Viaje al santuario francés del toro bravo

Vic-Fezensac, un minúsculo pueblo de tres mil y pico vecinos, es lugar de devoción de los aficionados exigentes: «Aquí seguro que tienen más pitones, más casta y no se regalan las orejas»

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La plaza de Vic-Fezensac tiene capacidad para los 6.500 asientos. En el pueblo hay tres mil y pico habitantes DAVID CORDERO

Boris Logier , de 17 años, anda concentrado en la puerta de cuadrillas y pasaría por un novillero si no fuera vestido de calle. Ha venido a Vic-Fezensac desde Nimes, en la otra punta del sur de Francia, donde también hay toros este ... fin de semana. «Aquí seguro que tienen más pitones, más casta y no se regalan las orejas », dice convencido en un aceptable castellano. Hace pocos días que cumplió un sueño tras haber ahorrado el dinero suficiente: cogió un avión Marsella-Madrid para presenciar cuatro corridas de la feria de San Isidro por primera vez. «No hay palabras que describan lo que sentí cuando pisé la plaza de Las Ventas », afirma sonriendo. Lo suyo es pura afición, porque a mediados de agosto ya ha planeado asistir a la feria de Cenicientos.

Sábado 4 de junio, once de la mañana y suenan clarines y timbales, señal de que empieza el paseíllo en Vic . En el ambiente flota un murmullo de expectación. La delantera de los tendidos se ha inundado de pancartas de peñas llegadas de multitud de lugares del territorio galo (Arzacq, Mugron, Albi, Hagetmau, Saint-Sever, Garlin...). Además, desde España han cruzado la frontera unos cuantos locos para ver el toro más duro y serio de toda Francia, como el navarro Gorka Azpilicueta o el madrileño David Cordero, fotógrafos taurinos por afición. El aforo del coso, de primera categoría, ronda los 6.500 asientos y se ubica en un pequeño pueblo de tres mil y pico vecinos en la región de Occitania.

Silencio reverencial

Los novillos de Raso de Portillo salen manejables . En la suerte de varas, la parte central de la lidia, todos reciben tres puyazos, incluso cuatro, marcándose varias rayas en el ruedo que miden la distancia desde la que se arrancan al caballo. La labor del picador nunca resulta indiferente: o se le ovaciona o le cae la bronca del siglo. Cristian Pérez, Diego Peseiro y José Rojo se han olvidado de afilar la espada.

«A ojos de un español, se diría que el público se ha mostrado demasiado exigente con la falta de oficio de los chavales»

Protestado de salida el segundo bravo por la falta de pitones , Peseiro pretende brindarlo y desde la grada le indican claramente que nanay . Así que desiste. En el quinto, el portugués se luce con las banderillas, sufre tres revolcones y aplauden su pundonor. Mientras, Pérez y Rojo quieren dar la vuelta al ruedo después de un desempeño irregular y también son frenados de inmediato. Agachan la cabeza y regresan al burladero. A ojos de un español, se diría que el público se ha mostrado demasiado exigente con la falta de oficio de los chavales.

A la plaza de Vic llegan aficionados de toda Francia, que suelen mantenerse en silencio desconcertando al torero en su faena DAVID CORDERO

Tanto Sergio Serrano como José Pedro Prados 'El Fundi' consideran que la afición de Vic es especial . Serrano, que debutó el año pasado y en este ha matado la corrida de José Escolar, opina: « La gente se mantiene en silencio, lo que te desconcierta . Aunque es un poco raro al principio, sí que saben de toros y sí que saben darle importancia a quien se lo merece». El Fundi, el español que más ha toreado en Francia , tratado allí como el número uno sin discusión, recuerda una anécdota bonita en Vic: en 1992 se suspendió una corrida de Palha por lluvia y se programó para el día siguiente por la mañana. El problema era que por la tarde toreaba en Getafe, pero los franceses no vieron inconveniente en poner una avioneta a su disposición para que cumpliera los dos compromisos.

Volviendo al presente, la ovación de la mañana se la lleva el banderillero David Adalid al clavar dos excelentes pares asomándose al balcón y en todo lo alto. El 1 de junio de 2013 fue protagonista de algo sin precedentes: dio la vuelta al ruedo en Madrid con el resto de la cuadrilla de Javier Castaño. Esta temporada apenas ha sumado cuatro contratos con diferentes novilleros y no ha sido visto en la capital. Adalid, resignado, comenta desde la barrera: «Así están las cosas». Acabado el festejo, la actividad no se detiene . Hay que sortear los toros de Valdellán para el mano a mano de por la tarde entre Antonio Ferrera y Domingo López Chaves. Sin embargo, los apoderados y los hombres de confianza de ambos diestros no se ponen de acuerdo con los lotes. «Vamos, señores, que hay que comer» , suelta un guasón desde los corrales.

La fiesta se queda fuera

Fuera de la plaza, las charangas hacen bullir a la juventud , uniformada con pañuelo rojo y camiseta a rayas horizontales azul marino. Al contrario de lo que ocurre en la mayoría de los pueblos españoles, la fiesta y el festejo taurino no se mezclan en Francia . A pequeña escala, el desmadre en Vic hasta hace algunos años era parecido al de Pamplona en Sanfermines. Patrick Brazzalotto da fe y cuenta que acabó convirtiendo su casa en «una barricada» porque se encontraba a gente «durmiendo en el jardín». El Ayuntamiento decidió prohibir la fiesta un tiempo. En la actualidad, se blinda el centro del municipio y sólo se accede previo pago de diez euros. El efecto disuasorio ha funcionado .

En la feria de Pentecostés se programan cuatro corridas en tres días. El presupuesto se sitúa en torno al millón de euros. Primero se eligen los toros y luego los toreros

Brazzalotto ejerce de tesorero del Club Taurino Vicois, encargado de organizar esta feria de Pentecostés, donde en tres días se programan cuatro corridas (Valdellán, Cebada Gago, Baltasar Ibán y José Escolar) y una novillada picada (Raso de Portillo). El presupuesto se sitúa en torno al millón de euros. Primero se eligen los toros y luego los toreros. Jamás han hecho una excepción con nadie. De ahí que a las figuras no se las vea el pelo . Los carteles se conocen con meses de antelación y en la web del club se informa con detalle sobre los protagonistas anunciados.

Los ingresos, en un 70 o 75 por ciento, proceden de las entradas, que no son precisamente baratas: de 34 a 90 euros las corridas y de 28 a 37 el festejo menor. Asimismo, los hosteleros abonan una tas a para que les cedan el espacio de alrededor del coso. El club no tiene ánimo de lucro. En el caso de que haya beneficios, se invierten en la reforma de la plaza o se guardan para el año en que la feria dé perdidas.

El trabajo de Alain Lartigue es que eso suceda lo menos posible. Hace de intermediario entre el club , que le traslada sus peticiones, y los toreros y ganaderos, con los que se encarga de negociar. Y lo mismo en Bayona y Mont-de-Marsan, cuyas plazas son gestionadas directamente por los ayuntamientos. Mientras, en Arlés, Lartigue actúa de empresario con el torero Juan Bautista y su hermana.

Más de 50 municipios

Aparte de estas, el mapa de las plazas más relevantes de Francia se podría completar con las de Nimes, Béziers y Dax. En total, hay festejos taurinos en 54 municipios, según André Viard. Cuando las alarmas se encendieron en Cataluña, Viard auspició el Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas para agrupar a todas las entidades del sector y organizar una defensa coordinada en Francia . Ahora la ley protege los toros en aquellas regiones en las que ha habido una tradición ininterrumpida ; es decir, las del sur .

A las seis, con las gradas cuajadas, las caras de los veteranos Ferrera y López Chaves reflejan la responsabilidad de lo que tienen por delante. Entre los dos suman casi 50 años de alternativa. Ferrera no termina de acoplarse, mata fatal y escucha sendas pitadas. En cambio, López Chaves está bien con el capote y mejor con la muleta, en especial en el cuarto toro de Valdellán, al que pide colaboración en la faena: «Véngase conmigo». Un aficionado francés exclama: «¡Suaaave!». El bajonazo le impide cortar la que hubiera sido la única oreja de este año en Vic. Y el público , que se había sentado con sol y calor, se levanta empapado .

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