La ‘guerra’ por los mármoles del Partenón, pendiente de un iPad
Dos arqueólogos han escaneado furtivamente las esculturas para hacer copias exactas y acabar con la disputa entre Grecia y Reino Unido

El jueves 24 de marzo, la primavera parecía haber llegado a Londres y a las afueras del Museo Británico decenas de visitantes hacían cola para entrar a una de las instituciones culturales más importantes del Reino Unido. Entre ellos había dos personas que, con ... lo que hicieron aquel día, podrían cambiar el curso de la historia de unos de los objetos más polémicos que se exhiben en el Museo, los mármoles del Partenón , y que además podrían ayudar a resolver una disputa histórica entre británicos y griegos.
Con escáneres de mano y a vista y paciencia de los vigilantes de seguridad, Roger Michel , fundador y director ejecutivo del Instituto de Arqueología Digital (IDA, por sus siglas en inglés), un consorcio académico creado en el 2012 que utiliza la tecnología para conservar, estudiar y recrear tesoros antiguos, y la doctora Alexy Karenowska, directora técnica del organismo, escanearon las famosas esculturas, de 2.500 años de antigüedad. Durante las dos horas que pasaron en la sala, no solo no fueron abordados por ninguna autoridad del museo, sino que los encargados de la seguridad, según explicó a ABC Michel en una conversación por videollamada desde la sede del IDA en Oxford, «se mostraron interesados por el procedimiento, que es fascinante de observar» e incluso «nos hicieron preguntas».
El director del IDA defiende que su provocadora misión, que no fue precisamente sigilosa, ya que incluso tomaron la precaución de llevar con ellos a un fotógrafo del diario ‘The Telegraph’ para inmortalizar el momento, no fue ilegal. «Éramos conscientes de que las pautas para visitantes del museo permiten específicamente el uso de equipos de escaneo 3D», explicó, por lo que «no hicimos nada en secreto». Sin embargo, fuentes del museo declararon a la prensa local «que estaban profundamente preocupados porque habíamos violado las pautas para visitantes» lo cual «no es cierto». «En las normas dice que se puede usar un equipo de escaneo 3D portátil, pero la tecnología actual ha mejorado tanto que el equipo de escaneo manual de hoy en día es tan bueno como el que usábamos en el laboratorio hace 15 años. Por lo tanto, es posible que las pautas no hayan tenido en cuenta el hecho de que lo que hicimos allí con un equipo portátil genera, sin el uso de trípodes, escaneos de muy alta calidad».
La polémica decisión de Michel de entrar por su cuenta y riesgo a hacer el escaneo se produjo después de que el Museo rechazara una solicitud formal por su parte. «La reconstrucción de copias originales de alta calidad de los mármoles del Partenón podría ser una forma de resolver toda una gama de problemas relacionados con ellos, y uno muy importante es la disputa Grecia y el Reino Unido por los originales», considera, de ahí su interés en poner en marcha el proceso lo antes posible.
Michel, graduado de las universidades de Cambridge y Oxford, es un firme defensor de la devolución de los también conocidos como «mármoles de Elgin», ya que fue el diplomático y arqueólogo británico Thomas Bruce Elgin quien los sacó del país entre el 1801 y el 1805. La propuesta del IDA consiste en «construir una copia exacta tallada en la piedra original, con una precisión de escala submilimétrica» que permita exhibirlos en el Museo Británico y que los originales regresen a Atenas. Para ello, hicieron una solicitud a la institución para que se les permitiera hacer el escaneo tridimensional de las esculturas que les fue denegado «sin justificación alguna». «En los últimos diez años hemos escaneado algunos de los objetos frágiles e icónicos más importantes del mundo, como «los papiros de Herculano» e incluso «la Carta Magna, en la que estamos trabajando esta semana». «Manejamos documentos raros, valiosos, icónicos y frágiles de todo el mundo todo el tiempo», detalló Michel, que señaló que «sabíamos que la posición actual del Museo Británico es que no tienen la intención de devolver los mármoles, así que sospeché que podría haber algún problema».
Michel puntualiza que la labor del IDA está respaldada por una década de investigación, pero la reproducción del Arco de Triunfo de Palmira, que fue presentado en Londres en el 2016, meses después de haber sido destruido por el Estado Islámico en Siria, es su mejor carta de presentación. Aún así, no fue suficiente para que el Museo les diera el permiso solicitado, así que, tras recibir la respuesta, no se lo pensó dos veces. El escaneo debía hacerse con permiso, o sin él, aunque eso haya abierto una disputa entre la institución que dirige y el museo, a quien el gobierno griego ha pedido, por activa y por pasiva y en numerosas ocasiones, la devolución.
Así las cosas, la batalla está en tres frentes: por un lado, la defensa de la devolución de las esculturas, por otro, la continuación del proceso de creación de su copia exacta, y, por último, la confrontación con el Museo Británico sobre la aplicación de sus reglas. El IDA ha amenazado incluso con emprender acciones legales. «La única razón por la que estamos adoptando este enfoque es porque el Museo no es una institución privada, sino que se financia con el dinero del público, que por tanto es el dueño de lo que hay ahí dentro». Por ello, continuó Michel, «tienen que tener reglas claras sobre cómo se otorga el acceso y deben implementar esas reglas de una manera no arbitraria y no caprichosa». De ahí que «uno de los resultados que esperamos obtener con esto es lograr que el Museo sea más transparente sobre cuál es su política, cómo se implementa y dejar claro que es el custodio del arte público, no el dueño de artefactos privados».
Michel, que criticó además « la mala calidad de la exposición » actual, cree que la reproducción podría serle de utilidad también al museo «para mejorarla, porque no estoy seguro de para qué sirve tener esculturas que no se parecen en nada a lo que eran cuando fueron creadas ni a cuando se instalaron en el Partenón hace más de 2000 años. Quiero decir… que nunca mostrarían un Rembrandt en ese estado». Por ello, van a solicitar el acceso otra vez, ya que les queda por escanear un trozo de la parte superior que requiere el uso de escaleras. «Ya hemos empezado a trabajar en la reproducción, pero si el Museo nos da permiso de entrar, haríamos todo de nuevo porque queremos fomentar un espíritu de cooperación», aseveró Michel, que cree que estas copias pueden ser el camino «para mejorar la exposición, y para cambiar el diálogo con Grecia y mejorar las relaciones entre ambos países». «Esto habría sido muy fácil si nos hubieran concedido el acceso, pero su negativa ha conseguido convertir esto en una gran pelea», denuncia.
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