«Don Giovanni»
El Teatro Real, un sórdido bosque donde afloran las pasiones ocultas
El coliseo madrileño presenta la ópera de Mozart en una producción de Claus Guth, que fue recibida con polémica en su estreno en Salzburgo
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Iniciar sesiónClaus Guth, director de escena de la producción de «Don Giovanni» que presenta el próximo viernes el Teatro Real , sitúa la acción en un «sombrío bosque de abetos», y no en la Sevilla del siglo XVII. Un bosque, explica Joan Matabosch , director ... artístico del coliseo madrileño, «que responde al imaginario romántico de una naturaleza exuberante pero también hostil y maléfica; y que es también un abandonado laberinto neoclásico y, sobre todo, un espacio simbólico de cruising sórdido sobre un escenario giratorio que nos permite constatar, como voyeurs, el peligro y la fascinación morbosa de cada episodio».
En este bosque, añade Claus Guth, Don Giovanni ( Don Juan ) vive sus últimas horas. «Ha sido mortalmente herido por el Comendador antes de asesinarle, y él sabe que va a morir. Por eso trata de extraer lo máximo que pueda a la vida y el amor; eso explica su comportamiento y varía nuestra percepción del personaje. Todos abordaríamos la vida de otra manera si supiéramos que está cerca nuestro final».
El bosque, continúa el director alemán, es un lugar en el que podría refugiarse un animal moribundo. «La atmósfera para los personajes es de extrañeza y miedo, y en ella pueden actuar de una manera más animal, alejándose de sus roles habituales, de sus jerarquías. Es un lugar donde se siente inseguridad, miedo, pero también en el que pueden ocultarse de su realidad y pueden sentirse libres para proyectar sus sueños, sus fantasías; donde sentirse vivos y poder amar salvajemente. Los sentimientos en este bosque son muy vividos, muy fuertes. Para Doña Elvira, por ejemplo, el bosque es su enemigo;ella busca siempre el control, pero allí sucede todo lo contrario. Doña Ana, por su parte, mantiene una relación aburrida con Don Ottavio, y el bosque le descubre nuevas pasiones».
La producción de Claus Guth de una de las grandes óperas de Wolfgang Amadeus Mozart se estrenó en el Festival de Salzburgo de 2008, en medio de una gran polémica. No era la primera vez que esta ópera se llevaba a ambientes sórdidos – Peter Sellars la situó en un Harlem lleno de violencia y droga–, pero evidentemente la propuesta de Guth es cuanto menos arriesgada. «En estos años –explica Matabosch– esta producción, que se ha presentado en ciudades como Ámsterdam o Berlín, se ha convertido en icónica. Claus Guth presenta la ópera de Mozart como un juego cruel de un alma desesperada que ha optado por vivir el amor sin condiciones y lejos de las categorías morales tradicionales, y que paga las consecuencias con una agonía –la ópera misma– que es una síntesis de vida. Su atractivo proviene, dice Guth, “de su radical lujuria por la vida, de su capacidad de vivir consecuentemente cada instante con la máxima intensidad”. Al final, la pregunta que nos lanza la obra es: ¿Qué hacemos con nuestra vida? ¿Nos conformamos o nos subordinamos? ¿Rompemos con todo, nos amoldamos o cortamos los lazos?»
Sea cual sea la visión que se tenga o se ofrezca de un personaje que es, lo queramos o no, uno de los grandes mitos españoles, lo que es invariable en «Don Giovanni» es la música de Mozart . La obra forma parte de la denominada Trilogía Da Ponte (cuenta, como «Las bodas de Fígaro» y «Così fan tutte», con libreto de Lorenzo Da Ponte) y es, sin duda, una de las grandes óperas de su compositor. «Y de la historia de la ópera», se apresura a decir Ivor Bolton , director musical de esta producción. «Don Giovanni» se estrenó en el Teatro Nacional de Praga el 29 de octubre de 1787. Un año después se estrenó en Viena, y para estas funciones Mozart escribió nuevas piezas. «Era normal componer para los cantantes con que contaba y Mozart lo hizo en “Don Giovanni”. Nosotros utilizamos básicamente la versión de Viena».
Inmensa riqueza
Bolton , director musical del Teatro Real , vuelve a su foso después de la aplaudida «Rusalka»; y lo hace con un título del que dice que es «la única ópera de Mozart que permanece en el repertorio desde su estreno. Otras se han representado más o menos según la época y los gustos del público de cada momento. Pero “ Don Giovanni ” se ha representado siempre. Es una partitura de una inmensa riqueza. Tiene una orquestación que parece que hubiera tres orquestas al tiempo tocando con distintos tempi . Y su obertura, sobre la que tanto se ha especulado, evoca lo que viene después; es un elemento innovador, que hereda de Glück, y que luego volverá a emplear en “Cosí fan tutte”».
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