Se jubila Martin Baron, histórico director del «Washington Post»

Se va Baron del «Post» en unos tiempos inciertos, tras ocho años de éxitos indudables logrados por sus decisiones , y dejando a quien le suceda el desafío de cubrir a la Administración de Joe Biden. Los primeros pasos han sido más bien tropiezos. Recientemente, el «Post» se vio envuelto en una polémica por editar en internet un artículo publicado en julio de 2019 que dejaba a la actual vicepresidenta, Kamala Harris , en mal lugar. Los periodistas eliminaron de aquel perfil una anécdota en la que Harris comparaba presentarse a las primarias presidenciales con estar privada de libertad en una prisión.

Tras cuatro años de ataques constantes de la Casa Blanca , y de un periodismo realmente combativo, los inicios de la nueva Administración están siendo todo lo contrario. Biden y Harris han encontrado una recepción por lo general apacible, en especial en cadenas de televisión como CNN, donde un comentarista hasta lloró en vivo el día en que el actual presidente se proclamó ganador en las presidenciales.

La opinión publicada en el «Post» —una sección que no ha dependido de Baron, que supervisa sólo los géneros informativos — es casi unánimemente crítica con Trump y hoy por hoy más bien partidaria de Biden, o al menos de darle oportunidades en el arranque de su mandato. Sí han rehusado tregua alguna los medios de Rupert Murdoch , en especial Fox News, una cadena en la que crecen las franjas dedicadas a la opinión, que suele ser unánimemente crítica con el presidente Biden.

Con Baron se marcha en realidad una forma de entender el periodismo como un oficio de una independencia radical, algo idóneo para los ocho años en los que ha estado al frente del «Post», el final de la era Obama y el auge de Trump y el movimiento populista que lo acompaña.

Su temple y profesionalidad le han reportado al diario diez premios Pulitzer, y lo han convertido de un periódico en decadencia, centrado en asuntos locales, a una referencia indiscutible en la cobertura política estadounidense , que compite directamente por el liderazgo nacional con «The New York Times». Llegó al «Post» tras éxitos encadenados al frente de «The Boston Globe» y «The Miami Herald».

Baron tuvo la fortuna de que meses después de su contratación como director, Jeff Bezos , el fundador de Amazon y hombre más rico del planeta, comprara el Post a la familia que lo controlaba hasta entonces, los Graham. Así dobló la redacción, la trasladó a otro edificio y la digitalizó concretamente. En ese sentido, no pudo hallar Bezos a alguien más convencido de la necesidad de adaptar una cabecera impresa clásica a la nueva realidad de internet. En una ocasión, hace ya años, en una reunión en la que se encontraba este periodista, Baron reveló que el 90% de su tiempo lo pasaba trabajando para el digital y que la portada impresa del «Post» le preocupa más bien poco.

Eso, aparte de ser una postura visionaria, también le pasó factura, pues según admitió el mismo Baron en su carta de despedida, la sobreabundancia de información de la era digital le hacía estar en guardia las 24 horas del día, los siete días de la semana, los 365 días del año . Más, con alguien como Trump en la Casa Blanca, dado a criticar abiertamente en Twitter al «Post» y a su dueño, Bezos, quien eligió personalmente el nuevo lema que hay justo debajo de la cabecera del diario, «La democracia muere en la oscuridad».

Según dijo Baron en la nota en que anuncia su jubilación a finales de febrero: «Desde el momento en que llegué al ''Post'' he intentado hacer una contribución duradera a una profesión que ha significado mucho para mí y que sirve para salvaguardar la democracia. Ha sido un honor trabajar junto a cientos de periodistas que hacen del ''Post'' una institución indispensable ». Lo ha sido durante Trump, desde luego. Ahora debe demostrar que está a la altura también frente a Biden.