Trujamanerías
Ultracontemporáneo a mi pesar
«'Ultracontemporáneo' es un pleonasmo tan vago como circunscrito, condenado a perder vigencia en un suspiro, porque el hoy -recuerda Quevedo- se va a la carrera»
Lee otras 'Trujamanerías' de Adrián J. Sáez
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónPor bárbaro o civilizado, los tiempos corren que se las pelan. Y, tras el postmodernismo -con todas las preposiciones que quieran-, no queda muy claro cuál es el límite de la edad contemporánea. Tal vez sea porque llega verdaderamente el fin de la historia ( ... Fukuyama dixit) o porque ya no se entiende nada en el turbulento panorama mundial, que cada vez tiene más actores y factores en danza.
Pero alguna frontera tiene que haber, pues de 1789 a esta parte hay un mundo y sólo queda por ver dónde se pone el punto y aparte: la II Guerra Mundial, la Caída del Muro, la revolución tecnológica y muchos otros eventos se disputan ese lugar señero sin que -poca sorpresa aquí- se llegue a ningún acuerdo. Y lo mismo ocurre con la elección de la nueva etiqueta: actual, inmediata o presente se manejan según los gustos y ya se sabe que de eso no se discute.
En ámbito literario -especialmente hispanoamericano pero no sólo- desde hace tiempo se maneja una categoría peligrosa: 'ultracontemporáneo', que, para empezar, tiene una historia algo enredada. Deriva de las ideas de «perpetual present' (Jameson), «extreme contemporain» (Chaillou) y «contemporary drift» (Martin), que se ha formulado especialmente con el palabro de marras en la revista italiana 'Nostro tempo' para la literatura a partir de 1960, si bien no cuenta con una definición como Dios manda. Y -seamos sinceros- el marbete también cumple con el requisito de voz aparente y resultona, que de aire también se vive.
Sin embargo, 'ultracontemporáneo' es un pleonasmo tan vago como circunscrito, condenado a perder vigencia en un suspiro, porque el hoy -recuerda Quevedo- se va a la carrera y no parece un buen modo de poner puertas al campo.
Por eso, me quedo con los asedios periódicos de Gonzalo Sobejano sobre la novela española contemporánea (o de nuestro tiempo), que en cada entrega precisaba con los años que fueren para marcar con precisión el pequeño lugar de cada cosa en la larga línea de la historia. «Una gota escrita en el agua», vamos, que es lo que es la literatura actual.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete