«El precio de la obra invisible es razonable comparado con otras banalidades del arte»
Expertos de la casa de subastas Art-Rite de Milán defienden la exitosa venta de la escultura inmaterial por 15.000 euros
Un artista vende por 15.000 euros una escultura inmaterial, invisible, que no existe
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Iniciar sesiónProducir una escultura inmaterial, es decir, una obra de arte que no se ve porque no existe, y en caso de existir es solo una idea que está en la mente y en las intenciones del artista, requiere imaginación y creatividad. Lo ha logrado ... el artista plástico Salvatore Garau (Santa Giusta, Cerdeña, 67 años), conocido y cotizado, con obras en colecciones privadas y algunos museos. «Es una metáfora de nuestra existencia, especialmente en el encierro de la era Covid», ha explicado Garau, quien por primera vez logró vender por 15.000 euros en una subasta una escultura inmaterial, cuyo título de la provocadora escultura es 'Io sono' (Yo soy) . De la obra no hay nada. El comprador sólo se llevó en sus manos el certificado de garantía, firmado y sellado por el artista que da fe de la obra archivada.
Si creatividad tuvo el artista, la visión del marketing, ingenio comercial y conocimientos de las vanguardias corresponden a los propietarios de la casa de subastas Art-Rite de Milán, que han logrado, sin nada tangible, poner en órbita internacional un artista. Sin duda, tienen buena clientela y especializada en arte contemporáneo. Con el fundador de la galería, Attilio Meoli, experto en el mundo del arte, y su socio Federico Bianchi, director del departamento de Arte Moderno y Contemporáneo de la Art-Rite habló ABC.
-¿Cómo definirían el arte del artista Salvatore Garau y en particular sus esculturas inmateriales?
-En la producción artística del maestro Garau, la esculturas inmateriales son la parte en absoluto más interesante porque van más allá del concepto de una idea pura. La idea pura se convierte en concepto material. Hay pensamiento, filosofía… Es decir, hay material en lo inmaterial.
-Ese concepto lo ha explicado el artista Garau así: «Cuando decido exponer una escultura inmaterial en un espacio determinado, ese espacio concentrará una cierta cantidad y densidad de pensamientos en un punto preciso, creando una escultura que desde mi título solo tomará las formas más variadas». Para el artista, esto supone «una pequeña, auténtica, revolución». ¿Están de acuerdo?
-Sí, porque ha ido más allá del concepto de idea. Hay imaginación. El artista con su obra le hace imaginar la misma cosa al espectador, lo que él quisiera ver allí. Las obras de Garau eran pinturas, ahora hay un paso ulterior, que despierta gran interés. Los coleccionistas han querido participar en nuestra subasta [Art-Rite valoró la escultura inmaterial en 6.000 euros y se vendió en 15.000]. Es la primera vez que sucede. La gente quiere algo nuevo.
-¿Pero el arte se puede basar solo en algo imaginativo sin una base mínima real, tangible?
-Estas obras son siempre concebidas para un espacio, un lugar donde deben ser ubicadas. Esto es lo que las convierte en materiales. No es un disparate el trabajo del maestro Garau. ['Io sono' (Yo soy) dice Art-Rite es una escultura inmaterial para colocar en una casa particular dentro de un espacio libre de cualquier estorbo, una obra de dimensiones variables, aproximadamente 150 x 150 cm. El fin de semana se expuso otra escultura inmaterial de Garau en una calle de Nueva York].
-Muy larga es la lista de los artistas digamos «geniales», como Marcel Duchamp, que hace 104 presentó un simple urinario al que llamó 'Fontana', definiéndolo como «obra maestra artística», exaltando el valor de lo coyuntural, lo fugaz y lo contemporáneo. ¿Qué influencia o continuidad puede tener Salvatre Garau?
-No hay certidumbre sobre el futuro. Que el maestro Garau se convierta en un Duchamps, dejemos en todo caso que el tiempo lo diga. Pero desde luego Garau ha abierto con su intuición una vía muy interesante, como hubo en el arte en los años setenta.
-En el catálogo de Art-Rite, en la presentación de la escultura se decía que procedía de un coleccionista privado de Milán. ¿Quién ha sido el comprador?
-La obra 'Io sono' de Garau está pensada y estructurada para un privado. Y la pusimos en el catálogo de la subasta porque en Art-Rite nos gusta buscar la evolución del arte.
-La noticia de la venta en la subasta publicada en ABC ha sido muy comentada entre sus lectores. Muchos venían a decir que se trata de humo vendido a precio de oro. ¿Cuál es su opinión de este tipo de críticas?
-Debo decidir que nuestra valoración no es nada escandalosa. Aquí estamos ante una cosa que podría ser revolucionaria. La adjudicación económica que se ha hecho (15.000 euros) es razonable, si la comparamos con otras cosas, banales, que suceden en el arte contemporáneo. 'Io sono' es una obra que suscita muchos comentarios, pero no por su precio. Se venden muchas obras de arte por 15.000, 20.000 euros que son cosas banales.
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