Isamay Benavente: «El flamenco es un arte vivo, es difícil hablar de líneas rojas»
La directora del Festival de Jerez nos habla del enorme esfuerzo realizado para celebrar el 25 aniversario de esta cita ya clásica con el baile y el cante, cuya presente edición se clausura este sábado
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Iniciar sesiónEl Festival de Jerez se inauguró este año con la triste noticia del fallecimiento, a los 94 años, de José Manuel Caballero Bonald , el gran poeta y flamencólogo jerezano al que, estos días, han rendido homenaje todos los medios de comunicación del país. «Ha ... sido un referente para todos los amamos el flamenco. Sus letras y su labor en el descubrimiento del flamenco auténtico, el de las voces viejas, quedarán para siempre, así como su generosidad, amor y lealtad con este arte. Su trabajo ha sido una fuente de conocimiento e inspiración para todos los que organizamos este evento», asegura a ABC su directora, Isamay Benanvente , a quien la noticia cogió por sorpresa: «No se puede improvisar un homenaje así en unos días. Por respeto, creo que hay que trabajar con un poco de distancia en un acto a la altura de su contribución, más allá de los minutos de silencio que hemos hecho», explica.
La directora afrontaba con las mismas ganas que otros años, pero con más incertidumbre, el 25 aniversario de este festival que apuesta por el baile, entre otras disciplinas. La inauguración se produjo el 6 de mayo con Eva Yerbabuena , que estrenó con el estreno en primicia de su espectáculo ‘Igual que tú’. También han pasado otras figuras como Joaquín Grilo, Rocío Molina, José Valencia y la guitarrista Antonia Jiménez, entre otros. Este jueves le toca el turno a la bailaora María Pagés , con su coreografía ‘Paraíso de los negros’; el viernes a Jesús Méndez , que presenta su montaje ‘Los pasitos que yo doy…’, para clausurar la cita de este año el sábado con ‘Tálamo’, un diálogo íntimo entre la danza y la guitarra dirigido por la bailaora Mónica Iglesias , y el concierto de un referente de cante en toda España como es Árcangel .
—¿Cómo ha vivido la preparación del festival este año, con toda la incertidumbre del Covid?
—Ha sido muy complicado ver que se acercaba la fecha inicial de celebración, que suele ser entre febrero y marzo, y confirmar que no podíamos celebrarlo. Cambiar toda la programación para este mes de mayo fue el primer reto del equipo. Más tarde hemos vivido con incertidumbre la evolución de la pandemia hasta llegar a los inicios. Debo decir que, en todo momento, hemos tenido claro que el Festival se iba a celebrar, pero hemos tenido que convivir, hasta el día de la inauguración, con las incógnitas de los cierres y aperturas de movilidad en las provincias y comunidades autónomas. Pero, incluso con todas esas dificultades, será un revulsivo para los artistas y la ciudad.
—¿Ha notado preocupación por parte de estos?
—Más que preocupación, lo que hemos notado son las enormes ganas que tienen de subirse al escenario y expresar, comunicarse y encontrarse con el público. Está siendo muy emocionante.
—¿La crisis del Covid ha afectado al presupuesto de este año?
—Sí, se ha visto reducido, porque hemos tenido que ajustar. Este año está en torno a los 750.000 euros, cuando normalmente es de un millón.
—Después de 25 años, ¿qué tiene de especial este festival de flamenco con respecto a otros?
—En primer lugar, que tiene lugar en Jerez de la Frontera, una ciudad con el flamenco muy vivo y con un centro histórico que permite el encuentro entre todos los participantes. La segunda, que su diseño mezcla la formación y la exhibición en dos semanas muy atractivas para todos los que nos visitan. Y la tercera y no menos importante, que hemos sido un Festival amable con los artistas, los hemos acompañado, promocionado y cuidado todo lo que hemos podido, para que puedan poner en marcha sus creaciones y sus carreras tuvieran la mayor visibilidad posible.
—¿Cuál era su conexión con el flamenco antes de empezar a dirigir el festival?
—Antes de dirigir el Festival, comencé a trabajar en él como directora de producción artística en la primera edición, pero creo que fue esencial mi experiencia en la creación de la Compañía Andaluza de Danza, ahora Ballet Flamenco de Andalucía.
—Hace dos años entrevisté al productor y flamencólogo José Manuel Gamboa, que me dio esta definición muy original del mundo del flamenco: «Tú puedes decir que el flamenco es español. Y otro añade: ‘Sí, pero de Despeñaperros para abajo’. Entonces aparece un tercero: ‘Sí, es andaluz, pero del triángulo bajo-andaluz’. Y así llegas a Cádiz, donde otro defiende: ‘¡Bah! Lo bueno es lo de Jerez’. Y alguien más salta: ‘¡Sí, pero del barrio de Santiago, porque los de San Miguel no saben cantar!’. Y ahí no acaba la cosa, porque siempre hay alguien que puntualiza: ‘No te creas, que en el de Santiago hay mucho cuento’. Hasta que otro sentencia: ‘¡Donde se canta flamenco de verdad es en mi casa! Mi padre, mi abuelo…’». ¿Subyace la idea en este Festival que Jerez es la cuna del flamenco?
—En este sentido, todo el mundo ha intentado siempre lo imposible, que es acotar un arte tan grande y tan vivo como el flamenco. Creo que el Festival de Jerez defiende la importancia de la ciudad en la historia del flamenco, obviamente, pero también lucha por el presente de este arte en continua evolución.
—En este sentido, el flamenco ha dado cabida a muchas propuestas experimentales en los últimos años, algunas de las cuales rozan la frontera de lo flamenco y reciben críticas. ¿Dónde está la línea roja del festival?
—El flamenco es un arte vivo y, por lo tanto, es difícil hablar de líneas rojas. Intentamos acompañar a los artistas de nuestro tiempo, que trabajan y se inspiran en el tiempo que les ha tocado vivir, y eso es ser contemporáneo. Algunos artistas sobresalientes de esta generación están abanderando un flamenco de vanguardia muy interesante y el Festival se plantea como un escaparate de todo lo que está pasando.
—¿Ha sentido alguna algún tipo de barrera machista, por el hecho de ser una mujer al frente de un festival tan importante dentro del flamenco?
—Nunca he sentido el machismo dentro del Festival ni alguna barrera por ser mujer al dirigirlo. Quizás algún comentario fuera de lugar procedente de personas de otras épocas. Quizá pequeños micromachismos que, afortunadamente, son anecdóticos y no se dan en la actualidad.
—El baile ha estado siempre dominado por mujeres, mientras que en el cante, desde la Niña de los Peines, no han faltado figuras importantes. Sin embargo, la guitarra es un mundo que parece que les ha sido vetado. ¿Cómo está siendo la incursión de ellas en este instrumento?
—La incursión de la mujer en el mundo de la guitarra será imparable en el futuro. Auguro una gran cantidad de ellas en unos años. Antonia Jiménez, por ejemplo, no sólo es una guitarrista estupenda y una artista sensible, sino una pionera, espejo para muchas mujeres que están empezando a dedicarse a la guitarra flamenca.
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