Riccardo Muti, un director a mitad del camino

El italiano, de gesto impecablemente innegociable y con respeto infalible hacia el texto musical, ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2011

Riccardo Muti, un director a mitad del camino EFE

ALBERTO GONZÁLEZ LAPUENTE

Son varias las leyendas que acompañan al director Riccardo Muti (Nápoles, 1941), recién nombrado Premio Príncipe de Asturias de las Artes . Quienes le describen le tachan de severo e intransigente, de forzar la mirada con desafío, de ser inflexible. Olvidan que sus ... raíces están ancladas en la escuela de Arturo Toscanini , en su gesto impecablemente innegociable y en el respeto infalible hacia el texto musical. Y olvidándolo se quedan ahí. Hacen mal, pues Muti puede llegar a ser un director de expresividad soberbia, solemne y pulcro, por supuesto, pero también enfático y dramáticamente teatral ; alguien que cuida la imagen, habla pausada y sonoramente, con una convicción absoluta. Un maestro de sinfónica corpulencia en el foso operístico y un escenógrafo en el escenario orquestal.

Un maestro de sinfónica corpulencia en el foso operístico y un escenógrafo en el escenario orquestal

También hablan las malas lenguas de su mala relación con muchos cantantes a quienes ha forzado a cantar repertorios inconvenientes con lamentables resultados para su propia salud vocal. Olvidan, estos también, que Muti es maestro de profundo oficio, capaz de ensayar y montar una ópera con un dominio fuera de lo común en nuestros días . Con esos principios y un deseo por no quedarse en lo convencional ha transitado por repertorios populares y otros poco menos conocidos cercanos a Gluck, Cherubini, Spontini, Poulenc, Salieri, Scriabin… a veces, dichos con una personalidad ajena al rigor historicista de nuestros días, pero siempre con el aplomo de quien pisa con seguridad aplastante.

Desde la Scala de Milán , templo de intrigas palaciegas y canoras, que le llevaron a un forzado desencuentro; desde la Orquesta de Philadelphia a la que coloreó con una «nueva» y controvertida sonoridad impuesta a la agrupación, la Sinfónica de Chicago, las amigas Filarmónica de Viena o la Philhamonia de Londres, a la Orquesta Juvenil Luigi Cherubini de creación propia y formada por jóvenes procedentes de todas las regiones italianas, Muti ha crecido hasta convertirse en un grande de la dirección musical . Por mucho que él diga que se encuentra a mitad de camino… Merece la pena escucharle.

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