Muere Manolo Santander, histórico chirigotero del Carnaval de Cádiz

Manolo Santander fue la voz del Carnaval de Cádiz durante más de tres décadas en las que siempre fue localista por definición. Altavoz de los problemas del barrio, de las preocupaciones de la gente, cantó siempre a su ciudad defendiendo que «el carnaval verdadero y genuino no tiene precio», como rezaba el primer pasodoble que cantó este enero en preliminares con su chirigota ' La Maldición de la Lapa Negra '. Un último regalo, un lujo para su gente.

«¡Que viene La Viña, que viene La Viña!» cantaba el respetable sentado en las butacas del Falla antes de que saliese junto a su última agrupación. Y todo porque en sus letras siempre había algo inconfundible. Santander era patrón del soniquete viñero , esa musiquilla tan característica de las calles que nacen a orillas de La Caleta. Y con ese 3x4 añejo consiguió ganar el primer premio este año el Concurso de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz (COAC).

Su equipo, cómo no, era el titular del Ramón de Carranza. Entre tantas letras dejó una que la afición del Cádiz Club de Fútbol canta en cada partido desde 1998. Tanta fue su repercusión que «Me han dicho que el amarillo...» acabó convirtiéndose en el himno oficioso del club.

Esta mañana nos decía adiós un enamorado de la Tacita de Plata, de su gente, de sus rincones y de su fiesta. Comenzó su carrera en juveniles, en 1981, con 'Los ases del jazz'. A partir de ahí, un ascenso meteórico hasta convertirse en un referente para los amantes del carnaval gaditano. Este 2019 nos ha dejado huérfanos en la comparsa con la muerte de Juan Carlos Aragón y, ahora, la pérdida de Manolo Santander. En el COAC 2020 faltará mucho, pero los grandes autores tienen ahora la responsabilidad de salir a defender la fiesta y honrar a estos dos letristas irremplazables.

Escuchar ahora sus últimos pasodobles y cuplés llena el corazón de tristeza y el alma de esperanza . Quizá su legado sirva para que las nuevas generaciones mantengan la tradición sin perder la esencia. Así lo querría, a buen seguro, Don Manolo Santander.