El peligro latente que amenaza al 'Mary Rose', el buque insignia de Enrique VIII

El descubrimiento de nanopartículas que podrían llevar a la degradación del pecio permitirá diseñar tratamientos específicos para su conservación

El 'Mary Rose' ABC

Un peligro yace latente en las entrañas del 'Mary Rose ', el buque insignia de Enrique VIII que se hundió en 1545 en la batalla del Solent, defendiendo Inglaterra de una invasión francesa. Rescatado de las aguas en 1982, en un evento que fue seguido ... por 60 millones de personas, el barco fue sometido durante 34 años a complejos tratamientos de conservación para que pudiera al fin contemplarse en su integridad en su museo de Portsmouth, una vez concluyó su restauración en julio de 2016.

Desde entonces, los conservadores han seguido trabajando para preservar para las generaciones futuras esta frágil cápsula del tiempo de la sociedad Tudor. El último e importante paso lo ha dado un equipo de investigación dirigido por la Universidad de Sheffield (Reino Unido), que ha utilizado un nuevo método de rayos X para descubrir sustancias potencialmente dañinas dentro de los restos del 'Mary Rose'. Su investigación, que ha sido publicada en la revista ' Matter' , ha revelado la existencia de riesgos que hasta ahora no habían sido detectados . El barco, que fue construido con la madera de 600 árboles, se está viendo amenazado por nanopartículas que contienen zinc , alojadas en el casco.

Durante los más de cuatro siglos que esta emblemática embarcación pasó bajo el lecho marino, en el casco del 'Mary Rose' se acumularon depósitos dañinos de hierro y azufre por la degradación de accesorios y objetos metálicos y por bacterias anaeróbicas reductoras de azufre. Estos depósitos pueden conducir a la formación de ácidos dañinos, explican los científicos.

El equipo formado por investigadores de las universidades de Sheffield, Copenhague y Columbia, el Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón (ESRF) y el Mary Rose Trust, ha aplicado un nuevo método de tomografía computerizada de rayos X para detectar estos depósitos. Este método permite estudiar valiosas piezas culturales sin dañar los frágiles restos ya que en los experimentos no se destruyen las muestras.

Los científicos no solo han obtenido imágenes y han ubicado estas nanopartículas en la madera del 'Mary Rose', sino también han podido estudiar su estructura. « Esta es la primera vez que se observan nanoestructuras de sulfuro de zinc , subproductos bacterianos, en la madera del 'Mary Rose'. Esto se debe a que es realmente difícil evaluar la variedad de material presente en las muestras arqueológicas», subraya Serena Cussen, directora del Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la Universidad de Sheffield y autora principal del estudio.

Dibujo del 'Mary Rose' Jensen et al

Combinando la tomografía computarizada de rayos X con análisis de función de distribución de pares (ctPDF), el equipo ha trazado la ubicación y estructura de los compuestos alojados dentro del casco de madera del barco. También ha descubierto la ubicación de depósitos de polímeros orgánicos, como resultado de los tratamientos con polímeros que se aplicaron anteriormente para compensar la degradación de la madera. Si estos polímeros orgánicos comienzan a descomponerse, producirían ácidos degradantes que podrían dañar el 'Mary Rose', por lo que saber dónde están y rastrearlos a lo largo del tiempo es crucial para conservar el barco.

Tratamientos de choque

«Nuestros resultados alertan a los conservadores sobre estos depósitos previamente desconocidos y amplían el estudio de los materiales que inducen la degradación. Conocer la estructura de estas especies potencialmente dañinas también nos permite diseñar tratamientos específicos para su futura eliminación », dice Cussen.

En colaboración con el consorcio Mary Rose Trust, su equipo también está desarrollando una serie de tratamientos basados en nanopartículas magnéticas para atacar y eliminar estos depósitos dañinos del famoso barco, el más querido de Enrique VIII.

El propio monarca vio atónico desde el castillo de Southsea, en Portsmouth, cómo se fue a pique. Se cree que el agua entró por las troneras en una maniobra indebidamente realizada y el barco quedó sentenciado en segundos. Llevaba a bordo más de 400 tripulantes de los que solo 35 afortunados se salvaron. La red que tapaba la cubierta para impedir los abordajes se convirtió en una trampa mortal.

Los restos humanos rescatados del pecio fueron analizados en un estudio antropológico sin precedentes. También se recuperaron en su interior hasta 19.000 objetos entre armas, utensilios de cocina, vajillas, zapatos, ropa e incluso violines, que han permitido reconstruir la vida de la época.

El rescate del 'Mary Rose' se recuerda como una de las operaciones más complejas de la historia de la arqueología subacuática y su conservación desde entonces ha constituido todo un reto. La detección de estos nuevos peligros yacentes en el barco ayudará a preservarlo en los próximos años. Y no solo servirá al 'Mary Rose'. Según destaca la profesora Eleanor Schofield, directora ejecutiva adjunta de Mary Rose Trust y coautora del estudio, «la aplicación de esta técnica a materiales arqueológicos complejos presenta un avance realmente emocionante para el campo de la ciencia del patrimonio . Poder mirar dentro de una pieza de madera del 'Mary Rose' y ver no solo la estructura sino también el nivel de degradación, los tratamientos de conservación previos y otras inclusiones del medio marino, es una visión fascinante. Nos proporciona una gran cantidad de conocimientos que podemos utilizar para comprender mejor cómo reaccionarán los materiales a ciertos tratamientos y entornos y, a partir de eso, diseñar estrategias de conservación futuras para mantenerlos seguros durante los próximos años».

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