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A subasta 50 puertas del Hotel Chelsea, que cruzaron Warhol, Hendrix o Leonard Cohen

Un «sin techo» las salvó del vertedero y las ha puesto a la venta hoy en Nueva York

Una de las puertas expuestas antes de la subasta AFP

ABC

Cincuenta puertas del mítico Hotel Chelsea , vivero de varias generaciones de artistas neoyorquinos, se subastarán hoy, después de haber sido salvadas de un vertedero por un sin techo. Las puertas, sin duda, vieron pasar a los grandes artistas desde los años sesenta. Los fantasmas de Janis Joplin, Leonard Cohen, Jimi Hendrix, Mark Twain, Jack Kerouac, Bob Marley, Humphrey Bogart, Joni Mitchell, Madonna o incluso Andy Warhol están asociados a los pomos, los grafitis y las bisagras de unas puertas de aspecto ajado que podrían, sin embargo alcanzar un alto precio en las subastas de Nueva York. Para muchos de ellos, el Chelsea fue casi un hogar durante días, semanas o años...

Ahora esas puertas conducen a la nostalgia y también al negocio. Leonard Cohen fue quien inmortalizó la historia de este edificio de doce pisos en la calle 23 con su canción «Chelsea Hotel No.2» . Pero en realidad el negocio estaba abierto desde 1884 y se mantuvo a disposición del público hasta su cierre temporal en 2011 para una reforma integral que solo ha salvado la fachada original.

La textura de las puertas marca el paso del tiempo y de los habitantes del Hotel Chelsea AFP

Sin embargo, un perfecto desconocido es quien hoy devuelve el hotel al primer plano de la actualidad, no uno de sus famosos habitantes míticos. Después de vivir en el Chelsea Hotel de 2002 a 2011 y ser expulsado por no poder pagar el alquiler, Jim Georgiou finalmente comenzó a vivir en la calle, en la acera de enfrente al hotel, junto con su perro Teddy.

A partir de ahí, en 2012, vio a los trabajadores que se preparaban para tirar las viejas puertas pintarrajeadas y descoloridas del hotel y logró salvar cincuenta con la ayuda de sus amigos, según ha declarado Arlan Ettinger, presidente de la casa Guernsey que ha organizano la subasta.

Con cierto tono dramático, afirmó que «cuando estás en la calle, una puerta tiene sentido, es un significado importante, es el camino hacia el hogar que la persona sin hogar no tiene». Según parece, Jim Georgiou luego fue a una biblioteca cercana para consultar las publicaciones sobre el hotel y pasó largas horas identificando a las personas que vivían en las habitaciones asociadas con cada puerta .

Imagen de la exposición para la subasta AFP

La habitación 105, por ejemplo, era la de la musa de Andy Warhol, Edie Sedgwick, cuyo trágico destino se cuenta en la película de 2006 Factory Girl .

En total, el Georgiou logró asociar 22 de las puertas con sus residentes famosos , y trató de poner la venta en marcha. Al principio varias casas de subastas le rechazaron pero Casa de Guernsey le ayudó a poner en pie su idea.

Ya no vive en la calle y hoy es celebrado por sus amigos, pero a pesar de sus recursos limitados decidió dar la mitad de los ingresos de la venta a la ONG City Harvest que ayuda a los sin techo neoyorquinos.

Arlan Ettinger ha confesado que no puede hacer una estimación de los precios que alcanzarán las puertas. «Estas son puertas viejas y destartaladas que no son muy bellas, pero son increíblemente importantes, es difícil estimar su valor», dijo.

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