Los pergaminos que revolucionaron el estudio de la Biblia
Unos jóvenes beduinos que buscaban una cabra perdida se toparon en 1947 con una cueva en la que hallaron unos fragmentos de pergamino. Así empezaba el hallazgo arqueológico más importante del siglo XX, el descubrimiento de los manuscritos del Mar Muerto
Tras el hallazgo de la primera cueva, localizaron nuevos fragmentos en otras grutas. A mediados de los años 50, se habían encontrado más de 800 manuscritos
En 1947 tuvo lugar el hallazgo arqueológico más importante del siglo XX, el descubrimiento de los manuscritos del Mar Muerto . A lo largo de este año, celebramos el 75 aniversario de aquel acontecimiento que revolucionó el mundo de los estudios bíblicos y enriqueció el ... conocimiento de cómo se vivía en Jerusalén durante la época de la dominación romana, el tiempo en el que vivió Jesús.
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Como sucede con los grandes descubrimientos, el hallazgo fue fruto de la casualidad . Unos jóvenes beduinos que transitaban por la región de Qumrán, al noroeste de la ribera del Mar Muerto, intentando recuperar una cabra extraviada , se toparon con una cueva en la que había unos fragmentos de pergamino con letras hebreas de tiempos de Herodes (s. I a.C. - I d.C.). Tras el hallazgo de aquella primera cueva, varias campañas arqueológicas localizaron o nce grutas con nuevos fragmentos escritos en hebreo y griego . A mediados de los años cincuenta, se habían encontrado más de ochocientos manuscritos en su mayoría pergaminos y algunos papiros. Aunque una buena parte de ellos estaban muy deteriorados, otros se habían conservado íntegramente.
Los autores
A unos metros de las cuevas donde habían enterrado los manuscritos, los arqueólogos encontraron los restos de un asentamiento con pequeñas construcciones. En las excavaciones hallaron un comedor con platos y tazas, un aula con pupitres, una sala con forma de biblioteca , despensas para guardar alimentos y un entramado de cisternas y aljibes conectados entre sí para almacenar agua, así como varias piscinas para baños rituales.
Aquel asentamiento confirmó que los autores de los manuscritos que se autodenominaban los hijos de la luz, eran un grupo judío que unos años antes del cambio de era había decidido romper con las instituciones judías de Jerusalén, convencido de que las injerencias helenistas primero y romanas después, traicionaban las tradiciones de sus antepasados (modificación del calendario religioso, alteración de las normas de pureza, revisión de los rituales…) transgrediendo, de esta forma, la Ley de Moisés. Su separación los había llevado al desierto para fundar allí una comunidad dedicada a la oración y al estudio de la Biblia . El historiador Flavio Josefo habla de ellos como un grupo de ascetas judíos a los que identifica con los esenios. Hoy sabemos que fueron un grupo radical escindido del movimiento esenio.
Los arqueólogos hallaron además un comedor, un aula, una biblioteca, despensas y aljibes
En el año 70 d.C., después de numerosas revueltas en Jerusalén, el ejército romano destruyó el Templo y comenzó un proceso de persecución de los judíos. Los hombres de Qumrán, convencidos de que tenían que prepararse para el final y de que la llegada de los romanos era cuestión de tiempo , escondieron los rollos que formaban su gran biblioteca en vasijas que ocultaron en las grutas que rodeaban la zona escarpada del desierto en el que vivían. El pronóstico se cumplió. Los romanos terminaron con la vida de aquel grupo y los manuscritos quedaron enterrados y olvidados durante casi dos mil años.
Una colección única
Tras el descubrimiento de los arqueólogos, llegó el momento del análisis. Filólogos, paleógrafos y biblistas iniciaron un proceso de reconstrucción y clasificación de los manuscritos que duró varias décadas. Hoy podemos hablar de tres tipos de manuscritos: los textos bíblicos, que contienen toda la Biblia hebrea, básicamente el Antiguo Testamento cristiano; los textos parabíblicos, más de doscientos manuscritos con interpretaciones y comentarios a los textos bíblicos ('pesharim', 'midrasim', 'targumim'…) y una gran colección de textos apócrifos; y los textos extrabíblicos, una serie de obras de contenido legal, histórico y litúrgico que cuentan quiénes eran, legislan la vida del grupo y organizan la comunidad como el Documento de Damasco, la Regla de la Comunidad, el Rollo del Templo y otros escritos que describen la situación que se vivía en Jerusalén en el siglo I.
Pero, ¿por qué fue tan importante este descubrimiento? En primer lugar, con los manuscritos se recuperaron las versiones más antiguas de la Biblia hebrea o Antiguo Testamento cristiano . En segundo lugar, los textos ampliaron la serie de obras de literatura apócrifa de la Biblia. En tercer lugar, estos escritos ayudaron para entender la situación política, social y religiosa que se vivía en Jerusalén durante la dominación romana, los grupos que habían surgido en un judaísmo dividido y las razones que llevaron a los romanos a iniciar un proceso de persecución que condujo a la destrucción de Jerusalén y de su Templo.
Una de las cuevas de Qumrán, al noroeste de la ribera del Mar Muerto, donde se hallaron los escritos
Muchos hablan de una cuarta razón: el nacimiento del actual Estado de Israel en mayo de 1948, año y medio después del descubrimiento de los manuscritos, hizo de aquel hallazgo un argumento político para el nuevo país. Aquellos manuscritos escritos en hebreo por judíos del primer siglo se convirtieron en un testimonio utilizado para demostrar la propiedad de la tierra. Hoy, la mayoría de los manuscritos se conservan en cámaras acorazadas y los mejor conservados pueden verse en la exposición permanente que hay en el Museo del Libro de Jerusalén.
Jesús y los manuscritos
Desde su descubrimiento, los manuscritos del Mar Muerto han sido objeto de especulación y de una buena dosis de morbo . Su presencia en los medios de comunicación no ha cesado a lo largo de estos años. Afirmaciones como que Jesús formó parte de la comunidad de Qumrán, que Juan Bautista era el líder del grupo, que el Vaticano podría ocultar manuscritos que cuestionaban los orígenes del cristianismo, llenaron las portadas y fueron titulares de medios de comunicación.
Solo vivieron en la misma época: los autores de los manuscritos y los primeros cristianos nunca estuvieron en contacto
Hoy sabemos que nada más lejos de la realidad. El mensaje de apertura que Jesús transmite a sus discípulos contrasta con la mentalidad cerrada de este grupo judío que se había retirado al desierto. La interpretación de la Ley que proponen los autores de los evangelios se opone a la lectura literal que se hace en los rollos. En realidad, los autores de los manuscritos del Mar Muerto y los primeros cristianos solo tuvieron en común el tiempo en el que convivieron sin haber estar en contacto nunca.
Jaime Vázquez Allegue es doctor en Teología Bíblica y profesor del CESAG - Universidad Pontificia Comillas