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Libros para combatir la ludopatía

Un bar de Roma sustituye las máquinas tragaperras por una biblioteca después de que su dueño presenciara cómo se arruinaban varios clientes

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

Ha desterrado las dos máquinas tragaperras que ocupaban un rincón de su bar y en su lugar ha instalado una biblioteca. Gianni Carbonaro, de 50 años, se ve asediado estos días por televisiones y periódicos porque, en un país inundado por todo tipo de máquinas de juegos de azar, se ha convertido en un caso de interés nacional al tomar la decisión de deshacerse de ellas. «No soy ningún héroe. Soy una persona normal, pero hoy hemos llegado a una situación en que se ve como extraordinario lo que debería ser natural», declara Gianni Carbonaro a ABC cuando lo visitamos una mañana en su bar Conca d’Oro, en un barrio popular de Roma. « He visto cómo ancianos, parados y jóvenes perdían sus pocos ahorros . Eso me angustiaba. Comprobar que una viejecita se dejaba aquí su dinero, me apenaba. Podía ser mi abuela, mi madre», nos comenta, sincero, Carbonaro.

El líder histórico del socialismo italiano, Pietro Nenni, sostenía que « el juego de azar es el impuesto que pagan los pobres ». Y esto lo sabe bien Gianni Carbonaro, quien no era indiferente ante el ritual que seguían muchos de sus clientes: «Pedían un café y luego se dirigían a las dichosas máquinas… Así un día y otro. Y a veces se creaban problemas. Me impactó un señor que estuvo un día jugando mucho hasta perder todo. Cuando ya se marchaba, un joven comenzó una partida y de inmediato le cayeron bastante monedas. El señor se volvió y pretendió sin razón, con malos modos, hacerse con el dinero ganado por el joven, ante lo que tuve que intervenir».

He visto a ancianos que han perdido sus pocos ahorros. Me angustiaba, declara Gianni Carbonaro

En las mesas del bar Conca d’Oro, se ven clientes que leen el periódico o algún libro cogido de la estantería en la que hay una variada selección. Es el caso de Adolfo Rossi, policía municipal jubilado, cliente habitual del establecimiento, quien sentado en una mesita junto a una pared adornada con fotos de protagonistas de viejas películas, se muestra entusiasta con la idea de Carbonaro: «Ha sido una maravillosa iniciativa porque sobre todo se arruinan los más pobres. El que es pobre se arruina cada día más con el juego. Quiere ganar algún dinero , pero la desgracia es que si lo gana se envicia más con el juego hasta que termina por perder todo».

Gianni Carbonaro Á. G. FUENTES

Estos casos los ha presenciado Rossi no solo aquí en el Conca d’Oro, sino en su propia familia: «El marido de mi hija, con la que tiene dos gemelos, se ha arruinado con las máquinas tragaperras. Se han divorciado. Tenía un restaurante y ha quebrado. Ahora se está desintoxicando de la ludopatía », afirma con tristeza, mientras critica al gobierno por no combatir esta plaga de los juegos de azar, cuya facturación en Italia alcanza los 95.000 millones de euros. Muchos son los intereses en juego y poco se hace, aunque la ministra de Sanidad, Beatrice Lorenzin, afirma que «la ludopatía es un problema gravísimo».

En ese combate aporta su grano de arena Gianni Carbonaro con una librería que se va incrementado día a día con algunas aportaciones de los clientes. «Algún libro lo regalo, si el lector se encapricha con él -nos dice-. Para mi es una alegría ».

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