Giandomenico Tiepolo inédito

La Fundación Juan March saca a la luz diez obras de este artista nunca vistas en público

Giandomenico Tiepolo inédito ABC

NATIVIDAD PULIDO

Acostumbrados a ver día sí, día también, cómo se recortan los presupuestos y, por ende, las programaciones en los centros culturales, satisface comprobar que, con trabajo e imaginación, algunas instituciones no solo no restan sino que aumentan sus propuestas. Es el caso de la ... Fundación Juan March , que a sus dos grandes exposiciones anuales, une una tercera, de pequeño formato, de gabinete. Desde ayer, y hasta el 4 de marzo, uno de sus espacios se ha tornado un salón palaciego del siglo XVIII, con paredes enteladas en color bermellón. En ellas cuelgan diez bellos retratos de fantasía realizados por Giadomenico Tiepolo (1727-1804). No es habitual ver pintura de maestros antiguos en la Fundación March, centrada en el siglo XX y el arte contemporáneo , pero, como comenta su director de exposiciones, Manuel Fontán, siempre que haya un proyecto de calidad, sea de la época que sea, «tendrá cabida aquí».

Recorremos esta pequeña pero exquisita muestra acompañados por Andrés Úbeda, jefe de Conservación de Pintura Italiana y Francesa del Prado, quien nos desvela los secretos e historias de estas pinturas. Es la primera vez que se ven en público, nunca habían salido de la casa de sus actuales propietarios, cuya identidad permanece en el anonimato. Tampoco se sabe quién era la persona para quien las pintó, lo que hubiera ayudado mucho a seguir la pista de estas obras . Se sabe, eso sí, que formaron parte de una colección particular del Puerto de Santa María (Cádiz) y que, posiblemente, tras la Guerra Civil, pasaron a sus actuales dueños.

Pintados en Madrid

Los retratos están fechados en torno a 1768. Se cree que, casi con toda seguridad, fueron pintados durante su estancia en Madrid, donde Giandomenico permaneció ocho años (1762-1770). Ayudó a su padre, Giambattista, y a su hermano menor, Lorenzo, a decorar el fresco del Salón del Trono del Palacio Real, además de otras salas. Tanto el patriarca de la familia —el más reconocido de los Tiepolo—, como su hijo Lorenzo —un virtuoso del pastel—, nunca abandonarían España. Sí lo hizo, en cambio, Giadomenico, que en 1770 regresó a Venecia, ya liberado de la presión de imitar al padre: todos debían unificar el estilo del taller. Es entonces cuando hace sus producciones más personales, explica Andrés Úbeda, al igual que hizo Goya con sus pinturas negras. En el caso de Tiepolo, se refugió en el mundo del teatro y los polichinelas.

Úbeda destaca también el hecho de que se haya mantenido unida durante todos estos años la serie de diez retratos (ocho mujeres y dos hombres); otras se han dispersado. Se les denomina retratos de fantasía —el gran maestro fue Rembrandt—, porque no representan a ninguna persona concreta, sino a modelos genéricos . Los masculinos (con barba y aspecto oriental) evocan a filósofos o sabios de la Antigüedad. Los femeninos, por su parte, responden al ideal de belleza de la mujer en la época (ojos claros, piel blanca, cuellos largos, con símbolos asociados a su femineidad, como flores, frutas o instrumentos musicales). «Tienen una calidad altísima», comenta Andrés Úbeda. ¿Tanto que podrían estar en el Prado? «En España hay muy buenas colecciones privadas y no todos quieren venderlas».

La Fundación Juan March ha editado, con motivo de la muestra, un pequeño catálogo en dos versiones: una en español y otra en inglés.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios