Miguel de Cervantes reúne

En tiempos de revisionismo y agravio, conviene decir que el Cervantes es un premio masculino, mexicano y catalán. En ese orden. El palmarés ha quedado repartido a ambos lados del Atlántico: 21 escritores españoles y otros 21 hispanoamericanos. En esa aparente equidad, México es el país con más escritores reconocidos, seguido de los argentinos.

Entre los españoles empatan los escritores andaluces y catalanes. La simetría regional se estropea al cambiar de coordenada, al constatar que de esos cuarenta premiados, 37 son hombres y apenas 6 son mujeres. La primera en recibirlo fue María Zambrano, en 1988; le siguió la cubana Dulce María Loynaz, en 1992; Ana María Matute, en 2010 y Elena Poniatowska, en 2013. Siguieron Ida Vitale y ahora Cristina Peri Rossi , ambas uruguayas.

Los agravios poco tienen que ver con la lengua ni la literatura y, sin embargo, existen. A pesar de eso, el premio reúne y acerca. Lo insufla el espíritu y el tiempo en el que surgió: la transición a la democracia. El primero en recibir el premio de Literatura en lengua castellana Miguel de Cervantes fue el poeta de la Generación del 27 Jorge Guillén. Fue concedido en 1976 y la ceremonia de entrega, la más breve que se recuerda, ocurrió el 23 de abril de 1977.

El premio, convocado por el Ministerio de Información y Turismo, estaba dotado con cinco millones de pesetas. Guillén viajó a España para recibirlo, ya que vivía en Estados Unidos desde el final de la Guerra Civil. Fue la primera entrega de un premio que une lo que está lejos y representa a 580 millones. Un premio que acerca orillas.