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ABC Cultural

José María Pozuelo Yvancos

La semiótica inteligente

Eco, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en 2019 Reuters

Lo más difícil de todo es entretener siendo semiótico. Eso es lo que pasaba con Umberto Eco. La Semiótica es ciencia que ha alcanzado niveles de sofisticación muy grandes, hasta hacer que casi todos sus cultivadores fueran o aburridos o ininteligibles (o ambas cosas). Pero ... con Eco nunca pasaba. Hasta te divertías. El último libro de Semiótica fuerte, que es todo un tratado de Filososofia analítica a la que Eco impuso la salida de la Hermenéutica, lo tituló Kant y el ornitorrinco . Se sirvió de ese animalejo mamífero que tiene alas y es un pez (tres cosas que juntas son incompatibles) para discutir a través de él las categorías de la ciencia semiótica cuando es solo filosofía, y pretender que todo sea racional, kantiano. Y el lector asistía pasmado a cómo lo más especializado de lingüistas, filósofos y lógicos pasaba por una mente como la de Eco y salía transformado en sentido de la realidad, sabiduría clara. Ocurrió antes con su Tratado de Semiótica General, al que hizo correcciones en una segunda versión.

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