David Cronenberg y el psicoanálisis

«Hay infinidad de cartas reales entre los personajes, ya que en esa época la correspondencia era como hoy internet —explicaba ayer Cronenberg—. Uno le escribía a otro por la mañana y recibía contestación esa misma tarde, así que tuvimos muchísimo material, por lo que el guión (de Christopher Hampton, escritor de «Las amistades peligrosas» y «Expiación») es muy certero».

A Michael Fassbender lo que le ayudó sobre todo fue un libro muy básico. «Leí muchas cosas, pero cuando encontré “Jung para niños” descubrí todo lo que necesitaba». Según Viggo Mortensen, cuando un actor interpreta a un personaje histórico la gente cree que lo conoce muy bien, pero si lo explora en profundidad, no es así. «Además, en realidad las posturas intelectuales de Freud y Carl Jung no eran tan distintas, sino más bien una cuestión de orgullo, y me ha gustado interpretarlo».

Brillantemente ambientada en la Suiza y Viena del principios del siglo XX y con escenas de sexo (eso sí, algo tibias, aunque incluyan varios azotes en el trasero de Keira Knightley), la película hace una interesante disertación sobre los impulsos sexuales y si es conveniente o no reprimirse a ellos. También ofrece distintos puntos de vista del pensamiento humano. «Yo creo que el cerebro de la gente funcionaba de forma distinta en el pasado —aseguraba Cronenberg—. En los últimos 15 años se ha vuelto a Freud y se ha visto que hay mucha actividad inconsciente en el cerebro, pero el nuevo análisis se ha ido más hacia una cosa religiosa, espiritual, tal y como se temía Freud».

Keira Knightley, quien disfruta haciendo películas de época, concluía: «Para mi investigación leí libros y biografías sobre mi personaje —la psiquiatra rusa Sabina Spielrein— y por supuesto le pedí ayuda a Christopher Hampton, con el que ya había trabajado en “Expiación”».

La otra película proyectada ayer a concurso fue Un été brulant, dirigida por Philip Garrel y protagonizada por Monica Bellucci y Louis Garrel, hijo del realizador.