriedad y su sensibilidad. Por sus mensajes de 'whatsapp' cada vez que sale un EGM.
Este verano, en el arranque de temporada, a mediados de agosto, Pepe abrió su 'Tiempo de Juego' reconociendo los nervios y el gusanillo que siguen teniendo los grandes de verdad cada vez que se va a encender la luz roja del directo. Y dijo algo así: «El día que no sienta estos nervios en la boca del estómago ya no merecerá la pena ponerse delante de un micrófono».
Elegante, único, serio muy serio, maestro, gourmet, gallego y con una capacidad asombrosa para venderte lo que sea.
Lo mismo te clava una hidrolimpiadora o un soplador de hojas que un purito, un ron canario o unos huevos de granja. Igual te habla de su amigo Julio (Iglesias) que interrumpe a Lama por un comentario en plena retransmisión. A la vez que está pensando en una música inaudita para el próximo cliente... me escribe un mensaje por los datos de audiencia: «Lo de 'La Linterna' es acojonante, Expósito». Sin más.
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Pepe Domingo Castaño: nunca se te acabarán las palabras
Jesús Nieto Jurado
Hablé con él hace una semana de cara a la presentación de 'El Gran Libro de Tiempo de Juego'. Y estaba afónico. Y me pidió disculpas por no poder grabar la entrevista.
Y me pongo en el lugar de Paco, Manolo o Juanma y no me saldrían las palabras para arrancar el programa, la retransmisión o 'El Partidazo'.
PD: La primera vez que me crucé con Pepe por un pasillo de COPE le toqué la fibra al recordar que el encargado de aquella cafetería Nebraska donde pasó media vida, bajo la Cadena SER en la Gran Vía, aquel señor de chaquetilla blanca era mi padre: «¿Que Carlos el de Nebraska era tu padre? ... ¡Cuánto tengo que agradecerle!»
Y casi se le caen las lágrimas porque el maestro Pepe Domingo Castaño es así.
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